martes, 19 de julio de 2011

Crece la influencia de Irán en Líbano


Mohammad-Reza Bahonar, portavoz adjunto del Parlamento de Irán, mantuvo una reunión con el Primer Ministro libanés en Beirut. Al finalizar la misma, Bahonar señaló que Líbano -como una fuerza de resistencia contra Israel y los EE.UU.- debe actuar con prudencia y mantenerse alerta para poner fin a la intervención estadounidense-israelíes en los asuntos internos de Siria. Bahonar se hizo eco de las observaciones formuladas la semana pasada por el embajador iraní en Líbano, Ghadanfar Rukn Abadi, sobre que la situación en Siria es diferente a la del resto del mundo árabe.

El presidente libanés tambien elogió la visita de la delegación iraní y dio la bienvenida a la iniciativa, como un paso importante en la expansión de las relaciones entre Teherán y Beirut y pidió a la República Islámica que ayudase a Líbano para alcanzar la unidad nacional. Suleiman también se refirió a la guerra de 33 días entre Israel y Hezbollah en 2006 y dijo que la lección más importante para los israelíes era que debían devolver los territorios ocupados a sus verdaderos dueños.

Además del apoyo político, Mikati insistió en que una comisión conjunta iranio-libanesa presidida por el Vice-presidente de Irán, Mohammad-Reza Rahimi y el Primer Ministro de Líbano continuase las presentes actividades bilaterales de cooperación; veintiséis acuerdos ejecutivos firmados entre los dos países pronto serán discutidos en una reunión del gabinete libanés.

Sobh e Sadeq, un semanario que pertenece al Cuerpo de Guardia Revolucionaria de Irán (IRCG), publicó un artículo relativo al enfoque de Turquía sobre Siria; en el mismo se subrayó que Irán prefiere a Siria por sobre Turquía, debido a especiales intereses comunes entre Damasco y Teherán.

En su desarrollo, el artículo señala que Irán debería elegir a Siria y no a Turquía, si Ankara continúa ayudando a los manifestantes sirios, debido a los objetivos estratégicos de Teherán y puntos de vista ideológicos. El artículo destaca que el gobierno de Al-Assad permanecería en el poder a pesar de las previsiones de Occidente y Turquía, además Ankara tiene una visión equivocada sobre el fin de los disturbios en Siria con su política contra el régimen a través de las conferencias de la oposición siria en Turquía y el establecimiento de campamentos de refugiados de Siria.

Las relaciones turco-iraníes están atravesando un momento de estabilidad y dialogo amplio, ambas partes concuerdan sobre el derecho de los pueblos árabes a la libertad de expresión y que comparten las preocupaciones sobre los conflictos entre sunitas y chiitas. La información disponible también da cuenta sobre la cooperación entre Ankara y Teherán para hallar una respuesta a las revueltas de Siria, que puede incluir un acuerdo entre las dos potencias -negociado a través de Qatar- que se traduciría en un acuerdo regional árabe resolver la situación en el Líbano, Palestina y Siria.

El escenario sirio no ofrece condiciones para un dialogo comprensivo entre la oposición y el régimen alawita, hasta ahora las propuestas oficiales no son realistas y alejan la posibilidad de reformas pluralistas e inclusive de una transición ordenada que finalice en un acuerdo político interno. Desde fuera de Siria, cada vez más se agita la posibilidad de una intervención extranjera, aun a expensas de las demandas de la oposición de no hacerlo.

En este contexto regional, Líbano que ha tenido históricamente una alta dependencia de su vecino sirio, cualquier acontecimiento en aquel país repercutirá en Beirut; de producirse un hecho importante en Siria el actual Gabinete renunciaría y Saad Hariri volvería como primer ministro en las condiciones establecidas por Estados Unidos, Irán, Turquía y Qatar. Mikati inicialmente recibió el apoyo de Occidente y de los Estados árabes, pero si pone fin a al compromiso con el Tribunal Especial y la Resolución 1701, su apoyo desaparecerá.

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