viernes, 14 de septiembre de 2012

Papa Benedicto XVI y el temor de los cristianos en Medio Oriente


El Papa Benedicto XVI llegó a la capital de Líbano, Beirut, en la tercera visita de la historia por un prelado católico romano a este país mediterráneo, la estancia de tres días se produce en medio de una guerra civil en Siria y una ola de violencia en varios países árabes por una película anti-Islam; en este contexto Benedicto XVI dará a conocer el documento “Exhortación Apostólica del Sínodo de los Obispos para Oriente Medio". El Papa fue recibido a su llegada al aeropuerto de Beirut por el presidente libanés, Michel Sleiman, el presidente del Parlamento, Nabih Berri, y el Primer Ministro, Najib Mikati junto a treinta funcionarios, incluyendo los principales líderes religiosos, de seguridad y figuras diplomáticas de Líbano.

En su vuelo a Líbano, el Papa dijo a los periodistas que las importaciones de armas a Siria eran un "pecado grave" y también pidió que se ponga fin al conflicto en ese país, diciendo que el fundamentalismo es "siempre una falsificación de la religión". El Pontífice describió la Primavera Árabe como "un deseo de más democracia, más libertad, más cooperación y de una identidad árabe renovada", el Papa dijo a Suleiman que estaba visitando el país como un "peregrino de la paz" y señaló que "La manera exitosa en que los libaneses viven juntos demuestra a todo el Oriente Medio y el resto del mundo que, dentro de una nación, puede existir la cooperación entre las diversas iglesias y al mismo tiempo la convivencia y el diálogo respetuoso entre los cristianos y sus hermanos de otras religiones".

En un discurso pronunciado en Turquía a principios de este mes, el reverendo Miguel Ángel Ayuso Guixot, Secretario del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, dijo sobre Siria, que la Santa Sede pidió "el cese inmediato de la violencia de cualquier parte, así como el diálogo hacia la reconciliación como camino necesario para responder a las aspiraciones legítimas del pueblo sirio". La Santa Sede también busca "preservar la unidad del pueblo sirio, independientemente de su origen étnico y la afiliación religiosa", Guixot señaló que se le pidió a Siria que sea consciente de las preocupaciones legítimas de la comunidad internacional, al igual que las potencias mundiales se dediquen a un proceso de paz para Siria y todo el Medio Oriente "para el beneficio y bienestar de toda la humanidad."

El portavoz del Papa, reverendo Federico Lombardi, dijo que Benedicto XVI puede reunirse con los refugiados sirios que están alojados en Líbano, pero no hay confirmaciones de esta noticia. Lombardi tampoco descartó que el Papa se reúna con partidarios de Hezbollah; aunque es considerado como un grupo terrorista por muchos Estados, Lombardi se negó a sobre el grupo de la resistencia.

El ejército libanés ha impuesto una prohibición de 10 días en deslizarse sobre la ciudad costera de Jounieh y la zona montañosa de Harisa y sus alrededores. Harisa, famosa por su gigantesca estatua de la Virgen María, y es el lugar de la residencia del embajador del Vaticano, donde Benedicto XVI se alojará. El principal evento público de la visita papal será la misa del domingo en el paseo marítimo de Beirut.

En 1510, el Papa León X agradeció a la Divina Providencia por haber conservado a los cristianos maronitas a través de los tiempos más difíciles "plantados entre infieles y herejes, cismáticos, como en un campo de error"; el Papa Benedicto XVI vino a reafirmar este mensaje de sobrevivencia en un ambiente hostil, en momentos que los cristianos de la región sienten que su existencia es amenazada por el surgimiento del Islam político. En todo el mundo árabe, los cristianos se sienten como una extinción de las especies enfrenta, amenazados por fanáticos islamistas, impulsado por la falta de oportunidades se van al extranjero y ahora temen por el orden posterior a la revolución que en algunos países ha llevado a los islamistas al poder; hoy los grupos cristianos representan alrededor del 5 % de la población de Medio Oriente, frente al 20 % de hace un siglo y si las presiones actuales junto a las bajas tasas de natalidad continúan, se estima en 2020 podrían reducirse a la mitad.

Para muchos cristianos el ascenso del Islam político está cambiando la naturaleza de los levantamientos de la “Primavera Árabe” que derrocaron a los autócratas de Túnez, Egipto, Yemen y Libia, y que ha puesto a Siria en jaque, muchos esperaban que un movimiento reformista condujese a estos países a un modelo democrático, pero en su lugar los grupos islamistas han ganado el poder y existe la percepción que eventualmente impondrán estrictos códigos sociales. Los sucesos de Iraq, donde los asesinatos sectarios que siguieron a la invasión de EE.UU. en 2003, forzaron el éxodo masivo de los cristianos iraquíes y creó un trauma dentro de estos grupos religiosos en toda la región; esto se comenzó a verificar en Siria donde los cristianos están expuestos entre sunitas y alawitas, por ello optaron aliarse con la dinastía Al-Assad, pero ahora temen por su futuro si el régimen sirio es derrocado.

La situación en Líbano parece ser diferente si se tiene en cuenta que el Acuerdo de Taif de 1989 -que puso fin a la guerra civil- rompió con el monopolio del poder estatal al dividir en tercios iguales la estructura de gobierno entre cristianos, chiitas y sunitas. Pero la población de cristianos libaneses está descendiendo y por ello su cuota de poder comienza a ser reclamada por otros grupos como los chiitas; además Líbano no es una isla, por lo que será difícil que quede al margen de los cambios políticos de la región.





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