jueves, 10 de mayo de 2012

Siria y el déjà vu libanés


EE.UU. decidió ampliar las sanciones existentes contra Siria, aduciendo la "amenaza inusual y extraordinaria" que plantea la nación árabe a la seguridad nacional de norteamericana -entre otras causas- por obstruir la capacidad del gobierno libanés para funcionar con eficacia almacenando armas químicas y biológicas sumado el apoyo a organizaciones terroristas. Obama dijo también que la brutalidad y la represión del gobierno sirio, contra sus ciudadanos podría darle mayor inestabilidad a toda la región, y volvió a instar al presidente sirio Bashar Al-Assad para que dimita y de paso a una transición política.

Sin embargo, Siria está sobreviviendo a pesar de las sanciones y del bloque financiero -impuesto por EE.UU. y la UE- para adquirir importaciones permitidas en la comunidad internacional. Recientemente se conoció que Damasco está importando grandes volúmenes de grano a través de Líbano para evitar las sanciones occidentales y garantizar los suministros vitales.

Si bien estas importaciones no son ilegales, ya que las importaciones de alimentos no están incluidas entre las sanciones impuestas, lo interesante es que las compras sirias de cereales se realizan desde oficinas ubicadas en Líbano, donde se maneja el papeleo y actúan como el comprador inicial; una vez celebrado el contrato se despacha el cereal a Líbano pero los barcos son luego desviados a los puertos sirios.

Ucrania informó, en marzo de 2012, que suministró 300.000 toneladas de trigo destinado al consumo en los términos de un acuerdo intergubernamental. Los acopiadores de granos en la UE han señalado que tuvieron solicitudes de compradores sirios de 10.000 toneladas de cebada y 10.000 toneladas de maíz la semana pasada, pero no que pudieron hacer frente debido que los bancos en Alemania y Suiza no proporcionaron la financiación; es por ello que el gobierno iraní se vio obligado a intervenir y compró millones de toneladas de trigo en febrero y marzo, después de las sanciones occidentales interrumpieron las importaciones habituales de granos.

La Agencia de Alimentación de ONU (FAO), estimó en marzo que Siria tendría que importar alrededor de 4 millones de toneladas de granos para la temporada 2011-2012, en parte por la mala cosecha de la campaña 2011. La FAO ya advirtió que las perspectivas para la cosecha siria de 2012-2013 es incierta debido al impacto de los disturbios.

Terje Roed-Larsen, enviado especial de ONU para Medio Oriente, señaló que hay razones para creer que existe un flujo de armas desde Líbano a Siria y de Siria a Líbano. Recientemente las autoridades libanesas incautaron 60.000 cartuchos de municiones escondidos en dos vehículos dentro un buque portacontenedores italiano atracado en el puerto de Trípoli -ciudad de mayoría sunita- y done se han registrados las mayores protestas libanesas contra Al-Assad. A finales de abril, las autoridades libanesas incautaron una gran remesa de armas desde Libia, incluyendo granadas propulsadas por cohetes y municiones de grueso calibre de un barco interceptado en el Mar Mediterráneo.

Rod-Larsen considera que Medio Oriente está viendo una espiral de “danza de la muerte'' a causa del conflicto en Siria, mientras el presidente Bashar Al-Assad continúe enfrentando a sus oponentes; Rod-Larsen resaltó que toda la región está “al borde del abismo de la guerra".

Bashar Jaafari, embajador de Siria en ONU, dijo que las armas confiscadas en Líbano fueron contrabandeadas por los grupos salafistas a través de la frontera sirio libanesa. Jaafari denunció que estos grupos estaban siendo protegidos en Líbano y lamentó "que algunos movimientos políticos libaneses patrocinen este tipo de terrorismo".

Amin Gemayel, líder libanés del Partido Kataeb, pidió "una iniciativa libanesa que adopte la neutralidad positiva y el reconocimiento internacional y árabe" y señaló que era importante informarle a ambas partes, en Siria, de una vez por todas que Líbano no va a intervenir en los asuntos internos sirios.

Mientras, el Secretario General de ONU, Ban Ki-moon, advirtió sobre un preocupante aumento de los ataques con bombas en Siria; ante la Asamblea General de la ONU Ban reconoció que hay una estrecha ventana de oportunidad para evitar una guerra civil a gran escala en Siria y que se extenderá en la región, debido a que el cese al fuego no ha logrado afianzarse.

Ban Ki-moon, condenó el ataque con explosivos que se produjo en las proximidades de un convoy de la Misión de ONU (UNSMIS), cerca del control militar de la ciudad de Daraa; si bien no hubo víctimas ni daños en la Misión de ONU, sí resultaron heridos 10 soldados sirios. El portavoz de Ban, Martin Nesirky, dijo que no hay pruebas que el ataque estuviese dirigido contra ONU pero destacó que eso demuestra lo inestable y peligrosa que está la situación en el terreno.

La situación en Siria parece estar entrando en una nueva fase, donde la insurgencia está mutando su forma y se está alejando de una rebelión simple derivada de una demanda de reforma política y se va acercando cada vez más a las que fueron las primeras etapas de la guerra civil libanesa. Si bien existen patrones similares, la realidad siria presenta singularidades como la utilización de las ideas y doctrinas yihaditas o la percepción que la confrontación puede ser aprovechada por otros Estados –por caso Rusia- para demostrar la vitalidad de su política exterior y ampliar su esfera de influencia regional.

Los insurgentes también han sufrido una transformación ya que se van alejando de las ideas políticas y morales que alentaban al levantamiento político apoyado por las armas; ahora se propicia la caída del régimen sirio por medio de acciones terroristas que desestabilicen al país de manera tal que el presidente Al-Assad pierda el control nacional. Ciertamente esta fase no llega como decisión racional sino como una salida desesperada ante la falta de respuestas estatales a las demandas políticas, la ausencia de la comunidad internacional y la reticencia de armar a los rebeldes.

Siria no es todavía el escenario libanés de la guerra civil, pero se encamina lentamente hacia ese modelo; el régimen sirio tiene la capacidad para destruir a los rebeldes y fijar la agenda política a su gusto mientras que los insurgentes tienen que convencer al resto de los sirios que son una alternativa viable y no el caos de la guerra civil.


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