jueves, 2 de junio de 2011

Nasrallah señaló la necesidad de reformas a la Constitución del Líbano



En el discurso de conmemoración del 22 º aniversario de la muerte del Ayatola Ruhollah Jomeini, fundador de la República Islámica de Irán, Sayyed Hassan Nasrallah -líder de Hezbollah- señaló que las facciones políticas del Líbano deben discutir la introducción de reformas para mejorar el sistema nacional, un llamado directo para reformar la constitución, en un intento por eludir las controversias sobre las demandas que implicarían modificar el Acuerdo de Taif.

En un pasaje de la alocución, Nasrallah dijo "Vamos a hablar sobre la reforma del sistema y la Constitución en lugar de el Acuerdo de Taif... cuando hablamos de reformas, buscamos la comprensión y el consenso en lugar de imponer una ecuación de “vencedores y vencidos", que lleva a consecuencias negativas. Uno de los obstáculos, en el camino de la creación de un estado sólido en el Líbano, se encuentra en la Constitución y el sistema político del país. Debido a la naturaleza del país, es difícil seguir los procedimientos normales para redactar una Constitución y es por ello que en tiempos de crisis se debate si se debe modificar o mantenerse en el Acuerdo de Taif, dejando que los libaneses se dividan en forma sectaria".

La propuesta de Nasrallah se deriva de las declaraciones del Patriarca maronita Butros Bechara al-Rai, que dijo que el Acuerdo de Taif de 1989 "no desciende de los cielos", y añadió que si el Líbano tiene que tener “un nuevo Taif; todos aceptaron el Taif, pero el acuerdo tiene deficiencias y necesita ser reformado".

Bechara al-Rai se manifestó por un incremento de las facultades del presidente -que es un cristiano maronita de acuerdo a Taif- para que pueda tomar mayores decisiones frente a la imposibilidad de formar un gabinete o a la inactividad del parlamento. Rai también criticó a la ley de las elecciones parlamentarias –como el origen de los males- ya que no hay proyecto de ley sobre la base de la voluntad de los líderes políticos ,y se debería consensuar un nuevo proyecto de ley electoral con el fin de garantizar el mejor grado de representación.

Fouad Makhzoumi, Jefe del Partido Diálogo Nacional, considera que la aplicación del Acuerdo de Taif, en particular las cláusulas relativas a la creación de un organismo nacional para la abolición del confesionalismo político y la aprobación de una ley electoral basada en la proporcionalidad, supondría una oportunidad de llegar a una solución justa y sólida para el Estado.

Walid Jumblatt, líder del socialismo, dijo que Líbano no es capaz de tolerar en este momento la modificación del Acuerdo de Taif y que el país no puede permanecer sin un gabinete; además enfatizó que ahora se necesitan soluciones para la económica, la política y la seguridad para poder abordar todas las cuestiones sociales.

En octubre de 2010, señalábamos que Hezbollah era el principal desafío del gobierno de Hariri ya que tenía el poder político necesario para derribar al gobierno –como sucedió en enero de 2011- y cuestionar al sistema de poder establecido mediante los Acuerdos de Taif llegando a provocar su revisión. Esto se debía a la percepción de Hezbollah del contexto regional, donde los partidos chiitas se encuentran en plena expansión -como sucede en Irak– e Irán se mantiene desafiante frente a Occidente; de allí su interés en el cuestionamiento de la división de poder libanés y su pretensión de una mayor porción del mismo.

Sin embargo Hezbollah no ignora –ni por aquel entonces ni ahora- que esto tiene un límite. En el caso de una guerra civil entre sunnitas y chiitas, perdería su imagen dentro del mundo musulmán y árabe – Egipto, Arabia Saudita y Siria – y si bien cuenta con el apoyo de Irán, un conflicto interno abriría la posibilidad de una intervención norteamericana e israelí. Pero si tiene el margen para explorar la posibilidad de una reforma a la Constitución.

El escenario político opera a favor de Hezbollah para ello -inclusive más que el año pasado- en parte por la alta fragmentación interna del sistema libanés, pero en su mayor parte por el contexto de debilidad de los países árabes como Siria que mantiene una injerencia pero que tiene a sus asuntos internos como prioridad vital. Así Hezbollah está aprovechando por un lado la buena salud política de Irán –que no se vio afectado por las manifestaciones sociales-; la preocupación de Siria en sus asuntos domésticos y la falta de unidad dentro del arco político libanés fomentada por las apetencias sectarias y personales sobre la distribución de los cargos.

Sin lugar a dudas no es el momento ni de revisar la Constitución ni mucho menos modificar los Acuerdos de Taif. Una cuestión aparte es el debate sobre si ambos instrumentos legales deberían ser examinados, debido al paso del tiempo y al cambio de las circunstancias en los que fueron sancionados; pero en el actual contexto de inestabilidad regional e interna la solución al estancamiento del gabinete no es una modificación de los citados documentos, sino un acuerdo político sobre la necesidad de la unidad del sistema libanés.

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