miércoles, 30 de mayo de 2012

¿Los rebeldes sirios o líbaneses?



Una cantidad no precisa de sunitas libaneses está siendo formada por miembros del Ejército Libre Sirio (ELS) en Líbano para luego participar de los enfrentamientos contra el gobierno sirio; los instructores son sirios pero también hay libaneses que lucharon en recientemente en Bab Amr y Homs. De acuerdo con Rakan Jaafar, el alcalde de la aldea chiita de Qaa, cercana a la frontera, los sunitas que apoyan la oposición siria "son todos extremistas” y vaticinó que las cosas van muy mal si logran tomar el control en Siria.

La mayoría de los voluntarios se han unido a las brigadas regulares del ELS, pero de acuerdo a los militantes libaneses aliados del ELS, hay una unidad libanesa de entre 20 a 30 hombres que operan exclusivamente entre la frontera y la ciudad siria de Qusayr; pero se estima que unos 300 libaneses -desde el valle de la Bekaa- se han unido a los combates contra el régimen de Al-Assad. Muchos de los milicianos libaneses no tienen experiencia en el combate, a pesar que habían servido en el ejército libanés, pero antes de partir hacia Siria, recibieron un entrenamiento básico en el manejo de armas y técnicas de guerra de guerrillas en un campo de entrenamiento ad hoc en el norte de la Bekaa.

Este programa de entrenamiento militar, a pequeña escala y rudimentario, comenzó a raíz de la breve ocupación de Hezbollah del oeste de Beirut -en mayo de 2008- como una respuesta a la decisión del entonces gobierno de cerrar la red privada de comunicaciones de Hezbollah. La situación fue el detonante de una semana de enfrentamientos entre facciones que dejó más de 100 muertos, llevó al país al borde de la guerra civil y dejó a muchos sunitas con sentimientos de humillación y resentimiento hacia los chiitas.

Las autoridades sirias culpan de la violencia a "bandas armadas terroristas" y se han quejado ante ONU que Líbano alberga a "elementos terroristas", además Damasco afirma que Al-Qaeda es responsable de varios ataques devastadores con coches bomba en Damasco y Alepo pero los voluntarios libaneses sostienen que ellos son simplemente musulmanes devotos participan en la yihad. Sostienen que occidente tiende a confundir a los musulmanes que defienden a otros musulmanes como elementos de Al-Qaeda; sin embargo, es evidente que gran parte de la oposición armada ha aprovechado las raíces religiosas para reclutar elementos sunitas donde persisten sentimientos adversos a los chiitas y por ende anti-Al-Assad.

Yasser Arabi, un libanés que fue detenido por las fuerzas sirias a principios de esta semana en Kfarqouq en el distrito de Rashaya, al sureste del Líbano, fue liberado según su hermano, Mohammad Arabi, dijo el ex MP Faisal Dawoud quien le informó de la liberación de su hermano y dijo que se encuentra en buen estado de salud. Yasser Arabi fue secuestrado por los guardias fronterizos sirios, después que presuntamente disparó y mató a un libanés y otros dos resultaron heridos la noche del domingo en la zona fronteriza; pero el sitio de noticias El-Nashra dijo que los guardias sirios dispararon contra tres traficantes libaneses, matando a Rami Al-Asmar e hiriendo a Yasser Arabi y a Zeineddine Bilal, mientras ellos estaban tratando de infiltrarse en territorio sirio.

Líbano es considerado como el patio trasero de Siria y Trípoli se ha convertido en la base para los rebeldes, de acuerdo con los sirios; Damasco ha enviado una carta a ONU a los libaneses de ayudar a Al-Qaeda y a la Hermandad Musulmana para establecerse a lo largo de la frontera con Siria facilitando también el contrabando de armas y suministros para el ELS. Arabia Saudita, Bahrein, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos instaron desde la primera cumbre de “Amigos de Siria” sobre la necesidad de armar a los rebeldes; a ello se suman las tensiones con Siria por lo que sería más lógico la influencia saudita en los sunitas devotos que la llegada de una célula de Al-Qaeda, acérrimo crítico de los sauditas.

Los actuales enfrentamientos dentro de Líbano son en realidad los efectos de otro conflicto, así los recientes enfrentamientos entre sunitas y alawitas en Trípoli responden más al conflicto macro entre Irán –aliado de Siria y Hezbollah- y Arabia Saudita –líder de los sunitas-. Por su parte, los desarrollos en Siria son una evidencia de las tensiones entre Occidente y Rusia, en una suerte de deja vú de la Guerra Fría, que no ha sido resuelto aún.


El gobierno de Líbano negocia la liberación de los rehenes


El embajador sirio en Líbano, Ali Abdel Karim Ali, se reunió con el Ministro de Relaciones Exteriores libanés, Adnan Mansour, y le entregó una carta en relación a la incautación del un cargamento de armas a bordo del buque Lutfallah II, destinadas a Siria, y negó que se haya acusado a Arabia Saudita y Qatar por estar detrás del intento de contrabando. De las 21 personas imputadas en relación con Lutfallah II, 14 están bajo custodia -8 son sirios y 4 son libaneses-; Ali dijo que Siria estaba interesada en conocer los resultados de la investigación del caso y expresó el agradecimiento del gobierno sirio para con el ejército libanés y el aparato de seguridad por incautar el envío.

Ali negó que la carta de Mouallem estuviese vinculada a las críticas del presidente libanés, Michel Sleiman, por la reciente carta que el embajador sirio en ONU, Bashar Jaafari, le entregó al Secretario de ONU y al Consejo de Seguridad en la que se alegaba que algunas regiones de Líbano se habían convertido en bases para el contrabando de armas y combatientes a Siria. La carta de Jaafari, detalla alrededor de una docena de incidentes de seguridad desde mediados de marzo de 2012, y estos incidentes incluyen la incautación del Lutfallah II; pero tras una reunión con el Representante Especial de la ONU en Líbano, Derek Plumbly, Sleiman dijo que el informe de Jaafari era "inexacto" y totalmente opuesto a los informes militares libaneses.

La cadena de televisión Al-Manar, informó que Kofi Annan visitará Líbano en breve, la visita se llevará a cabo en medio de temores expresados por varios países que la violencia de Siria se está extendiendo a Líbano. El nuevo Ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, dijo que ningún Estado estaba dispuesto a considerar hoy una operación terrestre en Siria ya que los riesgos de una extensión regional del conflicto sería formidable, sobre todo en Líbano; Ban Ki-moon advirtió el viernes que la amenaza del conflicto en Siria podría extenderse a Líbano, en lo que el Secretario General de ONU denominó “efecto secundario", de la crisis siria.

La visita de Annan se anunció en medio de la incertidumbre que todavía rodea el destino de los 11 peregrinos musulmanes chiitas libaneses secuestrados en el norte de Siria hace casi una semana. Días atrás, las autoridades libanesas anunciaron que el grupo había sido puesto en libertad, que había llegado sano y salvo en Turquía y que iban a volar de regreso a Beirut, pero eso nunca sucedió. Ahora, el caso parece haber sido atrapado por el contexto conflictivo de las relaciones sirio-libanesas.

En medio de crecientes dudas sobre el paradero de los secuestrados, Mansour instó a Nabil Elaraby Secretario de la Liga Árabe, para que contribuya a su puesta en libertad. El drama de los rehenes ha amenazado con inflamar las tensiones sectarias dentro del país, mientras que las señales de una posible extensión de la crisis siria son cada día más notorias.

