jueves, 1 de agosto de 2013

¿La única opción viable para Líbano y la región es una iniciativa saudita-iraní?


El jefe del  Politburó de Hezbollah, Ibrahim Amin Sayyed, dijo que los partidos políticos deben distanciar a Líbano de los levantamientos regionales y trabajar juntos por el bien del futuro del país; el comentario de Sayyed se produjo después de la reunión en Dar Al-Fatwa con el Gran Mufti, Jeque Mohammad Rashid Qabbani. Sayyed también negó que la reciente decisión de la Unión Europea a la lista negra del ala militar de Hezbollah fuese un obstáculo adicional para la formación de un nuevo gobierno, pero señaló que el único obstáculo que enfrenta el proceso de formación eran las "condiciones imposibles" de la Coalición 14 de Marzo y agregó que esas condiciones eran un pretexto para hacer lugar a las demandas -desde el exterior- sobre la composición del nuevo Gabinete. 

El presidente del Parlamento, Nabih Berri, en declaraciones formuladas a la revista Al-Shiraa señaló que la única opción viable para una solución a la crisis política en Líbano y en la región es una iniciativa saudita-iraní, ya que "Apostar por un ganador o perdedor en Siria o en Líbano no resultará en nada y la pérdida de tiempo sólo exacerbará los problemas en Líbano y aumentará la presencia de alas militares, pandillas, mafias y las milicias, así como el crecimiento de los radicales, fundamentalistas y los grupos extremistas. La única apuesta es precisa en una comprensión saudita-iraní."

Berri dijo que estaban esperando la prometida visita del presidente de Irán, Hasan Rouhani, a Arabia Saudita donde se encontraría con el Rey Abdallah Bin Abdel-Aaziz para llegar a una posible solución sobre la crisis en Líbano y en otros asuntos regionales. Pero estas instancias solo prolongan la parálisis del Estado y atan las demandas de la política libanesa a los intereses y tiempos de los actores externos.

El presidente libanés, Michel Sleiman, durante su discurso por las celebraciones del Día del Ejército de Líbano enfatizó que el control de las armas de Hezbollah debe ser discutido a causa de la intervención militar del partido en Siria y que “Es urgente que hayamos revisado y aprobado la Estrategia Nacional de Defensa, a la luz de los acontecimientos en la región”; Sleiman está presionando para modificar la función básica de la resistencia a las armas de Hezbollah, que iban más allá de la frontera libanesa ya que –según su postura- "Después que Líbano logró la liberación de la mayor parte de su territorio de la ocupación israelí...no olvidaremos proseguir con la tarea de armar al ejército... lo que le permite el control exclusivo sobre la necesidad de defender la soberanía de Líbano y de su tierra, el mar y las fronteras aéreas y proteger la riqueza de recursos de petróleo y gas. Es hora que el gobierno tenga las competencias básicas y ser el único para determinar el uso de la fuerza." 

Los brotes de violencia son inevitables pero lejos está un posible descenso a una guerra civil -similar al conflicto sirio o al que tuvo el propio Líbano entre 1975-90- y por el momento parecen ser inestabilidades propias de un escenario fragmentado; esto se debe en parte a que las pocas células de militantes radicales sunitas libaneses no están organizados militarmente y tienen escasas posibilidades contra Hezbollah; adicionalmente el principal líder sunita, el ex PM  Saad Hariri, ha rechazado la violencia como una solución y en cambio propone una vía más moderada. Sin embargo, las expresiones de frustración hacia Hezbollah se escuchan fáciles en las áreas sunitas de Líbano, y subsiste un malestar debido a que una vez fue la secta islámica dominante en Líbano, pero las últimas dos décadas fueron marcadas por el  empoderamiento político y económico de los chiitas, liderados por Hezbollah.  

La ampliación del mandato del cargo del Jefe del Ejército, Gral. Jean Kahwagi, por decreto fue una salida de último momento para evitar un vacío en el liderazgo militar en un momento en que el país se enfrenta a la violencia relacionada con la guerra de Siria; la prórroga por dos años del Jefe del Ejército así como del Jefe del Estado Mayor General del Ejército, Walid Salman, es un intento importante para evitar más caos. Pero el Primer Ministro designado, Tammam Salam, ha sido incapaz de formar un gabinete desde marzo, cuando Najib Mikati renunció, y las elecciones parlamentarias se han retrasado hasta noviembre de 2014. ¿Es el contexto ideal para presionar a Hezbollah para que entregue su arsenal?

El 1º de agosto es el Día del Ejército en Siria y el Líbano. Pero en ambos Estados las connotaciones e implicancias son diferentes: el Estado en Siria se encuentra en plena guerra civil y el Ejército es una herramienta de ese poder estatal que intenta asegurar la supervivencia del presidente Al-Assad. El Ejército libanés, en cambio, subyace en medio de una parálisis estatal y donde el monopolio de la fuerza lo ejerce una minoría política.

Los políticos libaneses destruyen el aura del Ejército. Atacaron a la dignidad personal del comandante del Ejército y del Jefe de Personal: la prórroga del mandato del comandante fue objeto de chantaje político y sectario, lo que perjudicó la dignidad del Ejército como institución y su liderazgo como referente nacional. Puede ser comprensible, aunque inaceptable, que la clase política esté manchada por acusaciones de corrupción y negligencia, pero no se puede entender que estos cargos -dentro del ejército- y que el liderazgo de la Institución militar  hayan sido arrastrados al chantaje sectario.

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