lunes, 25 de junio de 2012

Los campamentos palestinos en Líbano


El bloqueo de la carretera del aeropuerto de Beirut y otras carreteras con neumáticos ardiendo para protestar por el racionamiento eléctrico severo, fue calificada por Nabih Berri y Hezbollah denunciada como una táctica inútil; durante su reunión semanal con los parlamentarios en su residencia de Ain al-Tineh, se informó a Berri que el suministro de electricidad ha empeorado en el país. Es interesante ver cómo fueron los propios partidarios del Movimiento Amal y Hezbollah -de mayoría chiita- quienes realizaron el bloqueo de la carretera del aeropuerto de Beirut.

Los manifestantes también bloquearon la ruta de Tiro-Naqura, la principal carretera del sur de Líbano, que se reabrió horas más tarde por el ejército, mientras que los residentes en la Bekaa occidental irrumpieron en la planta de electricidad de Jub Jennin poder, exigiendo un menor número de cortes de energía para ser posteriormente dispersados por el ejército.

Pero mientras la atención de la sociedad libanesa está enfocada en los cortes de electricidad, otras situaciones son potenciales bombas de tiempo a punto de estallar. Una de ellas son los campamentos libaneses de refugiados palestinos, considerados los peores campamentos de refugiados de la región en términos de pobreza, la salud, la educación y las condiciones de vida según se informó en un informe publicado con motivo del Día Mundial del Refugiado por Ayuda Americana al Refugiado del Medio Oriente (ANERA).

Líbano tiene el porcentaje más alto de los refugiados palestinos que viven en la pobreza extrema, 2 de cada 3 refugiados palestinos subsisten con menos de u$s 6 por día y más de 450.000 palestinos están registrados en Líbano de acuerdo a las Agencias de ONU.

Aunque el ministro del Interior libanés, Marwan Charbel, dijo que los disturbios que se produjeron recientemente en el campamento de refugiados palestinos de Ain al-Hilweh no estaban relacionados con lo que había sucedido en el campamento de refugiados de Nahr al-Bared y lo que ocurrió en los dos campamentos de palestinos no tiene nada que ver con la situación de seguridad en Líbano. Pero lo cierto es que los enfrentamientos con el ejército libanés en los dos bandos dejaron dos palestinos muertos y varias personas heridas, entre ellas soldados.

En 2007, Nahr al-Bared fue casi totalmente destruido durante un conflicto que duró meses entre el ejército libanés y Fatah Al-Islam, un reducido grupo vinculado con Al-Qaeda; los controles de acceso al campamento de Nahr Al-Bared está en manos de las fuerzas de seguridad libanesas y es el único campo de refugiados palestinos en Líbano bajo el control directo del Estado.

La erupción de la violencia en Nahr Al-Bared ha traído repercusión peligrosa, encendiendo más la lucha en otros campamentos en el país; el campo de refugiados de Ain-AlHelweh en el sur de Líbano, fue testigo de una situación similar que terminó en la muerte de otro palestino. Mientras que las facciones palestinas también exigieron una investigación, el mando del ejército libanés dijo que ciertas partes fueron con el objetivo de interponerse entre el ejército libanés y los residentes de los campamentos.

En una carta dirigida a los residentes de los campamentos de refugiados en el Líbano, el Gral. My. Sobhi Abu Arab, jefe de las Fuerzas de Seguridad Nacional Palestina en Líbano, dijo que hay un contacto diario entre los líderes palestinos en el Líbano y el comando del ejército libanés. Los diputados que asisten a la reunión semanal con Nabih Berri, manifestaron su preocupación por los acontecimientos e hicieron hincapié en la necesidad de coordinar con las facciones palestinas para evitar incidentes similares en el futuro; la Secretaría General de la Coalición 14 de Marzo emitió una declaración pidiendole al presidente, Michel Sleiman, que desplegar el Ejército en el Frente Popular para la Liberación del Comando General de Palestina en la ciudad de Chouf Naameh y el resto de Líbano.

Si bien el problema de la seguridad en los campamentos palestinos data de 2007, si tenemos como referencia a los últimos enfrentamientos de gravedad, lo cierto es que la actual situación regional puede convertir a los asentamientos en focos que alberguen a elementos radicalizados que tienen una agenda diferente a la palestina; la pobreza extrema de las poblaciones en los campamentos puede convertirlos en objetivos fáciles para el clientelismo social de los sectores salafistas que, al igual que los chiitas con Hezbollah, pueden establecerse como Estados dentro del Estado afectando el control de las fuerzas de seguridad.


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