Tropas sirias armadas con ametralladoras dispararon contra la ciudad de Al-Joura en Masharih al-Qaa –región de la Bekaa- por segunda noche consecutiva; fuentes de seguridad dijeron que se escucharon disparos entre las 9 pm y la medianoche en Al-Joura, una zona que ha sido utilizada como paso por los sirios que huyen de la violencia hacia Líbano.
El ministro del Interior libanés, Marwan Charbel, dijo que los incidentes en las aldeas fronterizas libanesas no tenían motivaciones políticas. Para Charbel, cuando se disparan o estallan enfrentamientos dentro de las zonas de Siria -cercanas a la frontera sirio-libanesa- parte de la tierra que rodea a las aldeas fronterizas libanesas, se ve afectada, pero Líbano y Siria no tienen cuentas que saldar.
Charbel le restó importancia a los recientes tiroteos esporádicos en Líbano, desde Siria, y advirtió a los que entran en el país a través de la frontera sobre llevar adelante actividades políticas contra Damasco. También señaló que las reuniones del Consejo de Defensa Superior "siempre se centran en el control de la frontera, impedir el contrabando de armas desde Líbano a Siria y desde Siria a Líbano, así como el control de la cuestión de las minas sembradas en la frontera".
A principios de este mes, Líbano se comprometió a prevenir cualquier ataque desde su territorio contra Siria, mientras que el ejército libanés se comprometió a atacar con un "puño de hierro" a cualquiera que intente dañar la seguridad del país o dividir las estructuras militares; el endurecimiento en la postura libanesa viene como resultado de la política de gobierno que busca aislar al país de las repercusiones de la crisis en Siria. El embajador sirio en Líbano, Ali Abdel-Karim Ali, durante una reunión con el Primer Ministro, Najib Mikati, dijo que las fuerzas de seguridad sirias han logrado excelentes resultados en la persecución de “los saboteadores que amenazan la seguridad de Siria” e instó a Líbano que refuerce el control de la frontera para impedir el contrabando de armas.
Al preguntarle a Charbel sobre cómo el país se ocupaba de los refugiados sirios, que huyen de la represión siria, el ministro libanés dijo que era un deber prestarle asistencia humanitaria y social a las personas desplazadas, en particular a aquellos que están heridos y no tienen vivienda, con la condición de que nadie altere la seguridad del Líbano.
Khaled Daher, parlamentario del opositor Bloque del Futuro, señaló que el gobierno libanés estaba tratando de complacer al régimen sirio "a expensas de los valores humanitarios" y precisó que Líbano "deben atender a los refugiados sirios al igual que el pueblo sirio lo hizo con los libaneses que huyeron a Siria durante la guerra de 2006 entre Israel y Hezbollah. Daher también se refirió al embajador sirio Ali Abdel Karim Ali, quien había dicho que "no hay refugiados sirios en Líbano, sino visitantes”, y dijo que era inaceptable restarle importancia a la cuestión de los refugiados que llegan al país por asistencia humanitaria.
Sobre este tema, ONU hizo un llamamiento para recaudar u$s 84 millones para ayudar a los refugiados sirios en Jordania, Líbano, Turquía e Irak. El “Plan Regional de Respuesta a Siria” esboza las necesidades de respuesta para los refugiados sirios que han huido del país desde marzo de 2011, así como anticipar las necesidades de los recién llegados en el futuro. El plan se basa en tres objetivos: uno es asegurarse de que los sirios y otros refugiados tengan acceso a los países vecinos y a la protección internacional; dos, satisfacer las necesidades básicas de los refugiados, con especial atención a los más vulnerables y por último asegurar que medidas de contingencia en el caso de una salida a gran escala.
El plan describe cómo el ACNUR y otras agencias, incluida la Organización Internacional para las Migraciones, el Fondo de ONU para la Infancia, la Organización Mundial de la Salud y el Programa Mundial de Alimentos, así como los gobiernos anfitriones y las organizaciones no gubernamentales locales e internacionales se unen para ofrecer una respuesta coordinada a la necesidades de los refugiados y a los nacionales de terceros países. ACNUR y sus asociados están trabajando con las autoridades libanesas para asegurar que las necesidades de los refugiados y las comunidades afectadas sean atendidas, más de 16.000 refugiados, entre ellos unos 8.000 registrados en el norte, están recibiendo asistencia.
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