Pero la situación podría empeorar más aun si se confirma la declaración de Haytham Al-Maleh, un conocido activista de los DDHH sirio, quien sostuvo que los libaneses secuestrados en Siria eran miembros de Hezbollah; Al-Maleh sostuvo que los secuestrados portaban dispositivos de interferencia y prismáticos, por ello el activista sirio ve poco probable su pronta liberación. Al-Maleh, ex líder del Consejo Nacional Sirio (CNS), le ha pedido a Hezbollah que “detenga el envío de combatientes para ayudar al régimen a cometer masacres".

La cadena de televisión Al-Jadeed informó que los secuestrados están distribuidos de forma individual en un área adyacente a la frontera sirio-turca, mientras tanto, el portavoz de la cancillería turca Selcuk Unal dijo a Al-Jadeed que el secuestro de los peregrinos libaneses era "muy trágico" y agregó que la situación en Siria no era estable y ello ha generado muchas operaciones de secuestro. Unal señaló que se estaban haciendo importantes esfuerzos liberar a los peregrinos, sin embargo solo han recibido información indirecta procedente de diferentes fuentes.

Al problema de los secuestrados se le suman los continuos incidentes en la frontera con las fuerzas de seguridad sirias. El ejército sirio mató a un ciudadano libanés e hirió a otros cuatro; Abdel-Ghani al-Jebbawi, se encontraba cazando con sus hermanos en las montañas de Ras Baalbek, a unos 25 kilómetros al norte de Arsal, Baalbek, al este del Líbano. A principios de mayo, el alcalde Arsal Houjeiri Ali advirtió que "si el gobierno es incapaz de proteger la zona y sus habitantes, esto empujará a la gente a cuidar de su propia seguridad."

Líbano está enfrentando varias situaciones conflictivas al mismo tiempo, mientras que la situación de Siria está entrando en una etapa de mayor violencia, por lo que los temores de una expansión de las tensiones en Líbano es una opción que todos temen.

La visita de Annan, tanto a Damasco como a Beirut, es una señal del deterioro del escenario interno y del posible fracaso de la iniciativa de paz; de confirmarse que el plan de Annan no prosperará los combates en Siria aumentarán en el corto plazo y aumentará la participación de los diferentes grupos dentro de Líbano. La frontera es un espacio donde fluyen armas, personal y refugiados, el Estado libanés no tiene la capacidad para sellarla por lo que el paso de elementos radicales comenzará a agravar la situación a ambos lados de la frontera.


miércoles, 23 de mayo de 2012

La delgada línea roja entre Siria y Líbano


Ali Ammar, parlamentario de Hezbollah, dijo que su partido se ha asegurado de la liberación de al menos 11 libaneses secuestrados en Siria al tiempo que el partido mantenía "La comunicación en los planos internacional, regional y local se llevó a cabo durante todo el día, en un esfuerzo para ganar su liberación", según Ammar. El representante de Hezbollah dijo que se hicieron esfuerzos para conseguir la ayuda de Turquía y varios Estados del Golfo, así como las organizaciones mundiales para presionar a los hombres armados para liberar a los rehenes; lo significativo se su intervención fue la discrepancia en las cifras citadas en relación con el número de rehenes: mientras que algunos funcionarios libaneses daban 13 rehenes, Ammar dijo que los rehenes son entre 11 y 13.

Adnan Mansour, Ministro de Relaciones Exteriores de Líbano, dijo hoy que las autoridades han ubicado a 11 chiitas libaneses secuestrados y que espera que sean liberados muy pronto; Mansour dijo que había estado en contacto con varios funcionarios árabes y su homólogo turco para tratar de asegurar el retorno de los cautivos a Líbano. La agencia estatal de noticias de Líbano, transmitió el informe pero no dio más información sobre la ubicación de los rehenes o en poder quien se encuentran.

Nabih Berri, presidente del Parlamento libanés, acogió con beneplácito el llamado del rey saudita Abdullah bin Abdel Aziz, de disociar a Líbano de las luchas en el exterior, en particular la crisis de Siria. El Primer Ministro, Najib Mikati, también destacó el apoyo del rey saudita a la postura de su gobierno y dijo que ello confirma que la política de la disociación adoptada fue una decisión correcta; Mikati también advirtió que el país estaba "pasando por una fase difícil", pero añadió que una actitud responsable y evitar las confrontaciones electorales prematuras podría ayudar en la superación de los problemas del país.

A pesar del apoyo del rey Abdullah, el embajador saudita en Líbano, Ali Al-Asiri, confirmó que se ha puesto en marcha un plan de contingencia para la evacuación de sus nacionales en Líbano, en caso de necesidad de una salida repentina. Aunque Al-Asiri dijo que no hay dudas que la actual situación es buena e hizo hincapié en que su país no le está pidiendo a sus ciudadanos que se abstengan de viajar a Líbano sino que se limiten a tomar precauciones debido a los enfrentamientos locales, el rey Abdullah está "profundamente preocupado" por la violencia sectaria en el Líbano, luego de la muerte del clérigo sunita.

Michel Aoun, líder del Movimiento Patriótico Libre, denunció durante una ceremonia del Día de Liberación –que marca el retiro de las tropas israelíes del sur de Líbano en 2000- que había intentos de vincular los eventos en Siria con Líbano para sembrar el caos y llegar a un estado de desesperación; Aoun también advirtió que algunos grupos estaban tratando de arrastrar a la Resistencia en "luchas internas" y que era lamentable que muchos libaneses se hayan desviado de la ruta de la resistencia y se olvidado de la amenaza israelí".

Aoun, comentando sobre el secuestro de los chiitas libaneses en Siria, lo calificó de un "acto terrorista" y consultado sobre del asesinato del clérigo sunita, Ahmad Abdul Wahed, señaló que "no fue un asesinato" y expresó su esperanza que la investigación sobre el asunto termine pronto.

Una explosión sacudió al complejo de Aqibiyeh cerca de Zahrani, al sur de Líbano, habitado por trabajadores sirios y solo causó algunos daños a la propiedad; los atacantes lanzaron un cartucho de dinamita y las tropas libanesas rápidamente llegaron a la escena después de la explosión e iniciaron una investigación sobre el incidente. El complejo estaba cubierto con carteles de presidente sirio, Bashar Al-Assad, y ha sido el hogar de cerca de 200 trabajadores agrícolas sirios en los últimos dos decenios.

El Ejército Libre Sirio (ELS), por su parte, negó que estuviera detrás del secuestro de los libaneses, Mustafa Al-Sheikh -miembro de alto rango del ELS- negó por teléfono desde Estambul que su grupo sea responsable de la operación; Al-Sheikh sostuvo que todo era un intento por distorsionar la imagen del ELS y denunció que el secuestro fue "sin duda la obra del régimen sirio, que quiere sembrar el caos."

Las fuerzas del régimen aprovecharon este incidente para lanzar un feroz asalto en el bastión rebelde de Rastan, en el centro de Siria, con un profuso fuego de artillería para luego lanzar un ataque por tierra. Un activista en el terreno dijo que los combatientes del ELS defendían las entradas de Rastan, pero las fuerzas del régimen se estaban reforzando con nuevas tropas de élite, incluida la Guardia Revolucionaria iraní.

