martes, 25 de junio de 2013

El Ejército libanés (y Hezbollah) controla Sidón


El gobierno libanés trata de asegurar el país después que los hechos más violentos, desde el inicio del conflicto sirio, empujaron a las milicias de Líbano a enfrentamientos sectarios; en la ciudad de Sidón los tiroteos entre el ejército y grupos radicales sunitas se extendieron después que soldados libaneses atacaron un complejo armado del clérigo islamista radical, Ahmad Al-Asir, y se detuvo a decenas de sus seguidores. El Ejército dijo que 12 soldados murieron en la operación contra el complejo de la mezquita de Al-Asir, pero un médico dijo que 22 cuerpos habían sido retirados del complejo; al menos cuatro tanques y varios vehículos militares en el lugar fueron incendiados y densas columnas de humos se levantaban sobre el lugar.

Los soldados tomaron el control de la mezquita de Bilal bin Rabah y el complejo que lo rodea en Abra, un suburbio de Sidón, poco después que Al-Asir huyó del local con rumbo desconocido; algunos reportes de prensa dijeron el líder religioso se fugó al campo de refugiados palestinos cerca de Ain Al-Hilweh. De acuerdo con las órdenes de detención emitidas por el Fiscal Militar de Líbano, contra Al-Asir y 123 de sus seguidores, Inteligencia del Ejército y otras agencias de seguridad están haciendo todos los esfuerzos posibles para localizar al clérigo sunita; entre los buscados se encuentra el ex cantante Fadl Shaker, quien renunció a su carrera para seguir al polémico sheik y supuestamente mató a dos soldados.

La batalla Sidón estalló la tarde del domingo poco después de que los partidarios militantes del jeque atacaron un puesto de control militar en Abra, con granadas propulsadas por cohetes, matando a tres soldados. Una fuente de seguridad dijo que las tropas no recuperaron los cuerpos de algunos combatientes muertos porque yacían boca abajo, lo que posiblemente indica que los cadáveres están conectados a explosivos, plantados por los partidarios de Al-Asir antes de abandonar el escenario de los combates. Ese mismo método se utilizó en la guerra de 2007, entre el Ejército libanés y Fatah Al-Islam, en el campamento de refugiados palestinos del norte de Nahr Al-Bared.

El Ejército dijo que sus soldados fueron atacados sin provocación y se comprometieron, en una declaración, a "golpear con puño hierro, por primera vez, contra cualquiera que se atreva a derramar la sangre del Ejército"; también trascendió que las operaciones militares en Sidón continuarán hasta que "la seguridad sea completamente restaurada en la ciudad y su entorno”. Sidón se ha convertido en una "zona de guerra", según un comunicado del municipio, y precisó que "la situación es trágica. No hay agua ni electricidad. El miedo está gobernando en las calles y los barrios".

Por informes de noviembre de 2013, se sabía que Al-Asir estaba formando un ala militar después que dos de sus guardaespaldas murieron en un tiroteo con elementos de Hezbollah y llamó a sus seguidores a tomar las armas contra el partido chiita. Desde entonces, cada vez que salía por los medios se mostraba armado al mismo tiempo que sostenía que esas armas solo debían ser manejadas por el Estado. En un vídeo publicado en YouTube el pasado domingo, Al-Asir señalaba su oposición al ejército libanés y denunciaba "A todos nuestros partidarios, estamos siendo atacados por el ejército, que es iraní y chiita. Hago un llamamiento a todos los partidarios de bloquear las carreteras y todo sunita honorable y no sunita a que abandone el ejército".

En medio de detalles poco claros del incidente de Abra, surgen tres preguntas: en primer lugar, ¿los insurgentes sunitas salafistas se trasladarán a otras zonas del Líbano, en Beirut, Trípoli o central Bekaa en apoyo de Asir?; segundo, ¿Cuál será la posición de los militantes palestinos en los campamentos de refugiados cercanos a Sidón?; y finalmente, ¿El ejército libanés será capaz de tomar una acción decisiva contra Al-Asir en Sidón, o la presente batalla es un nuevo capítulo en la lucha por desmantelar al Estado libanés?

Muchos sunitas libaneses sienten que perdieron su voz, ya que el PM Saad Hariri está en extranjero y ahora Al-Asir está terminado; subyace la idea que habrá una guerra regional, si Bashar Al-Assad cae en Siria, de la misma manera que los rebeldes sirios irán a Líbano para hostigar a Hezbollah. A los temores ya citados de los sunitas, ahora se debe agregar que los combates de Sidón terminaron luego de la cooperación abierta entre el Ejército y Hezbollah; el Ejército libanés es visto como un árbitro neutral entre las sectas religiosas, pero después de sufrir fuertes bajas en el primer día de los combates, el Ejército no tuvo más remedio que aceptar una afluencia masiva de combatientes altamente entrenados y bien equipados de Hezbollah que doblegaron a los radicales sunitas de Al-Asir.


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