jueves, 9 de mayo de 2013

Siria, Hezbollah y el equilibrio regional


El gobierno del presidente sirio, Bashar Al-Assad, ha estado buscando la adquisición de baterías de misiles S-300 -que pueden interceptar aviones tripulados y misiles guiados- a Rusia desde la época de la administración de George W. Bush; los Estados occidentales han presionado al gobierno del presidente ruso, Vladimir Putin, para que no siga adelante con la venta. Si Siria adquiere y despliega los sistemas, haría que cualquier intervención internacional sea mucho más complicada, según fuentes israelíes el paquete sirio incluye 6 lanzadores y 144 misiles operacionales -cada uno con un alcance de 125 millas- y se estima que el primer envío podría efectuarse en los próximos tres meses y el total de la compra se concluiría a finales de este año.


Según una evaluación de la Inteligencia norteamericana, Rusia comenzó en 2008 el envío de unidades SA-22 Pantsir-S1 a Siria. El sistema, una combinación de misiles tierra-aire y cañones antiaéreos de 30 mm, tiene un sistema de dirección digital y se monta en un vehículo de combate, por lo que es fácil de mover. De acuerdo con la evaluación, Siria tiene 36 de los vehículos. En 2009, Rusia comenzó la actualización SA-3 sistemas analógicos de misiles tierra-aire -convirtiéndolos en el sistema SA-26 Pechora-2M ahora móvil y digital, con un radio de acción de 17 millas- pero EE.UU. está particularmente preocupado la modernización rusa de los sistemas de misiles SA-5; con un radio de acción de 175 millas, podrían atacar a los aviones norteamericanos que vuelan desde Chipre.


Hassan Nasrallah, líder de Hezbollah, dijo que Siria responderá a las incursiones israelíes dándole su grupo nuevas y sofisticadas armas, para evitar nuevos ataques de Israel; Nasrallah señaló que "la resistencia está dispuesta a aceptar cualquier armamento sofisticado, incluso si se trata de romper el equilibrio en la región. Somos dignos de tener este tipo de armas y nos utilizan para defender a nuestro pueblo, nuestro país y a nuestros sitios sagrados”. En los días posteriores a los ataques israelíes, de la semana pasada, los medios de comunicación estatales sirios informaron que Damasco había dado luz verde a las operaciones contra Israel del Golán, aunque hasta el momento no ha habido claros signos de aumento de una militarización de la zona.

Nasrallah, quien insinuó la semana pasada que Irán y Rusia -aliados del presidente Al-Assad- podrían intervenir militarmente para impedir la caída del régimen, también dijo que la respuesta de Siria al ataque israelí reactivando su frente con Israel en los Altos del Golán “transformó la amenaza en una oportunidad. Así que cualquiera que busque una guerra contra Siria, la respuesta fue abrir el frente del Golán para el grupo de resistencia popular". Nasrallah sostuvo que se prepararon los lanzacohetes –sin hacer referencia a su dirección- y que luego de esto Israel que comenzó a enviar mensajes de calma.

Hay dos hechos fundamentales que preocupan sobre el papel de Hezbollah. El primero es que cualquier intento de enviar misiles iraníes avanzados para Hezbollah -a través de Siria- forzarían una nueva respuesta de Israel; y segundo la advertencia de Nasrallah, si bien es retórica, podría señalar una nueva escalada. Hezbollah e Irán se involucran cada vez más en la guerra civil siria –con el suministro de tropas y asesores militares- para ayudar al presidente sirio Bashar Al-Assad a combatir a los rebeldes; a esto le suma que ahora la resistencia libanesa presta su apoyo material y moral para la liberación del Golán sirio, que Israel capturó en la guerra de 1967 y que posteriormente anexionó a su territorio.


 

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