viernes, 21 de septiembre de 2012

¿Hezbollah mantiene sus armas?


El presidente libanés, Michel Sleiman, propuso a los líderes libaneses ayer una estrategia de Defensa Nacional que le permitirá a Hezbollah a mantener sus armas, sin colocarlas bajo el mando del Ejército libanés -según lo exigido por la Coalición 14 de Marzo- ni habrá una coordinación entre la resistencia y el Ejército –tal como lo demandaba Hezbollah-; en cambio, las armas de la Resistencia serían utilizadas por el Estado hasta que el Ejército pueda hacerse cargo de todas las responsabilidades de Defensa y la Resistencia funcionaría sólo en el caso de ocupación. De acuerdo con la propuesta de tres páginas, Líbano se enfrenta a peligros provenientes de Israel, los grupos terroristas y la proliferación de armas -entre civiles, partidos y grupos palestinos- y todo ello requiere de una estrategia de Defensa que tiene como centro a un ejército capaz de defender al Estado.

La propuesta señala que “En línea con el artículo 65 de la Constitución y de la ley de Defensa Nacional y hasta que el Ejército cuente con la potencia apropiada necesaria para manejar su misión, un acuerdo debe ser alcanzado sobre los marcos y mecanismos adecuados para usar armas de resistencia, a especificar el control sobre ellos y ponerlos bajo el mando del Ejército que tiene el derecho exclusivo a utilizar la fuerza". Según el plan, Líbano adoptará todas las medidas necesarias para liberar los territorios libaneses que aún están bajo la ocupación israelí y seguiría el acuerdo de armisticio con Israel firmado en 1949 obligando a Israel a aplicar la Resolución 1701 e impulsar la presencia del Líbano en el ámbito internacional a través de la diplomacia.

Sleiman se reunió el miércoles con el comandante de la Fuerza Interina de ONU en Líbano (FPNUL), My. Gral. Paolo Serra, junto a al presidente del Parlamento, Nabih Berri y el PM Najib Mikati. Las reuniones siguieron a la prórroga del mandato de la FPNUL por un año más; además se debatieron cuestiones como la aplicación del mandato de acuerdo con la Resolución 1701 y en particular, la cooperación del FPNUL y el ejército libanés. Después de la reunión, Serra dijo que se informó al poder ejecutivo libanés sobre la coordinación con el Ejército para mantener la seguridad y la estabilidad en la zona de operaciones al norte del río Litani."

Apenas se conoció la propuesta, el ejército libanés informó que varios soldados, entre ellos dos oficiales, resultaron heridos cuando una patrulla fue atacada en Ghobeiri, la zona sur de Beirut; el incidente se produjo durante la persecución de un sospechoso y motivó numerosas redadas por parte del ejército durante las cuales aprehendieron a varios sospechosos.

Los refugiados sirios que llegan a los campos palestinos señalan que hay divisiones internas y el mismo caos entre los chiitas, sunitas, cristianos, drusos y comunidades étnicas. El Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General (FPLP-CG), que fue expulsado hace cinco semanas del campamento de Yarmouk por otros palestinos, afirma que el cien por ciento de los palestinos que no respaldan al presidente Al-Assad están con Al-Qaeda y el Ejército Libre Sirio (ELS); por otro lado, los rebeldes sirios afirman que los palestinos que se niegan a unirse a ellos están con Ahmad Jabril, líder del FPLP-CG.

Los residentes palestinos del campamento de Yamouk, en su mayoría no quieren tener nada que ver con la crisis política siria y sólo para vivir en paz; la mayoría de los palestinos-sirios se encuentran temporalmente en casas de amigos o de familiares en los 12 campamentos de Líbano; esta nueva realidad ha empujado las cifras de los palestinos a cifras record, solo en Helwe la población de refugiados pasó a 20.000 desde el inicio de la crisis siria. Junto a la presión demográfica, la cuestión de la seguridad, será uno de los puntos fundamentales sobre las que deberá trabajar el Estado libanés.

La iniciativa de Sleiman es un avance, frente a la inacción de años en materia de Dialogo Nacional y sobre la cuestión de las armas de Hezbollah –única milicia que permanece armada desde los acuerdos de Taif-, que busca consolidar el poder estatal evitando que grupos para-estatales dicten la política exterior y de Defensa libanesa. Que la estrategia de Sleiman descanse en el supuesto de un ejército nacional fuerte es un tanto controvertido, no porque las FFAA no sean profesionales, sino que el poder político no ha legislado medidas orientadas a mejorar su equipamiento o dotarlas de una misión concreta.

Parte de esta carencia de políticas estatales se debe a que los diferentes partidos políticos temen que un ejército fuerte sea utilizado por el poder de turno en su propio beneficio, en contra de los otros grupos políticos o religiosos. La multiplicidad de escenarios internos y regionales que amenazan la seguridad libanesa han proliferado en los últimos meses de manera simultánea, por ello plantearse una política de Estado en el presente contexto de cara al futuro, será muy arriesgado.


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