El Vaticano confirmó hoy que la visita del Papa Benedicto XVI a Líbano seguirá adelante como estaba previsto, a pesar de la creciente tensión en la región tras el asesinato del embajador de EE.UU. en Libia por una turba enfurecida por una película anti-Islam. El portavoz jefe del Vaticano, reverendo Federico Lombardi, dijo que el Vaticano estaba monitoreando de cerca la evolución de los hechos en la región, pero no había señales de problemas de seguridad específicos para el viaje de Benedicto XVI hasta ahora.
Cuando el Papa Benedicto XVI llegue a Líbano esta semana, se encontrará con un país diferente al que vio su predecesor, Juan Pablo II, hace 15 años; lo único que se ha mantenido en el tiempo son las divisiones sectarias que aún persisten luego de una guerra civil que devastó a todo el país. En ese entonces, la visita de Juan Pablo II trajo un mensaje de esperanza en medio de la reconstrucción; Benedicto XVI llegará a un país cuya clase política sigue sin ponerse de acuerdo sobre una visión común y es por ello que se espera un mensaje de reconciliación, tanto entre cristianos como entre los cristianos y los musulmanes.
Los cristianos en Líbano, alguna vez un grupo dominante, ahora se encuentran reducidos a una minoría y su influencia política queda supeditada a las alianzas políticas con los grupos musulmanes –tanto chiitas como sunitas- internos. Después de que los coptos en Egipto, el Líbano, la comunidad cristiana libanesa es la segunda en tamaño del Medio Oriente representando casi el 35 % de la población de Líbano; dentro de éstos el grupo religioso más importante es la Iglesia maronita y también hay otras comunidades como las orientales ortodoxas, tres sectas protestantes y la Iglesia copta egipcia, la última que ha sido reconocida oficialmente.
La visita del Papa también responde a los crecientes temores de la comunidad cristiana en la región por los avances de los sectores islámicos en los diferentes Estados, luego de la Primavera Árabe; en el caso de Siria, los grupos cristianos han sido aliados históricos de los grupos alawitas a cargo del poder y que combaten a los sunitas; este contexto ha despertado el temor de los cristianos por posibles venganzas a manos de los rebeldes sunitas en caso de derrocar al régimen de Al-Assad. Además será el más encuentro más cercano del Papa a un conflicto militar desde su elección en 2005 y se desarrollará en medio de una creciente alarma en el Líbano, dado que las divisiones sectarias libanesas se asemejan a los de Siria.
El arzobispo Gabriele Caccia, embajador del Vaticano en Beirut y un organizador del viaje, dijo que habían recibido "garantías razonables" sobre la seguridad del Papa y señaló que era evidente que las fuerzas de seguridad libanesas están en alerta; Caccia destacó que ningún sector -cristianos, sunitas, chiitas, drusos y alawitas- ha expresado su oposición a este viaje y remarcó que Hezbollah expresó su "alegría” por la visita de Benedicto XVI
Benedicto XVI llegará a Líbano este fin de semana y celebrará dos grandes eventos al aire libre además de reunirse con representantes de las comunidades cristianas, islámicas y líderes políticos. Se espera que el Papa mantenga una línea apolítica en Medio Oriente -incluso en la lucha civil en Siria- y si bien los acontecimientos en Siria y sus repercusiones en Líbano han generado temor en algunos sectores, el Vaticano se muestra confiado por la seguridad del Papa tras recibir garantías de Hezbollah y otros grupos islámicos.
Benedicto XVI dará a conocer un documento conocido como "Exhortación Apostólica", basado en los resultados de un sínodo de obispos católicos sobre el Medio Oriente en 2010; en eso sínodo abordaron temas como la seguridad regional, el éxodo de los cristianos de la región y la necesidad de una solución al conflicto palestino-israelí, todos los temas que se espera abordar en el documento papal y en los discursos de Benedicto XVI.
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