lunes, 30 de julio de 2012

Líbano no tendrá una "zona de amortiguación" con Siria


El Gral. Jean Kahwagi, Comandante del Ejército libanés, prometió hoy que no se va a establecer una “zona de amortiguamiento” en Líbano y dijo que el ejército iba a trabajar para minimizar el impacto de la crisis siria en el país, reduciendo la propagación de los disturbios y la violencia. Kahwagi señaló estas ideas en su discurso, con motivo del Día del Ejército -que se celebra el 1º de agosto-, pero además dijo que el ejército libanés, "no permitirá que el país se convierta en un campo de batalla para traducir las diferencias regionales de Siria y diferentes voluntades.”

Según Kahwagi, el ejército libanés “no va a permitir los deseos que muchos tienen para que Líbano haga un giro de escena y ajuste sus cuentas relacionadas con la crisis en Siria”. Diversos sectores políticos en Líbano han cuestionado la pasividad del gobierno frente a las incursiones de las fuerzas sirias y han solicitado que el ejército repela estas acciones.

El Ejército detuvo a dos hombres que transportaban armas en Baalbek, y detuvieron a otros tres en el monte Líbano después de una redada donde se incautaron 1.200 fusibles, eléctricos y de fabricación israelí para de minas terrestres; en el este de Líbano, el Ejército detuvo en Brital a un libanés y un sirio tratando de transportar armas, silenciadores, municiones y un rifle de francotirador.

Aunque Kahwagi sostuvo que el ejército libanés seguirá enfrentando a Israel hasta que libere las Granjas de Shebaa, Kfar Shuba y la parte norte de la aldea de Ghajar. El comandante del Ejército igualmente se comprometió a hacer frente a Israel "con todos los poderes disponibles" en el caso de que el Estado judío amenace a los pueblos de la frontera "bajo el pretexto de la presencia de hombres armados aquí o allá."

A medida que la lucha se intensifica en Siria, muchos temen que el conflicto podría extenderse a la frontera libanesa, afectando el frágil equilibrio sectario y provocaría un nuevo conflicto interno alimentado por las potencias regionales. Se han registrado enfrentamientos a lo largo de la frontera sirio-libanesa en las últimas semanas, causando alarma entre los políticos y el público libanés; el régimen sirio amenazó en el pasado con intensificar los ataques contra el país si le daba refugio a los rebeldes sunitas. Por lo que la verdadera hipótesis de conflicto del ejército libanés no es Israel sino Siria y las implicancias para su seguridad nacional.

El pasado 21 de julio, un ataque transfronterizo a lo largo de la frontera fue protagonizado por el ejército sirio que bombardeó y abrió fuego contra las aldeas libanesas que -según fuentes sirias- protegían a los rebeldes sirios, dejando por lo menos una docena de muertos. Ese día, los rebeldes sirios lanzaron un asalto contra los militares en la aldea siria de Joussieh y atravesaron la frontera hacia territorio libanés, el ejército sirio los persiguió con unos 30 soldados y 15 civiles libaneses resultaron heridos en el ataque, mientras que una casa fue incendiada por las tropas sirias.

Cuando el senador John McCain se reunió con el presidente Michel Sleiman en el Palacio de Baabda, para discutir las relaciones bilaterales y la ayuda que EE.UU. le proporciona al ejército libanés para fortalecer su papel en la protección de las fronteras y la paz civil, McCain aclaró que él no quiso decir que Líbano debía ser una zona de amortiguación cuando habló de establecer una zona segura para el Ejército Libre Sirio (ELS).

Durante una reunión con el jefe del Movimiento del Futuro, Fouad Siniora, éste le preguntó a McCain sobre sus comentarios de una zona segura para el ELS y McCain le reiteró que no quería decir que Líbano alojase bases rebeldes en su territorio. La idea del senador norteamericano era asegurar una zona para que el ELS y la oposición siria puedan organizar sus operaciones, capacitar y atender a los heridos.

El gobierno libanés dice que está haciendo todo lo posible para asegurar la frontera siria, y de hecho una Brigada fue enviada a reforzar las posiciones libanesas; pero la situación va mucho más allá de un simple envío de militares a la frontera. Cuando a finales de mayo, 11 peregrinos chiitas libaneses fueron secuestrados en Siria durante su camino de regreso desde Irán, comenzaron las quemas de neumáticos y las llamadas de chiitas libaneses pidiendo venganza contra los partidarios de la oposición siria y sus aliados en Líbano, hasta que Hassan Nasrallah los llamó a la calma.

Los enfrentamientos en Tripoli entre elementos pro y anti Al-Assad, marcan otro punto de inflexión que le llevó varios días al ejercito libanes para sofocarlo e instaurar un control sobre la ciudad. Ciertamente los rebeldes sirios están forzando la situación ya que golpean en Siria y cruzan a Líbano para refugiarse, además es sabido que los rebeldes cuentan con el apoyo de redes locales de sunitas libaneses que reciben fondos de los sauditas y qataríes para solventar los gastos del ELS.



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