lunes, 22 de octubre de 2012

Líbano: Una bomba y muchos mensajes


El descontento contra Mikati se fue extendiendo durante el fin de semana, junto al creciente malestar generado por los temores sobre la posibilidad que el país podría volver a los días de violencia sectaria como ha sucedido durante décadas. Mikati, un sunita a quien muchos ven como poco dispuesto a enfrentarse con Hezbollah, ofreció su renuncia pero que el presidente Michel Sleiman le pidió "que permanezca en el cargo para evitar que Líbano caiga en el caos". Lo cierto es que los fantasmas de la guerra civil siria ya están ocupando las calles de Trípoli -en el norte de Líbano- donde los enfrentamientos entre combatientes sunitas y alawitas han estallado meses atrás.

Mientas tanto la investigación forense señala que un vehículo Toyota RAV4 robado que contenía dos bombas estuvo estacionado en Ashrafieh -el lugar del atentado- un día antes de la muerte del Gral. Al-Hasan; se estima que las dos bombas eran por si una fallaba y se estima que se utilizaron unos 50 kilogramos de TNT. Lo curioso es que, en una sesión de emergencia, el Consejo de Ministros le pidió al Ministerio de Telecomunicaciones que libere a todos los "datos de telecomunicaciones" que se estimen necesario para las investigaciones a los organismos de seguridad; los ministros también acordaron modificar la estructura de las Fuerzas de Seguridad Interna (FIS) y otorgarle la misma condición de policía a la Oficina de Información - en lugar de su actual estatus de rama separada de la FIS- lo que coincide con las históricas intenciones de la Coalición 8 de Marzo de controlar la Oficina de Información.

Los enfrentamientos de ayer en Trípoli, entre los barrios rivales de Yabal Mohsen y Bab al-Tabbanah, dejaron un saldo de cuatro personas muertas, además miles de libaneses en todo el país han estado bloqueando las principales carreteras y autopistas para protestar por el asesinato de Wissam Al-Hassan.

Abdellatif Saleh, portavoz del partido Democrático Árabe, dijo que los refugiados sirios en Trípoli eran los que estaban causando disturbios en el barrio de Jabal Mohsen; sin embargo, Saleh dijo a los residentes de Jabal Mohsen que no tomen represalias a los sucesivos ataques contra el barrio, y agregó que los enfrentamientos estallaron entre los partidarios del Primer Ministro Najib Miqati y el Movimiento Futuro.

El ejército libanés dijo hoy que la nación enfrenta una fase crítica después del asesinato de Al-Hasan sumadas las violentas protestas, en ese comunicado se hizo "Un llamado a todos los líderes políticos a ser cautelosos al expresar sus posturas y opiniones” y agregó que se tomarían "medidas decisivas" para evitar el caos en las áreas de alta tensión. La violencia en Beirut estalló después que el ex PM Fouad Siniora, dijo que la oposición rechaza cualquier diálogo para superar la crisis política causada por el asesinato de Al-Hassan, a menos que el gobierno de Mikati dimita; en otros lugares del país, hombres indignados por el asesinato de Hassan -algunos de ellos armados- cortaron caminos en el valle de la Bekaa y a lo largo de la carretera costera al sur del Líbano.

El ejército parece estar mostrando una voluntad más firme que en el pasado al intervenir para cortar de cualquier escalada de raíz como los intentos por atacar las oficinas del Primer Ministro luego de las oraciones del domingo; los líderes de la oposición hicieron un llamamiento a la calma y los manifestantes se dispersaron en gran parte. Las fuerzas de seguridad que rodean el complejo presidencial esporádicamente lanzaron botes de gas lacrimógeno y dispararon sus armas al aire, rompiendo la demostración que entonaba cantos de protesta tales como "Bashar Al-Assad vale tanto como un zapato" y "Hezbollah es un grupo terrorista!"; durante la noche, sunitas y chiitas armados se enfrenaron en dos barrios de Beirut y las autoridades reportaron fuertes enfrentamientos en la noche del domingo y la madrugada del lunes en Trípoli, Beirut y Sidón.

El Cnel. Imad Othman fue nombrado al frente de Oficina de Información de la Fuerza de Seguridad Interna, en reemplazo del desaparecido Gral. Wissam Al-Hasan; Ashraf Rifi, jefes de las Fuerzas de Seguridad Interna, nombró a Othman el domingo por la noche, después de abordar el asunto con el ministro del Interior Marwan Charbel. Othman trabajó con Al-Hasan, durante el mandato del ex primer ministro Rafik Hariri y fue el jefe de las fuerzas de policía de Grand Serail durante el mandato del ex PM Saad Hariri antes de su gabinete fuese derrocado en 2011.

Cada vez que explota una bomba en Líbano, es imposible no recordar la violencia de la guerra civil de 1975-90 e inmediatamente se comienza las evaluaciones sobre si el país se desestabilizará en el corto plazo o no; lo cierto es que las fuertes divisiones sectarias posteriores a la guerra civil no han sido resueltas y cualquier excusa es lo suficientemente buena para agitar los fantasmas de un nuevo enfrentamiento interno. El asesinato de Al-Hasan dejó al país en un punto crítico y puede iniciar un peligroso ciclo debido a las tensiones provenientes de Siria; aunque el PM libanés Mikati planteó una política de disociación de los asuntos sirios, es imposible aislar a Líbano de las implicaciones de la guerra civil siria, ya que ambos bandos –opositores y leales al presidente sirio Al-Assad- tienen simpatizantes en Líbano.

Al escenario político se le debe sumar el factor religioso, ya que el régimen sirio -alawita y aliado de los chiitas- está masacrando sunitas, por lo que desde Líbano esos grupos religiosos ya consideran a la guerra civil siria como algo personal y de allí que comiencen a tomar partido por uno u otro bando. Al-Hassan fue el sunita que más hizo por eliminar a la más poderosa red de Inteligencia en contra del Estado: recogió datos sobre todos los actores principales y descubrió varios complots en los últimos años por lo que su ejecución pública que envió una advertencia a todos los se atrevieron a desafiar a Siria desde Líbano.

Algunos sectores comparan el ataque perpetrado contra el círculo íntimo de funcionarios de seguridad del presidente Al-Assad en Damasco, el pasado mes de julio; el mensaje transmitido es el mismo "podemos llegar a cualquier persona aun al más alto nivel de Inteligencia" y con el agravante para Líbano de “todavía podemos golpear Beirut”. El efecto inmediato de desestabilización de la explosión del viernes ya se puede ver en las calles libanesas, el ejército que debía custodiar la frontera siria ahora está en las calles mientras que el gobierno de Mikati quedó sentenciado por los manifestantes que ahora lo acusan de pro-sirio y pro-iraní por no proporcionar la seguridad o para responder eficazmente a la matanza.

Wissam Al-Hassan, el jefe la Inteligencia asesinando, era un sunita opositor de Siria y Hezbollah fue enterrado junto a Rafik Al-Hariri, cuyo asesinato también ocurrió de manera similar hace siete años y provocó protestas generalizadas que finalmente obligaron a Siria a retirar sus tropas de Líbano después de 20 años de dominación militar y política. Pero a pesar de la retirada de las tropas sirias y la guerra civil, Al-Assad mantiene su influencia en Líbano.



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