Desde el 4 de junio, el ejército de Al-Assad controla todas las conexiones por carretera de la capital y sus distritos occidentales, también ha despejado a las fuerzas rebeldes fuera de las áreas al oeste de Damasco -región Zabadni hasta la frontera libanesa- y al noroeste, Hezbollah y las unidades sirias han endurecido su cerco a los rebeldes resisten en el sector norte de Qusayr, mientras que otras unidades han completado la recuperación de los alrededores de Hama, y una tercera fuerza combinado sirio-Hezbollah, tomó posiciones alrededor de Aleppo.
La ofensiva que viene, que podría ser en los próximos días, es probable que enfrente cara a cara a las fuerzas israelíes con unidades de Hezbollah -ahora equipadas con armas pesadas y misiles autopropulsados- en movimiento a lo largo de la frontera sirio-israelí, en los Altos del Golán. La Inteligencia israelí estimó que el campo de batalla sirio debilitaría la fuerza de Hezbollah, pero ha sucedido todo lo contrario, un brazo de Hezbollah se despliega actualmente fuera de Deraa -capital de la provincia Horan- con los refuerzos están fluyendo desde Líbano, Hezbollah y las unidades sirias se están preparando para ocupar la zona rural de Horan rural y llegar a la frontera israelí a través del Golán sirio.
Louay Meqdad, el portavoz del Ejercito Libre Sirio (ELS), informó que más de 4.000 combatientes de Hezbollah han llegado a Aleppo, como parte de los preparativos militares para retomar la ciudad controlada por los rebeldes; de acuerdo con Meqdad, la participación militar de Hezbollah en Siria demostró que las fuerzas del gobierno no pudieron hacer frente a los rebeldes por sí mismos y vaticinó que la participación de Hezbollah en la batalla de Aleppo no afectará el equilibrio de poder, ya que las fuerzas rebeldes están bien atrincherados en sus posiciones.
El Gral. Selim Idriss, jefe del ELS, dijo que los combatientes de Hezbollah estaban "invadiendo" Siria y que Líbano no estaba haciendo nada para detenerlos, además precisó que "En la actualidad hay un gran número de combatientes de Hezbollah en Siria, en Qusair, en Idlib, en Alepo, en Damasco, y puedo decir que en todo el país; la cadena de TV de Hezbollah, Al-Manar, informó de un colapso generalizado de las fuerzas rebeldes en Qusayr, sin embargo los informes no muestran las imágenes de la ciudad, ni los detalles de la supuesta victoria y una noticias similar se hizo hace dos semanas.
Las fuerzas sirias lanzaron un ataque aéreo sobre la ciudad libanesa de Arsal, el informe desde el lugar señala que los helicópteros tenían como objetivo una casa propiedad de la familia Al-Hujairi. El ataque fue condenado por el presidente libanés, Michel Sleiman, quien instó a Siria a "respetar la soberanía de Líbano y no poner en peligro a sus ciudadanos."
El bloque parlamentario del opositor Movimiento Futuro, criticó lo que llamó "el papel peligroso y criminal de Hezbollah" en Siria, advirtiendo que la vida política y la seguridad en Líbano no se normalizarán hasta que el grupo se retire del vecino país; en el comunicado, el Movimiento advirtió que la fuerte participación de Hezbollah en la guerra civil siria podría tener consecuencias graves y negativas en Líbano y en los libaneses que trabajan en los Estados árabes del Golfo. El sheik Naim Qassem, funcionario de Hezbollah, respondió al Movimiento del Futuro argumentando que ese partido “está tratando de establecer algunas reglas nuevas. Pero este movimiento se ha olvidado que no está en condiciones de distribuir los roles o decir quién debe o no debe estar en el gobierno.”
La dinámica entre lo interno y lo externo, son diferentes en esta ocasión. La guerra civil siria plantea una amenaza para Líbano en virtud de su fuerza, y ahora lo hace a causa de su debilidad. La guerra entre el régimen alawita de Bashar al-Assad y la insurgencia sunita, con sus raíces más fuertes en el Norte y Este de Siria, ha sido rectificada desde la primavera de 2011; la ola de refugiados sirios, aumentada de la mano de la violencia en el terreno, plantea dos grandes problemas para Líbano: primero es sumamente costoso para Líbano alojar a tanta gente; y segundo, algo mucho más peligroso, es que la mayoría de los refugiados sirios son sunitas, y su presencia cada vez más aumenta la ansiedad de no sunitas en Líbano, especialmente los chiitas. Demografía y política están más estrechamente entrelazadas en Líbano que en otros países, y si la guerra en Siria se prolonga más la paz en Líbano será alterada por este cambio demográfico.