Sergei Lavrov, Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, dijo en una conferencia de prensa que el conflicto en Siria podría propagarse a Líbano. Lavrov, señaló que hay "una amenaza tangible" que la violencia de Siria se extienda a Líbano y que "podría terminar muy mal; el funcionario ruso también advirtió sobre" una escalada artificial "de las tensiones entre los dos principales ramas de la Islam, chiitas y sunitas.

Cuando Nabih Berri les dijo a los diferentes partidos políticos libaneses que prevengan la violencia sectaria y que la crisis en Siria no debería allanar el camino para el caos y el conflicto en Líbano, estaba describiendo una situación que hace tiempo se venía vislumbrando. La división entre sunitas y chiitas en Líbano es tan profunda como lo fue cuando surgió por primera hace siglos, ahora la política es más que un juego; muchos sunitas se oponen a las potencias extranjeras que apoyan a los chiitas libaneses –por ejemplo Irán y Siria- y entre ellos existe la percepción que una y otra vez la comunidad sunita está bajo ataque.

Las tensiones sectarias si bien no son algo nuevo en Líbano, desde el asesinato de Rafik Al-Hariri, en 2005, han estado en pleno crecimiento; la muerte del líder sunita despertó las sospechas que Hezbollah estaba detrás del mismo. A ello se le debe sumar la sensación de marginación política que los sunitas tienen debido a que los mismos hombres que dirigieron las milicias durante la guerra civil ahora ocupan cargos oficiales mientras que los diferentes grupos sectarios siguen luchando por el poder.

Ahmad Abdul Wahed era conocido por ayudar a los refugiados sirios que huían por la frontera norte de Líbano con Siria, mientras que otros arriesgan que su apoyo a los opositores sirios, no sólo involucraba ayuda humanitaria. Independientemente de su papel en el levantamiento sirio, resulta innegable que una parte importante de la población sunita está ayudando a derrocar a Al-Assad, uno de los principales aliados de Hezbollah, el principal rival de los sunitas en el país.


martes, 22 de mayo de 2012

Secuestran a 13 libaneses en Siria


Rebeldes sirios secuestraron hoy a 13 libaneses chiitas en la provincia norteña de Aleppo –en Siria- , a su regreso de una peregrinación, lo que provocó protestas en Beirut; los secuestros son la continuación de las luchas callejeras en la capital libanesa desatada por el asesinato de un clérigo musulmán sunita libanés opositor al presidente sirio, Bashar Al-Assad, y que se constituyeron en los peores enfrentamientos en Beirut desde 2008.

Los peregrinos se encontraban en su camino de regreso a Líbano de un viaje a los lugares religiosos en Irán, informó el canal de televisión Al-Jadeed. El informe dijo que el secuestro se llevó a cabo cerca de la ciudad de Aazaz, poco después que los autobuses que transportaban peregrinos libaneses cruzaron las fronteras entre Turquía y Siria.

Un familiar de los secuestrados señaló que el Ejército Libre Sirio (ELS) reivindicó la toma de rehenes y liberaron a las mujeres al tiempo, que retuvieron a los hombres, y se les dijo que los mantendrían cautivos hasta que los sirios detenidos del ELS fuesen liberados de la estación de policía de Aleppo. Los familiares estiman que alrededor de unos 40 hombres armados detuvieron el autobús, pero un miembro de una de las tantas bandas de insurgentes que operan bajo el paraguas del ELS -contactado por Internet- negó tener conocimiento personal de los secuestros.

Sayyed Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah, instó a la calma después de la noticia del secuestro y dijo que los contactos con las autoridades sirias y otros ya estaban en marcha para ayudar a resolver el asunto. Nasrallah hizo un llamado en nombre de Hezbollah y Amal, a los seguidores de todas las regiones a cooperar para ponerle fin al cierre de las carreteras ya que el bloqueo de las carreteras no sirve de nada.

Al escuchar la noticia, los familiares furiosos salieron a las calles del suburbio sur de Beirut, donde la mayoría de los secuestrados viven y bloquearon las arterias con la quema de neumáticos. Nabih Berri, presidente del Parlamento, señaló que la prioridad ahora es cómo resolver el problema y adelantó que se ocupará del asunto con la máxima responsabilidad.

Berri dijo Líbano mantendrá su política de disociación, respecto de los eventos en Siria, sin importar la presión y agregó que las lagunas en la seguridad nacional requieren la reanudación inmediata del diálogo nacional; Berri también expresó su esperanza que la reciente decisión de algunos países del Golfo, de prohibir los viajes a Líbano, no sean un medio para presionar al país a cambiar su postura frente a la crisis en Siria.

Mikati ha dicho que Líbano no puede estar en confrontación con la comunidad árabe e internacional ni con Siria por lo que varios países árabes y occidentales han expresado su comprensión a la política de Líbano. Los comentarios Berri llegan un día después que Kuwait se unió a Emiratos Árabes, Bahrein y Qatar para sugerirles a sus ciudadanos abstenerse de viajar a Líbano tras varios incidentes de seguridad en la parte norte del país.

Saad Hariri, condenó el secuestro del grupo de libaneses y pidió su liberación inmediata, independientemente del partido que esté detrás del secuestro; Hariri también se contactó con Nabih Berri, para discutir el incidente.

Mawlawi Shadi, el líder sunita cuya detención provocó los primeros enfrentamientos en Tripoli la semana pasada, fue puesto en libertad después que pagó la fianza de LL500.000; a su salida de prisión Mawlawi dijo a los periodistas que confesó bajo presión psicológica y señaló que su confesión era nula y sin efecto debido a la forma en que se extrajo. Poco después de que el Juez de Instrucción Militar Nabil Wehbi aprobó su liberación, Mawlawi fue sacado del Tribunal Militar de Beirut y llevado a la residencia privada de Mikati en Tripoli, donde se reunió con éste.

A pesar de la noticia, los organizadores de la sentada en la Plaza Nour de Trípoli, que exigían la liberación de Mawlawi, se comprometieron a que la medida continuará hasta que se liberen al menos a 123 presos islamistas que han sido detenidos durante años sin cargos. El Ministro del Interior, Marwan Charbel, negó que la liberación de Mawlawi estuviese vinculada a la presión política y dijo que la decisión fue puramente "judicial"; fuentes judiciales dijeron que el caso Mawlawi se construyó bajo la sospecha de la existencia de un vínculo entre Abdel-Aziz Atiyeh -un qatarí que donó dinero a los rebeldes sirios- y Mawlawi que supuestamente recibió el dinero y lo envió a los rebeldes.

Algunos libaneses salieron a las calles de Beirut, en señal de protesta por el secuestro de los peregrinos, lo que sigue alimentando los temores que Líbano se verá envuelto en el caos de Siria; no es casual que Nasrallah, en su discurso, haya señalado enfáticamente que “estaba prohibido cortar las rutas” ya que la más mínima provocación podría encender las luchas religiosas entre los diferentes grupos libanes. El ritmo de desestabilización de Líbano se está acelerando rápidamente y la amenaza a la seguridad comienza a transformarse en un conflicto sectario; es por ello que tanto Mikati, Nasrallah, Hariri y otros líderes políticos cooperan para aliviar la tensión pidiéndoles a sus seguidores que mantengan la calma.

