Las autoridades libanesas acusaron a cinco hombres, entre ellos un clérigo musulmán sunita cercano al gobierno sirio, por los ataques con bombas contra dos mezquitas en la ciudad de Trípoli, la semana pasada en el que murieron al menos 42 personas. El Tribunal Militar acusó a: Sheikh Ahmad Gharib y a Mustafá Houri de formar un grupo armado para atacar a las instituciones gubernamentales, la organización de una célula terrorista y la preparación de las bombas contra las dos mezquitas sunitas en Trípoli. Otros dos hombres, entre ellos un oficial del ejército sirio, fueron acusados en rebeldía con la colocación de las bombas en las mezquitas. Sheik Hisham Minqara -otro clérigo sunita pro-sirio- fue detenido, acusado de ocultar información a los investigadores.
Minqara, el jefe de un grupo islamista pro Al-Assad en Líbano, fue detenido por la policía para ser interrogado y fue acusado de ocultar información sobre las actividades terroristas de la célula en Trípoli. Gharib era conocido por ser un estrecho colaborador con Minqara mientras Houri -quien trabajó con Gharib- advirtió a la policía del complot antes de que ocurriese; Saqr cuestionó los motivos de Houri para haberle avisado a la policía y decidió acusarlo de los mismos delitos que Gharib. Houri también es conocido por tener estrechos vínculos con la Inteligencia siria. Si son declarados culpables, los sospechosos se enfrentan a la pena de muerte.
Según una fuente de seguridad libanesa, alrededor de un mes antes de los atentados, Houri le informó a la Sección de Información de las conversaciones con Gharib en la que el jeque había hablado de atentados planificados dirigidos contra las mezquitas Tripoli, con el objetivo de asesinar al ex jefe de la Fuerza de Seguridad Interna, Gral. My. Ashraf Rifi, al sheik salafista Salem Rafei y al parlamentario del Movimiento del Futuro, Khaled Daher. Gharib confesó durante el interrogatorio que las explosiones fueron "directamente planeadas por la Inteligencia siria".
El sheik libanés Hashem Minqara es el líder del Movimiento de Unificación Islámica del Consejo Militar (MUI), una organización islamista sunita que está estrechamente aliada con Siria. El MUI fue fundado en Trípoli en 1982 y, a pesar de ser un movimiento sunita, desarrolló estrechos vínculos con el gobierno chiita de Irán y Hezbollah; a mediados de la década de 1980, durante la guerra civil libanesa, el MUI alcanzó notoriedad por su lucha contra las tropas sirias en Trípoli. Finalmente el MUI fue aplastado y el sheik Minqara -que era un jefe militar del grupo- fue encarcelado en Siria sin cargos donde pasó 15 años en prisiones sirias antes de ser liberado en agosto de 2000. Hoy en día, el otrora clérigo anti- Baa’th es un cercano aliado de Siria y encabeza Movimiento de Unificación Islámica del Consejo Militar.
Tras los 2 ataques en los suburbios del sur de Beirut controlados por Hezbollah, en menos de dos meses, el partido chiita decidió incluir el área bajo un estricto bloqueo de seguridad: se han establecido puestos de control con los dispositivos de detección de explosivos y perros detectores de bombas en todas las entradas a Beirut. Con estos procedimientos -que se asemejan a un anuncio de estado de máxima alerta ante la guerra de explosivos- todos los coches que entrar en los suburbios del sur tienen que esperar casi dos horas antes de poder cruzar los puestos de control establecidos por Hezbollah en todas las entradas y al comienzo de las calles principales. El plan para bloquear los suburbios del sur, donde viven cerca de 1 millón de habitantes, ha estado en vigor durante por más de dos semanas, en el marco del operativo de seguridad los residentes sienten que viven en una fortaleza bloqueada y comienza a gestarse la sensación de una separación formal de chiitas y el resto de las religiones en Beirut.
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