Los atacantes de la estación de televisión Al-Jadeed y hombres enmascarados, que posteriormente bloquearon varias carreteras de Beirut el lunes por la noche, fueron vinculados a Hezbollah; las fuentes de seguridad agregaron que tres hombres intentaron asaltar la sede de la estación de Televisión del Futuro y el ejército libanés arrestó a otro de los hombres que planearon el ataque tras la detención de Wissam Alaaeddine -sospechoso de estar involucrado en el ataque a Al-Jadeed- al mismo tiempo que grupos de hombres enmascarados cerraron con neumáticos en llamas varias calles de Beirut.
El ex PM, Saad Hariri, condenó el ataque contra Al-Jadeed y señaló que lo sucedido muestra que la única solución reside en el Estado de Derecho, mientras que un grupo de parlamentario del bloque del Futuro de Hariri también condenó el ataque al que calificó como "un acto cobarde" y culpó a las armas de Hezbollah de la inseguridad en Beirut y rechazaron el uso del lenguaje sectario y confesional como justificación del ataque.
El ministro del Interior, Marwan Charbel, puso en marcha un plan de seguridad en el suburbio de Dahieyh, al sur de Beirut; el Gral. Joseph Douaihy, Jefe de la Brigada de las Fuerzas de la Policía, estuvo al mando de un fuerte operativo en la zona. El plan prevé que el Ejército y personal de la Fuerza de Seguridad Interna (FSI) actuaran en coordinación con Seguridad General establecimiento de puestos de control en las carreteras principales y aumentando las patrullas de día y de noche; por otra parte la policía solicitará el apoyo del Ejército si se considera necesario en cualquier momento.
La iniciativa de seguridad, en medio de varios focos de disturbios en la capital incluyendo los intentos de bloquear las carreteras, se dio a conocer en medio de una gran tensión interna luego del ataque a la televisora Al-Jadeed, aparentemente en respuesta a una entrevista difundida por la estación el domingo pasado con el jeque Ahmed Al-Asir en el que el clérigo sunita –ferviente defensor de la insurrección en Siria- criticó abiertamente a los líderes chitas de Líbano. Charbel, dijo a los periodistas que el plan de seguridad se puso en marcha allí porque "la gente sigue diciendo que la seguridad no existe en los suburbios del sur" un bastión de Hezbollah, que opera su propio aparato de seguridad.
Pero el problema radica en la ausencia de toma de decisiones ejecutivas, lo que ha llevado a un vacío de control estatal y ahora busca ser subsanado con la aplicación del plan mensual; la tolerancia del sistema ha llevado a unas 2.000 órdenes de detención pendientes, muchas personas tienen varias docenas en su contra sin que existan represalias directas desde el Estado. Consultado sobre el propósito detrás de este plan de seguridad, el ministro dijo que "Estamos a las puertas del mes de Ramadán, en donde muchos expatriados libaneses y turistas árabes que visitan el Líbano para pasar el mes en el país. Tenemos que calmar y darle a todos los ciudadanos estabilidad”.
El anuncio de Charbel sobre el “Mes de Seguridad” en Dahieyh, tiene muchos lugares comunes como la importancia de la cooperación entre la policía, el área de seguridad de Hezbollah y la determinación de detener a los sospechosos de cualquier acto vandálico, pero en la práctica la realidad señala lo opuesto. Los incidentes de seguridad, durante la noche del lunes en Beirut, fueron un reflejo evidente de la falta generalizada de respeto por las autoridades que de hecho fue admitido abiertamente por los propios funcionarios -como ministro del Interior Marwan Charbel- cuando lanzó esta ofensiva.
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