Dos agricultores libaneses resultaron heridos por disparos de balas desde Siria, en el pueblo fronterizo de Al-Qaa Masharih; Ahmad Hussein Katoum y su pariente, Amjad Abdel Karim Katoum, había estado trabajando sus tierras en la aldea del norte de la Bekaa, cuando se les disparó por la espalda. Sin embargo, hubo informes contradictorios en cuanto a si los hombres fueron heridos en territorio libanés o sirio, dado que Masharih Al-QAA comparte fronteras comunes en el Líbano y Siria.
Este incidente se suma a los heridos por las incursiones de las FFAA sirias que perseguían desertores en norte de Líbano entrando al país, lo que desató un profundo debate sobre el papel de Beirut en el conflicto. Sin embargo, los efectos del conflicto sirio se han extendido al escenario partidario libanés y las acusaciones mutuas han ido en aumento y gravedad.
Sayyed Hassan Nasrallah, Jefe de Hezbollah, acusó a la Coalición 14 de Marzo de la financiación y transferencia de armas a la oposición de Siria; Nasrallah, quien habló en la conmemoración anual de los muertos de la resistencia libanesa, reiteró su apoyo al presidente sirio, Bashar Al-Assad, y acusó a los estados occidentales y árabes de tratar de derrocar al régimen sirio, de quien dijo que había presentado una serie de reformas políticas que podrían poner fin a la crisis.
Hezbollah también dijo que la Coalición 14 de Marzo, con su apoyo a la oposición siria, no sostiene los intereses de Líbano sino más bien desestabiliza al país y a la región; Nasrallah, el aliado más fuerte de Siria en Líbano, sostiene que Al-Assad se enfrenta a una creciente presión regional e internacional para poner fin a la violencia y entregar el poder a un gobierno más cercano a Israel.
Samir Geagea, líder de Fuerzas Libanesas, atacó duramente Nasrallah, ya que según Geagea él cree que todos los países que votaron por una resolución sobre Siria en la Asamblea General de la ONU tienen la culpa de lo que sucede en Siria cuando esto es un verdadero movimiento popular que comenzó debido a ciertas demandas y necesidades. Nasrallah, aliado clave de Siria en Líbano, ha defendido repetidamente a Al-Assad y ha sostenido la versión de Damasco sobre que los acontecimientos son una conspiración apoyada desde el extranjero combate que trata de ponerle fin al régimen de Al-Assad.
El conflicto de Siria se está expandiendo rápidamente hacia una guerra civil, pero fronteras afueras, se está desarrollando otra lucha de poder regional que amenaza a los países vecinos -como Líbano e Irak- ya que sus sociedades tienen intereses sectarios en Damasco; por otra parte los gobiernos de éstos Estados también están recibiendo presiones de los países occidentales y de algunos vecinos árabes para alinearse en contra de Al-Assad.
Puntualmente, en el caso de Líbano, la lucha en Siria supone la reapertura de las históricas líneas sectarias en lugares como Trípoli; allí las tensiones sectarias han estado en constante tensión ya que existe una minoría alawita –la misma secta del presidente sirio- y han apoyado durante mucho tiempo el régimen sirio. Mientras que los residentes sunitas en los últimos meses han proporcionado refugios, hospitales y una base para el comercio de armas a los rebeldes sirios, algo que todas las partes reconocen.
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