Ciertamente los últimos incidentes han puesto al sistema político libanés al límite de su tolerancia. El asesinato del jeque Ahmed Abdul-Wahid, un prominente clérigo sunita anti-sirio vinculado con el ex PM Al-Hariri, y de su guardaespaldas en Akkar -al norte de Líbano- cuando un soldado libanés disparó, al parecer después que no se detuvo el automóvil en un retén militar, despertó una profunda indignación debido a la percepción de apoyo -desde algunos sectores- de las fuerzas de seguridad libanesas hacia el régimen sirio. El fin de semana, grupos sunitas libaneses, que apoyan y rechazan al régimen de Al-Assad, se enfrentaron en Beirut en el peor brote de violencia en Beirut en años.

Líbano no puede disociarse de los acontecimientos en Siria debido a que los grupos religiosos y políticos sirios tienen su contraparte en Líbano y, principalmente en el norte del país, el bastión sunita apoya a la revolución contra el régimen sirio en medio de una activa comunidad alawita.

Los actuales incidentes se venían presagiando con el aumento de los crecientes grafitis callejeros, en las fuertes disputas retóricas entre la Coalición 8 de Marzo –liderada Hezbollah y sus aliados dispuestos a sostener a Al-Assad en el poder- y la Coalición 14 de Marzo desesperada por ver el cambio de régimen en Siria; el conflicto también se trasladó a las cadenas árabes satelitales donde recientemente durante unas entrevistas, los miembros de los dos bandos casi llegan a los golpes de puño en vivo.

Hay un nuevo jugador en Líbano, Shaker Al-Barjawi. Él es un sunita de 51 años, que creció bajo la influencia de su padre, un funcionario de aduanas y uno de los fundadores de la rama libanesa del partido Baa’th, que se estableció en Siria en 1947; en ese momento, era fiel a la rama iraquí del Baa’th y luchó brevemente con el ejército iraquí contra Irán. Después de la invasión israelí de Beirut en 1982, Al-Bajrawi se separó del Baa’th iraquí después que Saddam Hussein comenzó a entablar lazos con Amin Gemayel; gracias a la influencia siria en Líbano en los ´90, Al-Barjawi reparó sus relaciones con Damasco y con la creación del Partido del Movimiento Árabe, desafió las políticas de Rafik al-Hariri.

Al-Bajrawi niega que sea miembro de Hezbollah, pero Hezbollah ha mantenido un notable silencio sobre los recientes acontecimientos y el discurso de Al-Barjawi contra el Movimiento Futuro, de Hariri, ha sido particularmente duro. Un nuevo capítulo se ha abierto en la política libanesa, que tal vez sobreviva a la insurrección siria en sí- y el hombre a seguir es Shaker al-Barjawi.

lunes, 21 de mayo de 2012

Se agravan las tensiones religiosas en Líbano


El jeque Ahmad Abdul Wahed, un prominente predicador musulmán anti-Al-Assad, y su compañero, el jeque Mohammad Hussein al-Mereb, fueron asesinados en un retén del Ejército libanés-en Kwaikhat- cuando se dirigían a asistir a un mitin organizado por Khaled Daher, parlamentario del Movimiento del Futuro, en la aldea de Halba para conmemorar a las víctimas del movimiento durante los enfrentamientos entre partidarios y detractores del gobierno del 2008. A su llegada al puesto de control, Khaled Mereb –el chofer del jeque Wahed- dijo que varios soldados lo habían saludado, pero uno de ellos le exigió al predicador que saliese del coche; a raíz de esto se produjo un altercado verbal con el soldado Wahed tomó el asiento del conductor y se volvió al vehículo para regresar momento en que los soldados dispararon contra el vehículo, causando la muerte del jeque.

El Fiscal militar, Saqr Saqr, ordenó la detención de 22 soldados del ejército libanés, entre ellos tres oficiales, para ser interrogados y desde el gobierno se dijo que las investigaciones están en curso"; Saqr dijo que un comité creado por el ejército libanés para investigar el incidente estaba bajo su supervisión personal y que iba a viajar al norte para continuar con la investigación, pero descartó que se tenga un informe inicial antes de los tres días. Mientras tanto, el Gran Mufti Mohammad Rashid Qabbani se reunió con una delegación en representación del jefe del Ejército libanés, Gral. Jean Kahwagi, encabezada por el jefe de la Inteligencia militar, Edmond Fadel; en el encuentro se le transmitió al muftí de que la investigación estaba en curso y que se revelaría a los responsables detrás del asesinato y serían juzgados

Grupos armados prendieron fuego a neumáticos para cortar varias carreteras en el norte de Líbano, en señal de protesta, en un camino que conduce a Siria. Escenas similares se repitieron en todas las regiones de Líbano: en algunas partes de Beirut, en la región de Akkar y en el valle de la Bekaa, donde manifestantes furiosos cortaron las rutas. Tanto el Ejército como la policía estaban tratando de abrir las rutas en un aparente intento por aliviar la tensión en el país; el Primer Ministro libanés, Najib Mikati, llamó a la calma y dijo que el ejército ya había abierto una investigación sobre el incidente.

Mikati presidió una reunión de seguridad y luego instó a los libaneses, en particular a los habitantes de Trípoli, a mostrar moderación y "actuar con prudencia". El premier libanés hizo hincapié en la necesidad de reabrir las carreteras y de no para atacar las propiedades públicas y privadas.

Los enfrentamientos del lunes, entre hombres armados del Movimiento del Futuro -leales al anti-sirio ex PM Saad Al-Hariri- y miembros del grupo pro-Assad sunita liderado por Shaker Al-Berjawi, dejaron dos muertos y se constituyeron en los peores disturbios, en Beirut, desde los enfrentamientos sectarios de2008. Khaled Daher, parlamentario del Movimiento del Futuro, dijo Abdul Wahid fue víctima de un "asesinato intencionado" de las tropas del Líbano que son leales a Damasco.

Pero Berjawi dijo que unos 25 guardias y miembros de su personal estaban en su oficina cuando empezaron los combates, dos de ellos murieron y 12 resultaron heridos en alrededor de siete horas de enfrentamientos; Berjawi dijo que miembros de los grupos extremistas se encontraban entre los jóvenes que rodeaban a su oficina. Berjawi sostuvo que hizo un llamado al ejército libanés pidiendo su ayuda pero que cuando los soldados llegaron no intervinieron.

Otro grupo sunita pro-Al-Assad dijo que sus hombres se dirigieron a Berjawi y sus partidarios en las primeras horas de la mañana, y que el ejército probablemente pensó que su intervención podría agravar la situación. Los jóvenes de Tarik al-Jadeeda dijeron que aunque sus acciones fueron motivadas por el profundo resentimiento de los 14 meses de derramamiento de sangre en Siria, uno de sus objetivos a corto plazo se había logrado con la expulsión de Berjawi.

Un dato interesante es que mientras los dolientes llevaban los cuerpos de Abdul Wahid y Mraib Mohamed y otro hombre murió en el incidente puesto de control, a una mezquita en Albireh en Akkar, el ataúd del último hombre estaba envuelto con las banderas del Ejército Libre Sirio y del Movimiento Futuro.

