El gobierno norteamericano -por primera vez- respaldó el pedido de la oposición libanesa para que un nuevo gobierno sea formado en Beirut, luego del asesinato del jefe de la Inteligencia interna, Gral. Wissam Al-Hasan; el anuncio del Departamento de Estado marca un profundo cambio en la política de EE.UU. para este país, ya que en principio parecía apoyar al Primer Ministro Najib Mikati, quien llegó al poder el año pasado con el apoyo de Hezbollah. Desde EE.UU. y Europa, inicialmente se habían congelado los esfuerzos por reemplazar el gobierno de Mikati frente al temor de un posible vacío de poder y la consiguiente inestabilidad que podría generarle al país en medio de la guerra civil siria.
Sin embargo, funcionarios estadounidenses y europeos coinciden que es posible una transición controlada y que un cambio en el gobierno libanés podría aumentar la presión sobre el presidente sirio, Bashar Al-Assad, sumado al debilitamiento político de Hezbollah y los otros aliados de Damasco en Beirut. Los cambios que reduzcan el poder político de Hezbollah serían una victoria para EE.UU. en la competencia regional con Irán, principal financiador y proveedor de armas de Hezbollah; un nuevo gobierno también podría ayudar en la preparación de las próximas elecciones legislativas libanesas previstas para mayo de 2013.
La opositora Coalición 14 de Marzo, liderada por el sunita Saad Hariri, culpó al gobierno por el reciente asesinato del Gral. Al-Hasan y se comprometió a trabajar por la renuncia del gobierno a través de medios pacíficos en sintonía con las intenciones occidentales.
El presidente libanés, Michel Sleiman, ha puesto en marcha las conversaciones con todos los partidos para evaluar sus posibilidades de formar un nuevo gobierno tras la renuncia propuesta por Mikati, quien había aceptado la solicitud de Sleiman para que permaneciese en su cargo durante un tiempo por el "interés nacional". Un funcionario de la oficina de Sleiman dijo que si las actuales rondas de diálogos dieran lugar a un acuerdo sobre la forma de un nuevo gobierno que pueda evitar que Líbano entre en un callejón sin salida, entonces Mikati podría presentar su dimisión y el proceso de formación del gobierno podría comenzar. Sin embargo, la Coalición 14 Marzo insiste en que Mikati debe dimitir antes que se reúna el Diálogo Nacional el 12 de noviembre.
Desde la gobernante Coalición 08 de Marzo se indicó que el boicot opositor dará lugar a la suspensión de las elecciones parlamentarias del año que viene, ya que "El bloque del Futuro, que ha pedido la salida del actual gobierno anuncia que no participará en ninguna actividad, el Diálogo Nacional, sesiones parlamentarias o reuniones políticas con cualquier conexión al Consejo de Ministros y los funcionarios en ella hasta que renuncie el gobierno". La coalición gobernante también pidió el establecimiento de un gobierno de salvación neutral cuyos miembros no sean de las Coaliciones 14 u 8 de Marzo, para que trabaje en cambiar a la nación de un estado de tensión latente a un estado de estabilidad como un paso hacia el restablecimiento del equilibrio nacional en Líbano".
Sleiman se reunió por separado con el diputado de Hezbollah, Mohammad Raad, el Vice-primer Ministro Samir Moqbel y la embajadora de EE.UU. en Líbano, Maura Connelly; según un comunicado de la Embajada de EE.UU., Connelly reiteró el apoyo de su país a Sleiman y los otros líderes en su intento de construir un gobierno efectivo y dijo que Washington no prejuzgará los resultados de estos esfuerzos. Otro actor clave de la política libanesa y presidente del parlamento, Nabih Berri, dijo que no era aceptable y no estaba en el interés de nadie paralizar el país; Berri sostuvo que los asuntos del gobierno sólo deben ser discutidos a través del diálogo y no boicoteando las conversaciones entre todas las partes y el trabajo legislativo.
La división política entre pro-y anti-Siria en Líbano es tan profunda y antigua como la historia moderna de Líbano, en parte porque siempre ha habido libaneses que consideran que su país forma parte de la Gran Siria y otros simplemente porque han gozado del apoyo de Damasco, para imponerse en Beirut, durante décadas. Esta polarización ha existido en toda la historia de Líbano pero se suponía que con el retiro de las tropas sirias en 2005 luego del asesinato del ex PM Rafik Hariri algo había cambiado en la dinámica de relacionamiento sirio-libanesa. Sin embargo los lazos entre grupos pro-sirios y Damasco continúan hasta el presente modelando la política libanesa.
EE.UU. y la UE evidentemente se sentirán más cómodos con un gobierno que no sea liderado por Hezbollah –principal componente de la Coalición 8 de Marzo- pero resulta poco creíble que los chiitas dejen el poder solo porque los mismos occidentales que no pueden terminar con el régimen sirio, aunque Hezbollah esté ocupado en asistir al presidente Al-Assad –aliado histórico de la resistencia- no significa que haya perdido la iniciativa en Líbano.
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