El retiro de los ministros de Hezbollah y sus aliados, obligó a la caída del gobierno de Saad Hariri, profundizando más la crisis suscitada a partir del Tribunal Especial para Líbano (TEL) que investiga el asesinato del ex Primer Ministro Rafiq Hariri. 11 de los 30 ministros del gabinete anunciaron su renuncia, en una medida que se disuelve el gobierno de Saad Hariri, en el marco de una la negativa del gabinete de convocar una sesión de emergencia para oponerse al Tribunal.
Las dimisiones se dan en momentos en que Saad Hariri mantenía una gira por EE.UU, donde se reunión con el presidente Obama en Washington. El presidente Barack Obama dijo que la caída del gobierno de unidad muestra el miedo de Hezbollah y la determinación de bloquear la capacidad del gobierno para llevar a cabo sus deberes y avanzar en las aspiraciones de todos los libaneses.
La oposición esperaba que los 11 ministros renunciarían juntos, para derrocar al gobierno en ese momento y exponer la debilidad de Hariri al máximo. Pero el ministro 11º, Sayed Adnan Hussein, anunció su renuncia en un comunicado más tarde.
La situación comenzó a gestarse el martes a la noche, tras una reunión de coordinación en la residencia del Gral. Michel Aoun, en Rabieh, donde los 10 ministros de la opositora Coalición 08 de Marzo dijeron que estaban esperando una respuesta del Presidente Sleiman a sus demandas antes de decidir sus próximos pasos, después de que la intervención de Arabia Saudita y Siria no habían un acuerdo destinado a reducir la tensión política.
Los reclamos de la Coalición 08 de marzo se basan en el pedido de suspensión del pago de la cuota de Líbano para la financiación del TEL; el retiro de los jueces libaneses del Tribunal; finalizar la cooperación de Líbano con el TEL y el procesamiento a los "testigos falsos".
El anuncio de la caída de la iniciativa de Arabia Saudita y Siria estuvo seguido de conversaciones de alto nivel en Washington y Nueva York sobre la crisis libanesa participación del Presidente Obama, el Presidente francés, Nicolás Sarkozy, el Rey Abdullah, de Hariri y la Secretaria de Estado de EE.UU., Hillary Clinton.
Un alto funcionario del gobierno de EE.UU. señaló que Hillary Clinton ha mantenido contactos con funcionarios de Egipto, Arabia Saudita y Francia sobre la formación de un consenso global en apoyo a Líbano y al Tribunal. El funcionario dijo que Clinton también prevé plantear la cuestión durante las conversaciones con los líderes árabes del Golfo, en Qatar.
El colapso del gobierno de Hariri es la peor crisis en el Líbano desde 2008, cuando el acuerdo alcanzado en Qatar puso fin a los enfrentamientos sectarios que mató a 81 personas y llevado al Líbano al borde de una nueva guerra civil.
La posibilidad de que los enfrentamientos callejeros surjan es posible y también es probable que Hezbollah prevalezca en ellos debido a su capacidad operativa. Un brote de violencia podría asegurarle a Hezbollah un control paralelo del Estado y reposicionarlo de cara a un nuevo acuerdo, bajo la mediación de potencias extranjeras.
Sin embargo, a Hezbollah este escenario no le resultaría efectivo para sus intereses ya que se dañaría su imagen en el mundo árabe al combatir contra árabes y musulmanes. Esta movida política debe inscribirse dentro de escalada de presiones hacia la Coalición de Hariri en un intento de Hezbollah por bloquear al Tribunal.
Por otro lado, Hariri es la única figura política libanesa capaz de formar un nuevo gobierno de unidad y ha soportado meses de parálisis parlamentaria debido a la oposición de la Coalicion 8 de Marzo.
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