El ex primer ministro, Saad Hariri, discutió telefónicamente con Samir Geagea, líder de las Fuerzas Libanesas, los acontecimientos en Beirut, la región de Akkar y las maneras de enfrentar "las trampas puestas por los instrumentos del régimen sirio" en el país. Un comunicado de la oficina de Hariri, indicó que el legislador había hablado también con Amin Gemayel, líder del partido Kataeb, y que los dos discutieron tanto los asesinatos de Abdel-Wahed y Merheb, así como los esfuerzos para frustrar los intentos de "encender la discordia en el norte y en Líbano en general”.

El Secretario General, Ban Ki-moon, expresó hoy su preocupación que los enfrentamientos en Siria pudiesen propagarse a Líbano y reiteró su temor que la violencia pueda estallar en Siria en una guerra civil a gran escala. El Coordinador especial de ONU para Líbano, Derek Plumbly, también expresó su preocupación por los enfrentamientos y pidió a todas las partes que cesen los combates; además Plumby dijo que "Las diferencias deben resolverse mediante el diálogo y no recurriendo a la violencia”.

La semana pasada, el embajador de Siria en ONU, Bashar Ja'afari, le envió una carta a Ban y al Consejo de Seguridad acusando a algunas facciones libanesas de alojar a miembros extremistas de Al-Qaeda y la Hermandad Musulmana y ayudarlos a echar a lo largo de la frontera con Siria para lanzar ataques contra ese país Siria. En comentarios que parecían reforzar las denuncias del gobierno sirio sobre militantes extranjeros extremistas, Ban dijo que creía que Al-Qaeda era responsable por los dos coches bomba que mataron al menos a 55 personas, pero ONU desmintió más tarde por falta de pruebas contundentes.

Siria ha jugado un papel clave en Líbano, muchas veces un papel desestabilizador pero también de regulación; los libaneses no han hecho ningún progreso por emanciparse del papel protector que Siria se ha arrogado en las últimas décadas. La sospecha que elementos dentro del ejército libanés, que ha actuado como un símbolo de la unidad nacional desde el final de la guerra civil en 1990, estén trabajando con los sirios para desestabilizar a Líbano y a la región es una hipótesis que algunos comienzan a considerar.


viernes, 18 de mayo de 2012

Siria acusa a Líbano de albergar a terroristas



Siria ha enviado una carta a ONU acusando que algunas zonas del Líbano ayudan a Al-Qaeda y a la Hermandad Musulmana de establecerse a lo largo de la frontera y añadió en la misma una crítica a Turquía y Libia por el supuesto suministro de armas a los rebeldes sirios. La carta, enviada al Secretario General y al Consejo de Seguridad, fue entregada ayer por el representante sirio ante la Organización, Bashar Ja'afari.

La carta denunció que en algunas zonas de Líbano se han establecido almacenes para las armas y municiones que está llegando ilegalmente a Líbano, ya sea por mar o a veces mediante el uso de los aviones de determinados países, y luego pasan de contrabando a Siria bajo la excusa de llevar ayuda humanitaria a los refugiados sirios. Además, Ja'afari dijo que organizaciones benéficas dirigidas por los salafistas libaneses y el Movimiento Futuro, liderado por Saad Al-Hariri, se están utilizando para proporcionar refugio a los terroristas en Líbano.

El Ministerio de Relaciones Exteriores también dijo que "los pistoleros heridos están siendo atendidos en los dispensarios y hospitales libaneses bajo nombres falsos", y agregó que “Arabia Saudita y Qatar son la financiación de estos centros médicos”; la carta sostienen que "hay alrededor de 50 terroristas en la ciudad de Trípoli bajo la dirección de Khaled Khaled Tanak, Hamzeh y Zacarías Ghaleb al-Khawli y que usan las identificaciones con el símbolo de ONU sobre ellos para pasar a través de los puestos de control del ejército libanés."

De acuerdo con la carta filtrada, el Ministerio de Relaciones Exteriores sirio tiene información que el líder del Ejército Libre Sirio (ELS), Coronel Riad Al-Assad, "ha llegado recientemente a Líbano para establecer una zona de amortiguamiento de Siria."

El Coronel Al-Assad, por su parte, acusó a Rifaat Eid, un funcionario del Partido Democrático Árabe de conspirar contra el Estado libanés e invitar a un ejército árabe extranjero para ocupar el norte del país. Según al-Assad, las declaraciones de Eid no sólo menosprecias el prestigio de Líbano sino también la dignidad del país y la dignidad de cada ciudadano libanés, porque Eid no es ni un analista político, ni un analista de medios de comunicación, sino la cabeza de un partido libanés.

Eid insinuó el miércoles que la calma no se restaurará en Trípoli, sin el retorno de un "ejército árabe" a Líbano, y señaló que Siria es capaz de llevar a cabo esa misión; Al-Assad dijo que no hay duda que Eid tiene el deseo de volver atrás del reloj en Líbano, con un pedido de esas características.

El Primer Ministro libanés, Najib Mikati, contestó la carta destacando que "el gobierno libanés está plenamente con el cumplimiento de su deber en la lucha contra cualquier tipo de operaciones de terrorismo y en la vigilancia de la frontera con Líbano, el control de la situación de la seguridad y las lagunas de seguridad." Mikati señaló que "violaciones también se están produciendo desde el lado sirio de la frontera, como todo el mundo conoce la naturaleza de la frontera entre los dos países y lo difícil que es controlar la extensa zona fronteriza".

Mikati calificó de desafortunadas a las observaciones formuladas por el enviado de Siria y como una inflamación de las disputas, mientras que Líbano busca a través de los canales diplomáticos y de seguridad pertinentes salvar las diferencias y resolver los problemas con calma, con cuidado y de una manera que preserve el bien las relaciones entre los dos países y pueblos.

El Movimiento del Futuro negó hoy las acusaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores sirio, sobre la existencia de "centros de caridad pertenecientes a grupos islamistas y el Movimiento Futuro de Líbano a lo largo de la frontera con Siria que se hayan convertido en lugares para recibir y albergar a terroristas de Al-Qaeda y la Hermandad Musulmana”. El Movimiento del Futuro acusó al régimen sirio de "querer exportar la crisis de su país a Líbano, a través de implicar al Movimiento del Futuro, que se rige por las normas de las prácticas políticas democráticas, cívicas y responsables".

Ciertamente Líbano ha tenido históricamente grandes dificultades para controlar su seguridad interna, debido a múltiples factores el aparato estatal se ha visto afectado para controlar las fronteras y para evitar los incidentes entre los grupos religiosos. Era de esperarse que los acontecimientos en Siria complicasen más aun el escenario interno libanés y que los grupos salafistas se infiltrasen en al país para luego viajar a Siria.

Damasco no ha hecho mucho tampoco para colaborar con la seguridad nacional libanesa ya que algunos de sus funcionarios responden más a Al-Assad que a Mikati y vaya como ejemplo los secuestros de disidentes sirios en Beirut con grupos mixtos sirio-libaneses de Inteligencia. El problema no lo tiene Siria, que si bien ya está desestabilizada, tiene un poder central que mantiene un cierto control sobre los grupos extremistas; Líbano no puede decir lo mismo ya que Hezbollah contra el sur y los salafistas podrían intentar alzarse con el norte, además a diferencia de Damasco el aparato de seguridad de Beirut es más modesto y tiene limitaciones materiales para enfrentarse a los radicales.

jueves, 17 de mayo de 2012

El Ejército de Líbano intenta controlar los enfrentamientos en Tripoli


El ejército libanés y la policía adoptaron hoy medidas excepcionales para imponer la seguridad en Trípoli, después que disparos de francotiradores hirieron a 12 personas, entre ellas dos soldados; más temprano un niño de 13 años de edad fue asesinado por los disparos de francotiradores. Un civil murió en la noche del miércoles, dijeron fuentes de seguridad, con lo que la cifra de muertos se elevé a 11 en los cinco días de enfrentamientos.

