El Movimiento del Futuro dio a conocer su nuevo manifiesto “Al-Mustabqal y las perspectivas de la primavera árabe", donde se describió la posibilidad que significa la "primavera árabe" para Líbano como oportunidad de superar algunos de los problemas más endémicos del país, como las tensiones entre las sectas musulmanas y estimulando todas las partes a participar en los movimientos de reforma árabes. El documento señala los cambios estratégicos en la región impulsados por la adopción de un sistema democrático, así como "real y efectiva" la cooperación de la Liga Árabe y la opción que un cambio democrático en Siria permita un reajuste de las relaciones entre Beirut y Damasco, así como un reconocimiento de las partes libanesas “incluyendo quienes recurren a las armas para intimidar a los demás".
El ex Primer Ministro libanés, Fouad Siniora, señaló que “La Primavera Árabe llama a Líbano a través de los valores de la libertad, la dignidad y la justicia. Es a nosotros a reaccionar positivamente y participar por una liberación de la subordinación, la polarización y el recurso de las armas para recuperar el entusiasmo por la convivencia y la creación de un Estado libre, capaz y democrático a través de lograr la aplicación del Acuerdo de Taif y la aplicación de la consigna de "Líbano primero" en palabras y hechos". El manifiesto reconoce los temores de algunos sectores cristianos con respecto a su futuro en la región, teniendo en cuenta la naturaleza de los hechos como sucedido a la comunidad cristiana después de la invasión de Irak en 2003, los ataques a iglesias en Egipto, así como las recientes elecciones que llevó al poder de los partidos fundamentalistas islámicos.
Siniora también hizo hincapié en que desde algunas partes dentro de Líbano se acusa a otros de meterse en la crisis de Siria, cuando en realidad ellos son los culpables de estos cargos y piden más libertad en Líbano pero al mismo tiempo apoyan el régimen sirio. Siniora, al referirse al levantamiento sirio, dijo que "Con el estallido de la insurrección contra el régimen sirio, los cargos de conspiración y traición a la patria han estallado contra los partidarios de la independencia y los que expresan su solidaridad con el levantamiento de los pueblo sirio en contra de su régimen despótico y estas acusaciones se derivaron para acusar a aquellos de conspirar contra la Resistencia en Líbano".
Por su parte el ex Primer Ministro, Saad Hariri, señaló desde París que la Primavera Árabe permite a los libaneses "actualizar" su experiencia democrática y eliminar los restos de las guerras sectarias y por ello los libaneses están obligadas a tomar ventaja para evitar la mala interpretación de los acontecimientos en el mundo árabe, eligiendo entre “seguir a ciegas a los regímenes o apoyar a los pueblos que exigen la libertad".
Hariri instó a los libaneses a fortalecer el diálogo entre musulmanes y cristianos, instándolos a unirse a las voces de la libertad en Siria y calificó al gobierno del presidente Bashar Assad de “asesino”. El Movimiento del Futuro, junto con la coalición 14 de Marzo, ha criticado el apoyo de Hezbollah a la política de Al-Assad y al Primer Ministro Najib Mikati por su política de disociar a Líbano de los acontecimientos en Siria.
Aunque Saad Hariri sostuvo que la Primavera Árabe le dio al pueblo libanés "una oportunidad de oro" para mejorar su experiencia política y retirar los resabios de las disputas sectaria y las políticas de apoyo basadas en partidos extranjeros en realidad es una oportunidad para reinstalar la hegemonía sunita dentro de Líbano en contraposición con los recientes avances chiitas de la mano de Hezbollah; las disputas en Siria son un reflejo de la “Guerra Fría” que libran los países del Golfo contra Irán por el control del Medio Oriente.
Además de la confrontación indirecta, en Líbano se teme que la crisis siria pudiese reavivar los conflictos armados en el país debido a los profundos vínculos entre ambos Estados, pese a los llamados a la moderación por muchos políticos dentro de Líbano las manifestaciones a favor y en contra del presidente Al-Assad son una peligrosa realidad. El otro temor que está ganando lugar es una combinación de una posible caída del gobierno libanés y un deterioro de la economía.
Durante el año pasado, esta combinación de factores hizo descender el promedio de crecimiento del PBI del 8% -de 2007 a 2010- al 1,5 % en 2011. Las perspectivas para este año no se ven nada mejor, en parte por la reducción del turismo a la región –en un 25%- y por la afluencia de refugiados sirios, que ha generado inquietud en los empresarios al momento de invertir en el país. Líbano está rodeado por Israel y Siria y su posición geopolítica dentro del conflicto del Medio Oriente hace que todo sea magnificado y que la mínima chispa inicie un verdadero incendio, de allí que todos los involucrados estén preocupados por Beirut.
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