viernes, 7 de junio de 2013

El Ejécito de Líbano: arbitro involuntario


Dos familias rivales, el clan salafista Heijar y el clan chiita Nashar, se enfrentaron nuevamente en el área de Old Souk, en Trípoli; las dos partes emplearon granadas propulsadas por cohetes y armas automáticas, dificultando los esfuerzos del Ejército para poner fin a los enfrentamientos que además se vio obstaculizado por las estrechas callejuelas que conducen al punto de choque. La reanudación de los combates entre los dos bandos, se produjo después que los militares libaneses denunciaron complots contra Líbano y advirtieron sobre la posibilidad de ser arrastrados a la guerra contra Siria; posterior a la declaración, el ejército libanés estableció puestos de control en los accesos a Trípoli, así como en las principales avenidas de la ciudad, y adelantó que se cumplirá ley con la fuerza.

El Ejército libanés advirtió hoy que estaba en marcha un complot para enredar al país en el conflicto sirio, con enfrentamientos entre partidarios y opositores de Damasco dentro de Líbano. Esta declaración es la más fuerte emitida por el Ejército libanés, en todo el levantamiento contra el régimen de Al-Assad y se produjo un día después de que soldados fue atacado en Trípoli, así como en los distritos de Jabal Mohsen y Bab Al-Tabbaneh.

Por otra parte, la cúpula del Ejército aseguró que había intervenido fuertemente en Sidón para evitar un aumento de los incidentes relacionados con los acontecimientos de Siria, y en otros barrios de Monte Líbano, donde los milicianos abrieron fuego para celebrar los avances del gobierno sirio. Además, aseguró que se sigue rastreando a los culpables del crimen que dejó dos soldados muertos en Ersal. El Ejército mantiene operaciones de estrictas medidas de seguridad en: Trípoli, Sidón, Beirut, Biqaa y Monte Líbano.

El canciller libanés, Adnan Mansour, dijo que su país se había opuesto a la reciente declaración de la Liga Árabe -que condena el papel de Hezbollah en Siria- y minimizó la importancia de la reunión del órgano regional; Mansour sostuvo que la declaración de la Liga Árabe fue injustificada, ya que “más de dos docenas de países estaban interviniendo en Siria y cuando lo que hace Hezbollah es para defender a los libaneses que estaban en las ciudades de las afueras de Qusayr".

El Ministro de Interior, Marwan Charbel, mantuvo una reunión ayer en la oficina del comandante de las Fuerzas de Seguridad Interna Regional Distrito Norte, Gral. de Brd. Mahmoud Annan, en Trípoli. La reunión estableció un plan de seguridad en etapas, además Charbel destacó que el Ejército libanés está decidido a seguir adelante con la aplicación del plan de seguridad conjunto, a pesar de las dificultades sufridas, y precisó que el despliegue militar lleva 48 horas. Charbel también sostuvo una reunión con el Encuentro Nacional Islámico en Trípoli, al finalizar el ministro hizo hincapié que “el Ejército libanés se encuentra a igual distancia de todos los lados”.

El Primer Ministro interino, Najib Mikati, precisó que el Ejército libanés no dudará en abrir fuego contra los hombres armados que participan en los combates en Trípoli ya que el “Ejército responde sin vacilar a las fuentes de fuego de cualquier lado, porque los residentes de la ciudad tienen derecho a vivir en paz”. Adicionalmente, Mikati dijo que el Ejército no necesita cobertura política para sus acciones, ya que “las órdenes se han dado a todas sus unidades desplegadas en Trípoli para preservar la seguridad de manera justa y de una manera equilibrada”.

La participación de Hezbollah en la guerra civil siria está agotando las relaciones del grupo con sus seguidores libaneses y está poniendo a prueba su capacidad para mantener su dominio interno frente a los grupos armados sunitas. Pero las críticas a Hezbollah siguen siendo raras en los bastiones del grupo, pero algunos críticos han salido por los medios de comunicación en los últimos días expresando el malestar en la participación de Hezbollah en Qusayr y el temor sobre posibles represalias de grupos sunitas contra civiles chiitas dentro de Líbano.

La situación interna es actualmente muy peligrosa. Las fuentes de Inteligencia del Ejército, Fuerzas de Seguridad Interior -Sección de Información, Seguridad General y de Seguridad del Estado- están siguiendo de cerca los movimientos y contactos de los grupos sectarios armados; pero el aparato de seguridad se limita a recopilar información sin perseguir a los criminales, detenerlos y juzgarlos, ya que el poder político obstaculiza las acciones.

El Ejército tiene que mantenerse alejado de los cálculos políticos, con el fin de restablecer su posición de seguridad y tomar decisiones decisivas para proteger al país de futuros desastres: pero el Ejército está llevando a cabo varias tareas, tal vez demasiadas pesadas, y ha comenzado a perder su prestigio y distinción.


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