lunes, 4 de junio de 2012

Conferencia del Diálogo Nacional, algo más que palabras


El Fiscal del Estado, Saeed Mirza, presentó hoy su revisión judicial de los acontecimientos en Nahr al-Bared al Juez de Investigación, Aweydat Ghassan, preparando la acusación para el caso de los islamistas detenidos sin cargos; el paso judicial de Mirza es visto como parte del esfuerzo del gobierno para acelerar los juicios de los presos islamistas detenidos tras los enfrentamientos de 2007 entre el ejército libanés y facciones armadas en el campamento de refugiados palestinos de Nahr Al-Bared, al norte del país.

Mientras esto sucedía, el domingo las fuerzas de seguridad entraron en diferentes zonas de Trípoli para restaurar la calma después de nuevos enfrentamientos entre grupos pro y anti sirios; durante la noche, intensos tiroteos dejaron un saldo de dos personas muertas y 12 heridos, con lo que el número de muertos desde el sábado a 14 muertos y 48 heridos. Las fuerzas de seguridad y el ejército entraron en la Bab Al-Tebbaneh y Jabal Mohsen donde despejaron las calles y se recuperó la calma; el ejército se desplegó después de una reunión en la que el Primer Ministro Mikati, se reunió con líderes de la ciudad y de la seguridad en su casa en Trípoli para llegar a un acuerdo sobre la aplicación de las medidas de seguridad y la eliminación de las armas.

La reciente visita del presidente libanés, Michel Sleiman a Arabia Saudita, donde se reunió con el Rey Abdullah Bin Abdul Aziz y el ministro de Relaciones Exteriores, Saud Al-Faisal, señala una postura de Líbano por comenzar a distanciarse de los eventos en Siria y de la influencia que Damasco ha ejercido históricamente en sus decisiones de política exterior; en las últimas semanas varios incidentes relacionados con Siria han tratado de arrastrar a Líbano hacia una ola de violencia doméstica que amenazaba a toda la región.

El almuerzo ofrecido por Al-Faisal, al que asistió el ex PM Saad Hariri, es también un motivo de preocupación para los sirios, como también lo fue la visita del Primer Ministro, Najib Mikati, a Estambul donde habló con su homologo turco, Recep Tayyip Erdogan, sobre el papel de Líbano en la situación regional. El objetivo declarado de la Cumbre de Líbano y Arabia Saudita era la preparación para la Conferencia del Diálogo Nacional, que Sleiman había pedido al Palacio de Baabda, y que está previsto que comience el 11 de junio.

Walid Yumblatt, ya anunció su apoyo al Diálogo y subrayó que "es la solución para evitar la transferencia de la crisis siria a Líbano y evitar cualquier conflicto de seguridad nacional reside en el diálogo"; una delegación del Frente de Lucha Nacional y el Partido Socialista Progresista, ambos liderados por Yumblatt, visitarán Ain al-Tineh para reunirse con Nabih Berri y coordinar el tema con él. Berri anunció que irá a Baabda con el jeque Amin mientras que las fuerzas de la Coalición 14 de Marzo están preparando una iniciativa por escrito que presentarán al presidente Sleiman, tras lo cual adoptarán su posición definitiva; la carta aún no se ha redactado ya que se espera la llegada del ex PM, Fuad Siniora, quien regresó anoche de Londres.

Durante una ceremonia celebrada en Beirut el viernes pasado, organizada por la Embajada de Irán en el Líbano, para conmemorar el 23 aniversario de la muerte del gran ayatolá Ruhollah Al-Jomeini, Sayyed Nasrallah –líder de Hezbollah- hizo un llamamiento para una "asamblea constituyente" con el fin de discutir todas las opciones. En particular, Nasrallah hizo un llamamiento al presidente Sleiman para discutir la posibilidad de celebrar una conferencia de diálogo nacional o en lugar de una asamblea constituyente, similar a la que tuvo lugar en muchos Estados árabe “donde se tenga la oportunidad de sentarse todos juntos, discutir nuestros puntos y establecer una asamblea constituyente, no sobre una base sectaria o regional, sino sobre la base de la competencia”.

La convocatoria de Sleiman a la Conferencia del Diálogo Nacional tiene por objeto impedir que el país se hunda en nuevamente en la violencia sectaria; luego de los acontecimiento en Trípoli entre los sectores pro sirios y los sunitas opositores, el peligro de una nueva guerra civil no solo proviene de Siria sino que se encuentra en el seno de la vida política libanesa. La diversidad de intereses y agendas repercutirán en la Conferencia, aunque la gira de Sleiman apunta a despejar las dudas sobre la influencia de Damasco sobre Beirut, las dudas persisten y el hecho que Hezbollah haya anunciado su intención de cambiar las divisiones de poder de sectarias a cuantitativas es una advertencia del debate que se avecina.

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