viernes, 1 de noviembre de 2013

Qalamoun ¿Propaganda o impotencia?


La batalla por la montaña de Al-Qalamoun, en una escarpada región entre Damasco y Homs, es muy importante en términos militares y se la compara con la batalla por Qusayr, una ciudad estratégica en la frontera con Líbano que fue recuperada por el Ejército sirio gracias a Hezbollah, cuyos combatientes se encontraban en la vanguardia del asalto. La captura de Qusayr incitó presidente Obama, en junio, a prometerles armas a los rebeldes sirios -promesa que no se ha cumplido a las preocupaciones de la administración acerca de la creciente influencia de los grupos pro Al-Qaeda en Siria- por lo que los preparativos para Al-Qalamoun despiertan ansiedad en Líbano y Siria.

Funcionarios de Hezbollah han informado en los medios de comunicación libaneses que una ofensiva en Al-Qalamoun es parte de un esfuerzo para preparar sus propios seguidores, pero muchos de ellos en el sur de Líbano han comenzado a expresar sus dudas acerca de la conveniencia de involucrarse en esta batalla. En las zonas chiitas del valle de Bekaa, el respaldo a la participación de Hezbollah en Siria sigue siendo alta, en parte debido a los lazos familiares entre los chiitas en ambos lados de la frontera.

Hay batallas diarias en Qalamoun, y cada ciudad tiene la entrada custodiada por el Ejército sirio, que impide que los fugitivos y los militantes operen en estas áreas y sólo los civiles pueden entrar o salir a través de los puntos de control. Este podría ser un momento en que Damasco tranquilizó los movimientos en el campo de batalla, desde que el ejército sirio comenzó su contraataque en noviembre de 2012; el plan para establecer una zona de seguridad alrededor de Damasco, asegurando el Este y el Oeste de Ghouta está avanzando y también en Homs, donde el Ejército controla el 80% de la ciudad.

Ciertamente, se ha especulado en las últimas semanas acerca del inminente lanzamiento de la campaña en la frontera, pero fuentes cercanas a Hezbollah dicen que ha habido “mucha charla últimamente” dentro de las filas del partido de los preparativos para el próximo ataque a Qalamoun. Los combatientes rebeldes, tanto libaneses como sirios, en Arsal y en el Norte de la Bekaa creen que el ataque está a la vuelta de la esquina han estado haciendo los preparativos. Pero fuentes diplomáticas sostienen que no hay indicios que los grupos rebeldes -principalmente Jabhat Al-Nusra- estén tratando de reforzar el vínculo entre Qalamoun y las zonas rebeldes en Douma y Ghouta, empujando al Sur del eje de Sednaya-Rankous; en realidad el ejército sirio está "encajonado" en Sednaya bajo ataques de tipo guerrilla de los rebeldes.

Presuntamente, el régimen sirio está acumulando sus fuerzas en la zona, la oposición informó que Hezbollah ha desplegado unos 15.000 combatientes, y la Brigada Abu Al-Fadl -estrecho aliado de Hezbollah- dijo que tomará parte en la batalla como respuesta a un reciente ataque en el distrito chiita de Sayyida Zeinab en Beirut. La brigada de Abbas constituye principalmente combatientes chiitas iraquíes. Todo parece ser un montaje propagandístico. 

Pero lo que se vislumbra es que una operación de tal magnitud no es viable. La región es una zona montañosa que corre de Sur a Norte -de Damasco a Homs- a lo largo de la frontera con Líbano y tiene una red de pueblos que no hacen posible un único punto de ataque, como en Qusayr; además el Ejército sirio no puede ejecutar operaciones a gran escala, con el agravante del invierno y la movilidad en las montañas.

Por otra parte, Hezbollah no tiene intención de participar en las operaciones en Al-Qalamoun, a menos que sea necesario para proteger a los chiitas en el valle de Bekaa, en el lado libanes de la cadena montañosa. Si bien el régimen sirio y sus aliados iraquíes no niegan las operaciones en el Oeste del país, sostienen que son para mantener las líneas de comunicación abiertas entre Damasco y las zonas alawitas en el Noroeste. Niegan que una gran batalla se esté perfilando y afirman que el gobierno ha sobrevivido más allá del punto de peligro por lo que es innecesario perder hombres y recursos en una gran batalla en las montañas.





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