A lo largo de la mañana, el ejército libanés respondió al fuego esporádico de francotiradores en varios barrios de Trípoli, mientras que las tensiones se mantienen altas después de los tres días de enfrentamientos iniciados el fin de semana; la mayoría de los francotiradores se encuentran en la zona de Talaat al-Omari, un área situada entre los dos barrios rivales.

El Primer Ministro libanés, Najib Mikati, ordenó a los militares que establezcan puntos de control y detengan a las personas que porten armas en público. Mikati también ordenó a los militares el estado de alerta máxima y comenzaron a verse vehículos blindados patrullando las calles en medio de los disparos de francotiradores.

En la calle principal de Bab Al-Tebbaneh, las fuerzas especiales libanesas permanecían sobre las ametralladoras pesadas montadas en vehículos blindados o vehículos todo terreno; otros soldados reconstruyeron las fortificaciones de pequeños puestos de avanzada dañados en los combates mientras que las calles estaban llenas de basura, vidrios rotos, y los escombros de la explosiones de granadas propulsadas por cohetes.

El Ministro de Asuntos Sociales y también el jefe del Consejo Superior para la Infancia, Wael Abu Faour, dijo que el Consejo fue a dar seguimiento a los acontecimientos en Trípoli y se encontró con una "gran preocupación y descontento", ya que los enfrentamientos que están reclamando las vidas de niños inocentes. Faour instó a las fuerzas rivales a que cese inmediatamente el fuego y establezcan un "ambiente de paz necesario para que los desarrollos psicológicos, sociales y de salud de los niños."

Trípoli hoy, es como la ciudad fronteriza paquistaní de Peshawar que, durante la ocupación soviética de Afganistán en la década de 1980, actuó como un centro integral para la organización de combatientes, armas e Inteligencia para la insurgencia de los muyahidines y acogió a 100.000 refugiados afganos. El comentario pertenece al jeque Shadi Jebara, líder salafista del barrio de Bab al-Tabbaneh, quien añadió que sabía de 50 a 70 hombres que ya habían partido hacia Siria; aunque la comparación con Peshawar pueda sonar tal vez una exageración, lo cierto es que las fuertes conexiones entre Trípoli y el conflicto en Siria existen y se han consolidado con el tiempo.

Aunque muy pocas personas en los círculos de combatientes de Trípoli, partieron a Irak para combatir a los insurgentes después de la invasión norteamericana de 2003, el jeque Mazen Mohammed -un imam suní de una mezquita de Bab al-Tabbaneh- sostuvo que los rebeldes sirios aún no solicitaron asistencia de más allá de los “brazos de sus partidarios libaneses”. Mientras que el número de combatientes libaneses que cruzan a Siria parece ser relativamente baja por el momento, existe el peligro que tal actividad pueda introducir elementos más radicalizados y sectarios que podrían agravar el conflicto sirio o dañar el equilibrio libanés.




miércoles, 16 de mayo de 2012

¿Lobo está o no está? Al-Qaeda en Líbano


En una interesante conferencia de prensa -tras la reunión del norte del Consejo de Seguridad de Líbano- el ministro del Interior libanés, Marwan Charbel dijo que hay personas en Líbano que simpatizan con Al-Qaeda pero que el grupo no tiene presencia organizada en el país y señaló que el caso de los islamistas encarcelados sin cargos se resolvería pronto.

Las declaraciones se produjeron después de un partidario de la oposición islamista sirio, Mawlawi Shadi, fue arrestado y acusado de pertenecer a una "organización terrorista", informes posteriores sugerían que Mawlawi estaba vinculado a la rama de Al-Qaeda en Líbano. La polémica detención de Mawlawi provocó los enfrentamientos en Trípoli, entre opositores y partidarios del presidente sirio Bashar Al-Assad, que dejaron al menos siete muertos y 100 heridos; pero lo que mayor malestar produjo fue que el personal de seguridad -vestido de civil- lo llevó a un centro de servicios sociales que pertenece al Ministro de Finanzas, Mohammad Safadi, con promesas de atención médica, sólo para arrestarlo.

El arresto Mawlawi también impulsó a las familias de los presos islamistas a llevar adelante una sentada en la plaza Al-Nour, también conocida como plaza Abdel-Hamid Karami, exigiendo la prueba rápida o de liberación de sus familiares; durante la conferencia, Charbel dijo que si Mawlawi es inocente, el Fiscal militar Sakr Sakr lo pondrá en libertad y adelantó que tres abogados han sido designados para el caso.

El caso de Mawlawi no es el primero que enfrenta el sistema judicial libanés, ya tiene en proceso los juicios de alrededor de 300 prisioneros que fueron arrestados por cargos de luchar o colaborar con los combatientes durante los enfrentamientos de 2007 entre el Ejército libanés y el grupo militante palestino Fatah Al-Islam en el campamento de refugiados de Nahr Al-Bared,

En un acuerdo alcanzado hoy entre Charbel, los Comités Islámicos y el Comité de seguimiento en el caso de los detenidos islamistas, en virtud del cual Mawlawi será re-interrogado mañana bajo la supervisión del Fiscal Saqr Saqr y en presencia de los abogados de Mawlawi. Tras el acuerdo, los manifestantes islamistas reabrieron las calles que conducen a plaza Al-Nour, pero decidieron mantener su sentada hasta el jueves por la tarde.

Por otra parte, el ministro Charbel instó a los funcionarios a asumir sus responsabilidades y adoptar una decisión política coherente en el trato con los hombres armados, en Trípoli. Los enfrentamientos pusieron de relieve las profundas divisiones entre los partidos políticos en Líbano sobre la crisis en Siria y el temor de que los disturbios podrían extenderse ya es una hipótesis de trabajo; la violencia sectaria se ha intensificado en Trípoli desde que estallaron las revueltas en Siria, pero la reciente escalada marcó la aparición de la línea dura salafistas, participando en los combates.

Algo resulta inquietante de todo este asunto. Mientras que el Ministro Charbel señala que la presencia de Al-Qaeda en Líbano no existe en el Líbano, que no tiene una base de entrenamiento ni tampoco pueden recibir fondos, el jefe de la Seguridad General, Gral. de Div. Ibrahim Abbas confirmó los informes de prensa que indicaban que la detención de Mawlawi fue coordinada con una agencia de seguridad de Occidente, y señaló que al-Qaeda existe en el Líbano, dando a entender que Mawlawi es un miembro de Al-Qaeda.


martes, 15 de mayo de 2012

El Ejército de Líbano controla Tripoli


Las tropas del Ejército libanés, respaldadas por vehículos blindados desplegados en Trípoli, restauraron el orden después de tres días de enfrentamientos entre los barrios rivales de Bab al-Tabbaneh -cuyos residentes se oponen a Al-Assad- y Jabal Mohsen -cuyos residentes apoyan la líder sirio- y comenzaron a levantar puestos de control y patrullas, particularmente en la calle Siria, que corre entre ambos barrios.

