miércoles, 15 de junio de 2011

Líbano intenta recuperar su salud económica


La economía libanesa comienza a respirar, luego de cinco meses de incertidumbre interna y externa por la “primavera árabe”, con el establecimiento del Gabinete de gobierno. La incertidumbre política ha opacado el ascendente escenario económico que había construido el entonces Primer Ministro Saad Hariri; esto llevo a las asociaciones comerciales, sindicatos y diversos grupos de la sociedad civil a movilizarse durante este periodo, instando a los políticos a dejar de lado las diferencias y llenar un vacío de poder que alejó la inversión extranjera y provocó fuertes descensos en la confianza de los consumidores.

Sin embargo, cuando el gobierno del Primer Ministro Mikati finalmente tomó forma, analistas y empresarios comenzaron a hacerse preguntas acerca del futuro económico. Chammas Nicolás, jefe de la Asociación de Comerciantes de Beirut, indicó que el crecimiento debe comenzar ahora, con una tasa no menor al 6% y 7% por ciento en el segundo trimestre de 2011 para compensar la desaceleración del primer semestre de 2011. Chammas -quien había anunciado una huelga nacional la semana si el gabinete no se formaba- dijo que no era suficiente para la salud económica del país que el gobierno esté instalado, sino que es más importante que el gobierno de monte una campaña concertada para luchar contra problemas financieros.

El gobierno parece que sufre de profundas grietas económicas y políticas, carencia de una representación política justa -en cuanto a la distribución geográfica de los puestos ministeriales- y esto hace que el gobierno sea extremadamente vulnerable a la oposición política y llevaría a la economía una vez más al borde de la crisis. Por otra parte, no hay una armonía en las agendas económicas de los nuevos ministros.

La formación del nuevo gobierno es poco probable que inspire la confianza de los inversores extranjeros para que el flujo de capital vuelva a Líbano. Se espera que el crecimiento económico sea del 0% a finales de 2011, pero es de esperar que el voto parlamentario de confianza -que finalmente sellar el acuerdo sobre el nuevo Gabinete- permita unos meses de estabilidad política real y este hecho actué como una promesa que atraiga a los inversores, cautelosos por el desarrollo de la actividad del nuevo gabinete.

El ministro de Finanzas, Mohammad Safadi, consideró que el desempeño económico de Líbano en los últimos cuatro años (2007-2011) fue bastante fuerte si se considera el crecimiento del PIB real en 8,3%, promedio anual y la balanza de pagos registra un superávit acumulado durante el período de alrededor de u$s 1.700 millones. Safadi reconoció que el país sufre de problemas estructurales que han contribuido de manera significativa a la debilidad en la productividad largo plazo, un hecho que demuestra ello es que el PIB real per cápita se encuentra actualmente en aproximadamente el mismo nivel de 1973-74.

Un hecho significativo es el contexto regional de inestabilidad, que no ayuda a los inversores a considerar a Líbano como un destino viable de capitales. Mientras el país tenga una dependencia política tan marcada hacia Siria, los acontecimientos que se produzcan en ésta van a influir directamente en el ánimo de inversión sobre Beirut.

Un impacto inmediato será en el rubro turístico. En momentos que la temporada de verano entra en su apogeo, la formación del gabinete podía representar una fuente de ingresos importante, que impulse a la economía; alrededor de 600.000 turistas visitan Líbano durante los cuatro meses de temporada y generan el 40 % de los ingresos turísticos nacionales. Pierre Ashkar, Jefe de la Asociación de Hoteleros, está de acuerdo con la valoración de que la formación del gobierno va a colaborar en la restauración de la industria turística de Líbano.

Los datos más preocupante son la caída en un 30 % en el consumo, desde el inicio de la crisis, y por otro lado, el virtual estancamiento en el crecimiento de algunos de los sectores más productivos nacionales en contra de las previsiones económicas anunciadas a finales de 2010, que situaban el crecimiento del PIB del Líbano en 2011 en torno al 6 por ciento. Nemat Frem, Presidente de la Asociación de Industriales del Líbano, estima que la confianza del consumidor, se redujo en un 20 % en los últimos cinco meses de crisis política y ello explicaría la reducción de los niveles de crecimiento de la industria local. La principal demanda de Frem al nuevo gobierno, es la elaboración de un presupuesto nacional que apunte a renovar la infraestructura nacional.

Sobre el tema de infraestructura, por ejemplo, la calidad del sistema educativo en el Líbano ha disminuido notablemente desde 1975, especialmente en las escuelas públicas, pero también en el sector privado. Esto se refleja generalmente en bajos niveles de competencias laborales y productividad.

En resumen, el gobierno tiene muchos desafíos por delante, incluyendo la gestión de una deuda de u$s 5.000 millones de deuda pública, el sector bancario sacudido por acusaciones de lavado de dinero de Hezbollah, una economía de marcar, el sector de la energía desfinanciado, la red de telecomunicaciones obsoleta, una infraestructura deficiente y un lento crecimiento del empleo. El gobierno también tiene que moverse rápidamente para preparar la exploración de gas costa afuera con Israel, Chipre, Egipto y otros países.

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