Los acontecimientos en la región, especialmente en Siria, han alentado al presidente libanés, Michel Sleiman, a redoblar sus esfuerzos contra las armas de Hezbollah tal como quedó explicitado en su estrategia de Defensa Nacional; Sleiman fue astuto al disociar el ala militar de Hezbollah de la política interna mientras que le permite al ala militar de Hezbollah su colaboración para la defensa de Líbano contra un posible ataque israelí. Ahora esa disociación necesita de "un acuerdo de compromiso" con respecto al ala militar del partido chiita.
Los primeros signos de la crisis entre Sleiman y Hezbollah surgieron el 20 de septiembre, cuando el presidente presentó durante una sesión del Diálogo Nacional, su proyecto para una estrategia de Defensa Nacional que le permite a Hezbollah a mantener sus armas, pero bajo la el comando del ejército libanés, quien tendría autoridad exclusiva para usar la fuerza a petición del poder político y sin autonomía del partido. Esta propuesta no contempla la entrega de sus armas al Ejército –como lo solicitó la opositora Coalición 14 de Marzo- y se deja de lado la coordinación entre la resistencia y el Ejército -estrategia que Hezbollah ha respaldado- por lo que la postura de Sleiman es un punto medio que busca romper la polarización del tema
Si bien el contexto regional favorece a Sleiman, porque Hezbollah debe mantenerse fuera de la atención social luego que varios comandantes suyos fueron asesinados por rebeldes sunitas en Siria, la “variable siria” es sumamente inestable. La profundización de la guerra civil que ahora amenaza con volverse regional luego de los seis días de ataques de Turquía en represalias a los seis “disparos accidentales sirios”, amenaza a Líbano pero también revitaliza el rol de Hezbollah como controlador de la frontera libanesa desde el Tripoli hasta Bekaa.
En ausencia de cualquier proyecto o iniciativa política internacional seria para ponerle fin a la crisis siria, ha quedado claro que la violencia entre la oposición y las fuerzas estatales en Siria será una escalada sin fin; la internacionalización de la crisis siria inevitablemente golpeará Líbano, con mayor o menor fuerza, con el agravante que los partidos libaneses todavía no han llegado a un acuerdo sobre la ley electoral para las elecciones 2013 donde varios sectores piden una reforma en la representación.
Mientras tanto, rebeldes del Ejercito Libre Sirio (ELS) dijeron que detuvieron a 13 miembros de Hezbollah provenientes de Baalbek y Hermel -al este de Libano- y amenazaron con llevar la lucha a la fortaleza de Hezbollah en los suburbios del sur de Beirut, a menos que pongan fin a su apoyo hacia el régimen del presidente sirio Bashar Al-Assad; Fahd Al-Masri, portavoz del ELS, señaló que Hezbollah centra sus actividades en el área de Zabadani, dado que allí la Guardia Revolucionaria iraní tiene una base militar. También tienen una enorme presencia en Qusair y Talbisa".
Fuente iraníes sostienen que Turquía y la Coalición 14 de Marzo están haciendo su mejor esfuerzo para crear disturbios a lo largo de las fronteras sur y oeste de Siria con el fin de allanar el camino para un fácil flujo de armas a los rebeldes dentro de Siria y también de distraer la atención de Aleppo, donde los rebeldes están bajo la asedio de las fuerzas gubernamentales.
Kamel Al-Rifai, parlamentario del bloque Lealtad a la Resistencia, dijo que Hezbollah cumplió con una "fatwa legítimo que prohibe de los combates en Siria y algunos acusan a Hezbollah de enviar combatientes a Siria. Pero la verdad es que algunos libaneses, asociados a la oposición, están participando en las batallas en Qusayr. Varios de ellos han sido asesinados y enterrados en el valle de Bekaa y Akkar, en el norte de Líbano".
Hezbollah deberá adoptar una estrategia que le permita re-legitimizarse dentro del nuevo contexto político libanés y frente a sus aliados regionales. Recientemente el comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, Gral. Mohammad Ali Jafari, admitió que los miembros de la Fuerza de elite Al-Quds estaban presentes en Siria y Líbano, aunque sólo como "asesores"; aunque Teherán después renegó comentarios de Jaafari, diciendo que habían sido mal citados, nadie dudó de la veracidad de su declaración y dejó mal parado a Hezbollah.
Mientras que el rol de Hezbollah en Siria se vuelve cada vez más claro, su vulnerabilidad aumenta. Sin embargo, la noción que la comunidad chiita se volverá contra Hezbollah es una ilusión, en todo caso aumentará la hostilidad sectaria en Líbano justificada por los enfrentamientos en Siria y a Hezbollah les resultará más fácil imponer la unanimidad chiita tras las elecciones, no importa cuán repugnante su comportamiento en Siria. En todo caso, Hezbollah perderá su imagen defensor de los desposeídos y de la justicia, sino que afirmará su lealtad hacia Irán, algo que ya se sabe.
La estrategia de Sleiman, de desdoblar el rol de las armas de Hezbollah es astuta, pero llega tarde ya que el presente contexto para dicha iniciativa no es adecuado debido a que la violencia en Siria se ha desbordado y Líbano pronto tendrá otras prioridades; por su parte, Hezbollah deberá replantearse en el corto varias cuestiones tales como la ley electoral, la tenencia de las armas y los apoyos regionales dentro de un escenario pos-Al-Assad, mientras que los miembros de la oposición asedian a los chiitas con el apoyo de los sauditas.
Hezbollah no va a tolerar que los rebeldes sunitas sirios amenacen sus zonas, de igual manera que los sunitas libaneses no van a tolerar que los chiitas se impongan por la fuerza sobre el Estado o las instituciones constitucionales solo porque tienen mayor poder de fuego. El gobierno de Najib Mikati, tarde o temprano, enfrentará el contagio de la violencia siria, la pregunta es ¿Qué estrategia aplicará?
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