El jefe del Ejército libanés, Gral. Jean Kahwagi, dijo que la decisión de desplegar al Ejército en Trípoli se produjo después de que se tuvo la seguridad que los soldados no serían los objetivos; cuando el ejército entró en las zonas de enfrentamientos se disparó en su contra y uno de los objetivos fue proteger a los efectivos militares, pero también se buscó evitar las bajas entre los civiles armados. Se estima que unos trescientos miembros de las Fuerzas de Seguridad Interna entraron en el área bajo las órdenes del Gral. Bassam Ayoubi, miembros de la policía también participaron del despliegue y las operaciones posteriores.

El ex Primer Ministro, Saad Hariri, instó a los líderes políticos, religiosos y militares libaneses a hacer "lo que sea necesario" para ponerle fin a los enfrentamientos en Tripoli, dijeron fuentes políticas. La oficina de prensa de Hariri dijo que el líder del Movimiento Futuro, actualmente en Arabia Saudita, habló por teléfono la situación en Trípoli con el presidente Michel Sleiman, comandante del Ejército, Gral. Jean Kahwagi, el Mufti del norte de Líbano, Sheikh Malek Shaar, y otros altos funcionarios.

Algunos sectores políticos, como el parlamentario Mouin Merhebi del Akkar, criticaron al Ejército libanés por no aplicar las decisiones del Consejo de Defensa Superior y lo responsabilizaron de cualquier "gota de sangre que se derrame o hay vida que se pierda debido a la reticencia a entrar en la zona de los enfrentamientos". Sin embargo, el Ministro de Defensa, Fayez Ghosn, defendió al Ejército y sostuvo que se va a hacer lo que se deba hacer, se implementarán y tomarán las decisiones necesarias; además Ghosn garantizó que el Ejército tendrá una presencia más fuerte en la zona.

Aunque los enfrentamientos no son raros en el área, los últimos tres días han sido testigos de algunos de los más feroces enfrentamientos entre sunitas y alawitas en Trípoli, matando a ocho personas -entre ellas un soldado e hiriendo a más de 50-; por primera vez fueron utilizados proyectiles de mortero que forzaron a cientos de personas a abandonar sus hogares debido al pánico provocado.

Líbano y Siria comparten una compleja red de relaciones políticas, sectarias y rivalidades que fácilmente se pueden inflamar. Trípoli es solo un caso de violencia sectaria puntual por el tramado religioso de la población local, pero las disputas se han vuelto más frecuentes a medida que el conflicto en Siria empeora y si bien los últimos enfrentamientos fueron provocados por la detención del libanés Mawlawi Shadi -un crítico abierto de Al-Assad- cualquier incidente en Siria repercutirá directamente en las respectivas comunidades libanesas. Pero a diferencia de Siria, Líbano ya ha experimentado conflictos político-religiosos en las últimas décadas de los que a penas a podido recuperarse; la pregunta que se hacen todos es si el sistema político libanés desde los Acuerdo de Taif ha logrado consolidarse o solo fue una tregua momentánea.

lunes, 14 de mayo de 2012

Duros enfrentamientos en Líbano entre sunitas y alawitas


El levantamiento en Siria está provocando, por tercer el día consecutivo, intensos enfrentamientos en Líbano con hombres armados disparando rifles de asalto y granadas propulsadas por cohetes; los enfrentamientos estallaron la noche del sábado en Trípoli después de que las autoridades detuvieron a ciudadano libanés Shadi Mawlawi, un abierto crítico del presidente sirio Bashar Al-Assad. El Fiscal Militar, Saqr Saqr acusó a Mawlawi y a otras cinco personas –entre ellos un qatarí, un palestino y un jordano- de pertenecer a un grupo armado y de llevar a cabo actos armados dentro y fuera de Líbano.

Mawlawi fue engañado presuntamente por la Seguridad General con el pretexto que iba a recibir atención médica, en una oficina de bienestar social del Ministro de Finanzas -Mohammad Safadi- en Trípoli; pero Mawlawi y otros cinco sospechosos libaneses fueron acusados el lunes de pertenecer a un grupo terrorista armado” y se los arrestó. La detención de Mawlawi fue condenada, tanto por Safadi como por el Primer Ministro Najib Mikati, y este último describió la forma en que se llevó a cabo la detención como "inaceptable".

Los combatientes sunitas sostienen que la raíz del actual conflicto que tiene que ver con los disparos de Siria y de acuerdo a su visión, desde allí se quiere que de esta manera comience una batalla en Trípoli. Grupos de hombres, muchos de ellos con fusiles de asalto y vistiendo chalecos militares, permanecieron en los callejones agazapados para evadir a los francotiradores en las colinas sirias.

Fuentes oficiales dijeron que cuatro hombres murieron, en el barrio pro-Assad de Jabal Mohsenl, mientras que la quinta persona fue asesinada cerca de Bab al-Tabbaneh, probablemente por opositores a Al-Assad. La tensión y el miedo se habían apoderado de Trípoli cuando después de grandes esfuerzos, tanto políticos como de seguridad, no pudo mantener un alto el fuego a lo largo de las líneas de demarcación entre los barrios rivales y hombres armados fueron vistos en la calle de Azmi por primera vez desde que estallaron los enfrentamientos.

Bab Al-Tebbaneh, una zona pobre de la ciudad portuaria de Trípoli, poblada principalmente por musulmanes sunitas se encuentra frente a Jabal Mohsen, donde la mayoría de los residentes son de la minoritaria secta alawita, a la que pertenece la familia gobernante siria Al-Assad. La tensión entre los dos barrios ha sido habitual durante años y ha llegado en varias ocasiones a puntos de suma tensión, desde que estalló la revuelta contra el régimen sirio en marzo de 2011; los últimos problemas del fin de semana fueron como consecuencia que las fuerzas de seguridad libanesas arrestaron Al-Mawlawi, acusándolo de pertenecer a una organización terrorista.

Tres unidades del ejército libanés fueron desplegadas en Trípoli, durante la noche del domingo en un intento por poner los enfrentamientos en los que murieron tres personas, entre ellas un soldado. La lucha ha disminuido el domingo por la mañana, en gran medida, por el fuerte despliegue del ejército libanés; las fuerzas de seguridad levantaron puestos de control para mantener la carretera que une Trípoli con Akkar, que podría convertirse en blanco de los disparos de francotiradores.

Mikati, habló telefónicamente con los diputados por Trípoli, Mohammad Kabbara y Jisr Samir y sostuvo una serie de reuniones con los sectores de la seguridad, religiosos y los funcionarios del Ejército de la ciudad. Mikati declaró que “Todos estuvimos de acuerdo que la seguridad de Trípoli es una línea roja” y pidió a los funcionarios de seguridad que lleven a cabo plenamente sus funciones.

Una fuente del gobierno libanés negó el Primer Ministro Najib Mikati haya recibido un mensaje de Damasco exigiendo un cambio en su “política de disociación“para con Siria. El periódico An-Nahar, dijo que Siria presionó al gobierno de Mikati, exigiéndole que “tome decisiones y compromisos claros"; en su informe, An-Nahar dijo que las otras condiciones impuestas por Siria están apoyando las demandas del líder del Movimiento Patriótico Libre, Michel Aoun, que quiere el control de los refugiados sirios en el país y la celebración de elecciones parlamentarias, sobre la base de representación proporcional.