Pero hay fuerzas más peligrosas en el juego. Irán y Hezbollah, los aliados más cercanos de Al-Assad, están decididos a salvar a su régimen. A su juicio, la guerra civil de Siria es parte de una lucha entre sunitas y chiitas más amplia en la cual los Estados árabes sunitas -principalmente Arabia Saudita y Qatar- han decidido derrocar a Al-Assad como parte de su objetivo mayor, debilitar a Irán. Desde la perspectiva de Hezbollah, sería un mal resultado, ya que Irán es su patrocinador principal y Teherán usa a Siria como un conducto para el suministro de las fuerzas de Hezbollah.
Hezbollah está respaldado por las armas y el dinero de Irán, por lo que está plenamente comprometido en el campo de batalla, pero el cambio más importante es no tratar de proteger a los pueblos a lo largo de la frontera libanesa sino que está librando la batalla junto a las fuerzas del gobierno sirio y parece dispuesto a mantener bajas y asumir las consecuencias. Hezbollah no es el único grupo chiita externo que opera en la guerra civil de Siria. Las Brigadas Fadl, compuestas por militantes chiitas iraníes capacitados de Irak, son un signo visible de la preocupación de Irán por el curso de la lucha siria a la que percibe como una batalla por su supervivencia contra los sunitas en primer lugar, pero también contra Israel y EE.UU., que intentan su derrota mediante sanciones económicas impuestas y ataques a su programa nuclear. Irán no se ha comprometido oficialmente con tropas, para eso dispone de Hezbollah y las Brigadas Fadl.
El espacio se está agotando en la zona del sur de Beirut, donde Hezbollah entierra sus muertos en la guerra, testimonio del alto precio que el movimiento chiita está pagando por su apoyo directo al presidente sirio en la guerra civil; Hasan Nasrallah, líder del Hezbollah, ha llamado a una "nueva etapa" para el movimiento, con esta decisión el enfoque de Hezbollah ha girado de la lucha contra Israel a la lucha contra otros musulmanes en Siria. La decisión Hezbollah, es una apuesta arriesgada, ya que busca asegurar la supervivencia de su eje de apoyo para armas y fondos, pero pondrá en riesgo su base de apoyo chiita libanesa y su imagen de defensor contra Israel.
En el barrio de Nabaa de Beirut, Mohammad Hajj Hasan, un político chiita, se reunió con otros "chiitas independientes" y representantes de los partidos rivales; bajo estricta vigilancia armada, se discutió cómo proner una oposición válida y evitar que los chiitas del país sean política y socialmente aislados, en la reacción contra la participación de Hezbollah en el conflicto sirio. Charbel Eid, representante del partido Fuerzas Libanesas, mayoritariamente cristiano, señaló que el apoyo de Hezbollah de los cristianos y aliados drusos, podría retirarse no de manera inmediata pero si en meses.
Nasrallah no está luchando por Líbano y mucho menos por Palestina, ahora él está luchando por sí mismo, por Hezbollah, por Al-Assad e Irán. Nasrallah se convirtió en el hombre más admirado en la región, pero su narrativa actual resulta poco clara y la utilización de la palabra “Israel” en cada oración no asegurará adhesiones instantáneas en el mundo árabe, ya que combatir en Siria no tiene nada que ver con Israel y la gran mayoría de los árabes lo saben muy bien.
2 comentarios:
Resulta esperpéntico que un dirigente del ELS diga que es Hezbolá quien está "invadiendo" Siria, cuando son precisamente los miles de islamistas de muchos países (de 29 países se han detectado islamistas rebeldes, decía Al Assad hace poco) los que están invadiendo Siria para instaurar la sharia y machacar a los que no son suníes, como han hecho hace unos dias en un pueblo cristiano cercano al Al-Qusair.
Por otro lado no estoy de acuerdo en que la lucha de Hezbolá en Siria no tenga nada que ver con luchar contra Israel o por Palestina, porque precisamente lo que más desea Israel es la caída de Al Assad, que ha apoyado y apoya a los palestinos de Al Fatah y del FPLP. Tiene que ver, y mucho. Más aún cuando el Ejército israelí mato hace unas semanas a 42 militares sirios que estaban en bases sirias, lo cual fue como encender una cerilla rodeado de explosivos, un acto bárbaro.
Lo de Siria es solo el principio, porque los ojos de "occidente y sus aliados" en Medio Oriente miran hacia Irán. ¿quien seguirá después? supongo que todo aquel que no piense como la OTAN. Si tan solo los árabes estubieran mas unidos otra cosa fuera; pienso que aun es tiempo de reaccionar.
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