jueves, 19 de mayo de 2011

Líbano y las repercusiones de Siria



Las fronteras del Líbano fueron escenario de dos acontecimientos muy diferentes el pasado fin de semana, estos hechos pusieron de relieve una de las vulnerabilidades internas más importantes; mientras que el escenario libanés ha permanecido inmune a los vaivenes del Medio Oriente los sucesos del fin de semana sirvieron para recordarles a los libaneses la volatilidad de la región.

El primer hecho que conmocionó la frontera sur -en Marun al Ras- fue causado por los manifestantes palestino-libaneses, que trataron de cruzar la valla fronteriza israelí en Día de la Nakba (el "desastre" en Palestina en 1948); a pesar de que estaban desarmados, las tropas israelíes abrieron fuego contra ellos, matando al menos a 11. Israel no tiene fronteras internacionalmente reconocidas con Líbano y Siria, las delimitaciones fronterizas son sólo temporales y están determinadas por un armisticio o alto el fuego. Los manifestantes de la Nakba violaron tres demarcaciones: la Línea Azul y Líneas de "Alfa" y "Bravo".

Líbano e Israel comparten la Línea Azul, una demarcación definida por la ONU el 7 de junio de 2000, para identificar el punto de retiro de las fuerzas israelíes del Líbano. La ONU ha dicho que la Línea Azul no debe considerarse como un límite internacional legalmente demarcado, pero continúa siendo una frontera de facto entre los dos países.

El otro punto conflictivo en la zona son las Alturas del Golán, capturado por Israel en la Guerra de Seis Días en 1967 y de manera informal anexionado en 1981 -con la ratificación por el Knesset de Israel- con la Ley de las Alturas del Golán. Dicha legislación, que extiende la aplicación de Israel para "las leyes, jurisdicción y administración de los Altos”, fue condenada por la Resolución 497, pero debido a que la resolución no vinculante, Israel ha seguido actuando como fuerza de ocupación.

El segundo hecho fue en la frontera norte-noreste del Líbano, los civiles sirios siguieron entrando en el Líbano, huyendo de una brutal represión por el ejército de Siria. Se estima que unas 5.000 personas ya han huido, especialmente de Tal Kalakh, y las estimaciones no oficiales el lunes sugirió que decenas han sido asesinados.

Los disparos esporádicos, que ha sonado a lo largo de los últimos días de Tal Kalakh, apenas 5 kilómetros de la frontera, y anteriormente el hogar de unos 60.000 habitantes, han actuado como un recordatorio constante de los problemas. Las 300 familias, que se estima recibirán refugio en el pueblo fronterizo de Bani Sakhr, se encuentran entre unos 5.000 refugiados que han inundado el norte del Líbano desde finales de abril, huyendo de la ofensiva gubernamental frente a la intensificación de las protestas contra el régimen.

Israel y Estados Unidos acusaron a Siria de haber fomentado los incidentes fronterizos en el sur de Líbano y los Altos del Golán a desviar la atención de la represión en el país. En varios informes se indicó que la marcha de Maroun al Ras había sido financiada por Hezbollah, y fuentes cercanas a las partes habían corroborado esto.

Sin embargo, la naturaleza del papel de Siria es más difícil de discernir. Y sin embargo, hay señales claras y una convicción generalizada en Beirut, que el régimen sirio ha explotado los acontecimientos del “Día de la Nakba”. Una de las razones es la declaración de la semana pasada de Rami Makhlouf -primo del presidente sirio- al New York Times, donde Makhlouf advirtió de lo que sucedería si el régimen de Assad fuese a caer: "Si no hay estabilidad [en Siria], no hay manera de que haya estabilidad en Israel. De ninguna manera, y nadie puede garantizar lo que sucederá después, Dios no lo quiera, si algo le pasa a este régimen."

Además de la influencia política que Siria ejerce sobre Líbano, ahora se abre la posibilidad que una masa de refugiados se asiente en el norte del país debido a los acontecimientos violentos en Siria. El Estado libanés se encuentra en un momento de debilidad frente esto ya que no está consolidado el nuevo gabinete y los aliados de la Coalición gobernante 8 de Marzo –como Aoun- amenazaron con retirar su voto de confianza, lo que provocaría la caída del Primer Ministro designado Mikati.

En estos cuatro meses que no se ha conformado un gabinete de unidad nacional, los problemas en domésticos y cotidianos del libanés promedio no se han solucionado; de hecho la atención de los políticos cada vez está más alejada de la realidad en Beirut y más contactada con los hechos en Damasco. No es del todo desacertado considerar que Siria utilizará su influencia sobre Líbano para provocar incidentes que puedan afectar a Israel si la estabilidad del régimen peligrase.

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