El Tribunal Militar ya acusó a Mawlawi de estar relacionado a una organización terrorista no identificada y adelantó que será enviado a juicio militar. Mientras, los islamistas sostienen que Mawlawi estaba trabajando con los refugiados sirios que habían huido a Líbano; por la misma frontera que ha permitido el paso de refugiados, insurgentes, armas y elementos radicales a Siria. Una declaración de Al-Jamaa Al-Islamiya, un grupo islámico de Trípoli, criticó la detención de Mawlawi debido a la falta de un debido proceso.

La política libanesa siempre ha sido un delicado acto de equilibrio. Los libaneses están divididos en 18 diferentes grupos étnicos-religiosos, los cuales a menudo realizan alianzas entre, para mantener su status quo de poder dentro de un sistema político fragmentado; pero estos grupos tienen una división fundamental: los que están a favor de Siria y los que están en contra del régimen sirio. El actual gobierno de Mikati, es controlado por la Coalición 8 de Marzo -liderada por Hezbollah- ha tratado de evitar un conflicto con Siria y con los opositores a éste dentro de la comunidad internacional manteniendo una “política de disociación” de los hecho en Siria.

El mes pasado, por ejemplo, funcionarios libaneses incautaron envíos de armas pesadas destinadas a la oposición siria, en un intento por cumplir con la solicitud siria de controles fronterizos más estrictos. Pero en otras partes del país, en particular al norte cerca de la frontera con Siria, el área está habitada mayoritariamente por musulmanes sunitas que se oponen firmemente a Al-Assad.

Los grupos sectarios están cada vez más polarizados en Siria entre sunitas, cristianos, drusos, alawitas; todos ellos tienen vínculos directos con sus correligionarios dentro del país y es por ello que Líbano está consciente de su vulnerabilidad, dada la inestabilidad actual. Incluso Hezbollah, que apoya formalmente el régimen de Al-Assad, ha caminado con cuidado cuando se trata de Siria; desde la guerra civil, las tensiones sectarias siempre han acechado a la política, pero el Acuerdo de Taif ha mantenido las líneas sectarias en una paz frágil.

Mientras el conflicto sirio está afectando cada vez más la estabilidad interna libanesa, el país ya está lidiando con las tensiones sectarias pre-existente, la recesión económica, un gobierno débil y dividido sumado a la existencia de un Estado dentro del Estado, como es Hezbollah. Exportar un nuevo conflicto sería un suicidio político para Líbano.


viernes, 11 de mayo de 2012

Cuestionamiemtos sobre la legalidad del Tribunal Especial para Líbano


El Tribunal Especial para Líbano (TEL) permitirá a 58, de las 73 víctimas, a participar en el juicio contra los cuatro sospechosos de Hezbollah acusados de estar involucrados en el asesinato del ex PM, Rafik Hariri. El Secretario del TEL ahora designará un representante legal para las víctimas y para todos aquellos a los que el Secretario considere apropiado deban tener ayuda legal; sin embargo los nombres y las identidades de las víctimas seguirán siendo confidenciales a menos que y hasta que haya una orden judicial posterior en sentido contrario.

Youssef Marten, portavoz del TEL, dijo que la Oficina de Defensa podría refutar las afirmaciones de la Fiscalía del año 2012 y no descartó que la Defensoría pueda contradecir la evidencia de la acusación, absolver a los acusados o buscar nuevos sospechosos. Marten también hizo hincapié en que las autoridades libanesas están obligadas a cooperar y elogió al gobierno libanés por su colaboración con el TEL; el funcionario señaló que el 19 de cada mes el TEL recibe un informe detallado del Fiscal General, Saeed Mirza, explicando los esfuerzos realizados para detener a los cuatro miembros de Hezbollah acusados en la causa.

La noticia del día fue la iniciativa planteada por los diferentes grupos de defensores de los cuatro acusados que han enfocado su estrategia en el cuestionamiento de la legalidad del TEL y en los autos de procesamiento de la etapa de Instrucción. Los abogados de Salim Ayyash -uno de los cuatro acusados de la muerte de Hariri- cuestionaron la competencia de la Sala de Primera Instancia para conocer sobre la acusación presentada contra Ayyash y los otros acusados; trascendió luego que los abogados de Badreddin, Anaissi y Sabra ya han presentado documentos similares.

Por su parte, el equipo de la defensa de Mustafa Badreddine -el supuesto cerebro de la operación-, representado por Antoine Korkmaz -un abogado libanés-, John Jones -de Gran Bretaña- y los funcionarios jurídicos Paulina Baranes y Delval Sandra, presentó una moción para impugnar la legalidad del TEL.

La moción de la defensa de Badreddine, se suma a otros cuestionamientos y desafían al propio TEL. Si bien los movimientos legales son parte de la fase previa al juicio, que comenzó cuando el Tribunal decidió en febrero de 2012 encuadrar a los acusados en rebeldía, todo indicaría que David Baragwanath –presidente del TEL- va a terminar su trabajo aun si el TEL es rechazado por las partes.


• El Consejo de Seguridad abusó de sus poderes cuando aprobó la resolución 1757, ya que no podía considerarse al asesinato de Hariri como una amenaza a la paz y seguridad internacional; tampoco constituye un conflicto armado y no ha creado efectos transfronterizos.
• La resolución 1757 fue un mero paso formal para ejercer las facultades del Capítulo VII de la Carta de ONU, cuando no existía tal amenaza. De hecho, se recurrió al Capítulo VII porque la creación del TEL -mediante un tratado- había fallado.
• La creación del TEL es discriminatoria ya que va a juzgar no sólo a una categoría de los crímenes cometidos en una región en un momento determinado, sino que a un sólo un incidente criminal y sin precedentes.
• El Consejo de Seguridad ha favorecido a una tendencia política en Líbano mediante el establecimiento de un Tribunal único para juzgar los crímenes relacionados con el asesinato de Hariri, y no, por ejemplo, otros delitos de terrorismo o delitos resultantes de la agresión israelí en el año 2006.
• El Consejo de Seguridad nunca ha establecido antes que un tribunal internacional pueda hacer frente a los delitos de terrorismo, ni siquiera en el caso del 9/11. El asesinato de Hariri se caracterizó correctamente como un asesinato político, pero que no tiene en absoluto las características del terrorismo internacional.
• El establecimiento del TEL no es una medida adecuada, ya que lugar de promover la paz y la seguridad en la región ha polarizado a la sociedad libanesa.
• El Capítulo VII se utilizó incorrectamente ya que Líbano es el único Estado del mundo que está obligado a cooperar con TEL, superando el deber de “buena fe” pautado en el Capítulo VII.
• El TEL se estableció en violación flagrante de la Constitución libanesa ya que nunca fue refrendado el acuerdo marco por el parlamento nacional. Según la Convención de Viena, un tratado no puede entrar en vigor coercitivamente, contra la voluntad de uno de los Estados Partes.

Aunque cada uno de los equipos de defensa presentaron mociones independientes, todos los argumentos apuntan a cuestionar la jurisdicción del tribunal. Entre los puntos coincidentes, los equipos argumentan que el Consejo de Seguridad ha abusado de sus poderes mediante la adopción de la Resolución 1757, en virtud del Capítulo VII de la Carta.