En una entrevista con Al-Mayadeen televisión, el líder de Hezbollah amenazó a Israel que sus comandos no sólo son capaces de defender al Líbano contra una invasión israelí, pero también son capaces de pasar a la ofensiva y entrar en el norte de Israel; Nasrallah negó que su grupo poseía armas químicas, pero dijo que su arsenal actual era suficiente para asestar un duro golpe para el Estado judío. El líder de Hezbollah dijo también que no hay otra opción que mantener el actual gabinete en la oficina con el fin de mantener la estabilidad y evitar un vacío de poder ya que la renuncia del gabinete del Primer Ministro Najib Mikati llevaría al Líbano a lo "desconocido".
Nasrallah sostuvo que la relación de Hezbollah con presidente sirio Bashar Al-Assad se basa en su apoyo a la resistencia contra Israel, y agregó que Al-Assad había mostrado su voluntad de reformar su régimen, pero la oposición ha rechazado todos los llamamientos al diálogo; Nasrallah, quien dijo en agosto que su grupo podría causar estragos si Israel lanzaba un asalto contra Líbano, reiteró su amenaza, diciendo que incluso si un primer ataque que acaba con muchos de los sitios de misiles del grupo seguiría dejando cohetes suficientes para dañar a cientos de miles de israelíes.
El jefe del grupo de resistencia libanés también advirtió que las bases militares estadounidenses en la región podrían ser blancos si Israel lanza un ataque contra las instalaciones nucleares de la República Islámica de Irán. Nasrallah, que rara vez concede entrevistas, dijo que en el caso que los "enemigos ataquen" Líbano, Hezbollah no se contentaría a "defenderse" sino que "entraría en Galilea"; si bien descartó una futura guerra de Israel contra Irán –principal patrocinador de Hezbollah- Nasrallah dijo que tenía información de los líderes iraníes que "las represalias de Teherán serán grandes" en el caso de un ataque israelí.
Consultado acerca de las repercusiones sobre el partido como resultado de la crisis en Siria, Nasrallah dijo "Nos sentimos cómodos, tranquilos y confiados, sobre la base de una visión objetiva de lo que está pasando en el mundo, en cuanto a las condiciones económicas, los cambios en Siria, Líbano y el norte de África. Tenemos una visión muy optimista del futuro.”
Funcionarios de la opositora Coalición 14 de Marzo están recogiendo firmas de parlamentarios para una petición que le entregarán al presidente Michel Sleiman para que autorice un despliegue de las fuerzas de paz de ONU (UNIFIL) en la frontera sirio-libanesa para detener las incursiones sirias contra Líbano, así como el contrabando de armas en ambas direcciones. UNIFIL requiere de la aprobación de la ONU para que las tropas puedan redistribuirse a lo largo de la frontera con Siria, según lo demandado por la Coalición 14 de Marzo, ya que el mandato estipulado por el Consejo de Seguridad en la Resolución 1701 específica a la zona comprendida entre el río Litani y la Línea Azul con Israel como ámbito operativo de la UNIFIL.
Las opiniones sobre la viabilidad de un despliegue más amplio de la UNIFIL varían. Toni Nissi, jefe del pro-14 de Marzo “Comité Internacional Libanés de la Resolución 1559”, dijo que la UNIFIL se niega a comprometerse más allá del río Litani, porque esa medida "alterará a Hezbollah"; además según Nissi, UNIFIL no quiere dedicarse a otras partes del país para “proteger sus intereses y la seguridad de sus tropas en el sur de Líbano, ya que su trabajo es muy limitado por razones de seguridad". Hikmat Deeb, parlamentario del Movimiento Patriótico Libre MP, señaló que sería inapropiado para desplegar tropas internacionales de mantenimiento de paz a lo largo de la frontera con Siria dado relaciones diplomáticas con Damasco.
Por otra parte, tanto Hariri como Nasrallah dieron la bienvenida a la visita prevista del Papa Benedicto XVI a Líbano, prevista para fines de este mes y el líder de Hezbollah dijo que su partido participará “en todas las fases de su viaje para mostrar nuestro respeto".
Hace unos días, el presidente egipcio Mohamed Morsi sin inmutarse por encontrarse en medio de sus anfitriones iraníes, llamó a Siria “un régimen opresor” -una afirmación que va en contra de la opinión del gobierno iraní- y que generó curiosamente que la televisión estatal iraní, tradujese del persa la palabra "Bahrain" en lugar de "Siria". Este “error” es un indicador del creciente malestar que Morsi está generando en Irán por sus crecientes críticas contra la violencia desatada sobre los manifestantes sunitas en siria; no es casual que el presidente egipcio haya utilizado a la Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, donde los ojos del mundo iban a estar observando los avances del plan nuclear iraní.
Egipto, ahora gobernado por la Hermandad Musulmana comienza a establecerse como un actor regional que influirá en la resolución de los diferentes conflictos, por ejemplo en Siria; además se transformará en un desafío para Hezbollah y el poder chiita en Líbano, los sunitas contarán con el apoyo egipcio y saudita.
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