jueves, 14 de noviembre de 2013

Hezbollah se queda en Siria



El líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, habló en la ceremonia musulmana chiita de Ashura en su bastión en el sur de Beirut, y dijo que "Nuestros combatientes, nuestra muyahidines, están presentes en el territorio sirio para apoyar a Líbano y a las causas palestinas, para hacerle frente a todos los peligros de la agresión internacional, regional y Takfiris sobre este país y en esta región.” Nasrallah hizo estas declaraciones en persona, protegido por guardaespaldas y otras medidas de seguridad -incluida la prohibición de vehículos en la zona en la que hablaba- y es su segunda aparición pública en dos días y la tercera este año.

Según el líder de Hezbollah, la incapacidad de Occidente para llegar a un acuerdo con Irán sobre su programa nuclear podría llevar a una guerra regional, y advirtió "A todos los pueblos árabes en los países del Golfo de Arabia Saudita, Kuwait, Qatar, Bahrein, Emiratos Árabes Unidos y Omán ¿Cuál es la alternativa a un acuerdo entre Irán y los líderes del mundo? Es la guerra regional (…) Desafortunadamente, algunos países árabes apoyan a Israel en sus decisiones fatales, por lo que al igual que rechazan una solución política en Siria, se oponen a un acuerdo con Irán. Arabia Saudita está equivocada si piensa que el resultado de las conversaciones entre Irán y Occidente dará lugar a un acuerdo con Hezbollah ¿Realmente creen que Irán, en las negociaciones internacionales, abandonaría la resistencia y entregaría el país al otro lado? Esto está en sus sueños solamente y nunca sucederá."

Nasrallah dijo que “el régimen de Tel Aviv es feliz con las divisiones en el mundo musulmán y los conflictos en curso en algunos Estados regionales” señalando que es parte de un complot para tener una región dividida e imponer su hegemonía. A principios de junio, el líder supremo de la Revolución Islámica, ayatolá Seyed Ali Jamenei, instó a las naciones musulmanas a estar alerta contra "Las potencias hegemónicas que tienen la intención de sembrar la discordia entre los musulmanes con el fin de distraerlos de sus principales problemas y hacer los progresos necesarios."

Según Nasrallah, el Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, "Está enojado y está intentando todo lo posible para evitar que un acuerdo se lleve a cabo e incluso pidió la ayuda de sus socios árabes", en referencia a las repetidas advertencias de Netanyahu en contra de un "muy mal acuerdo con Irán”. También condenó Arabia Saudita y a los otros Estados del Golfo que, según su opinión, empujan para detener el inminente acuerdo con Irán, acusándolos de formar equipo con Israel para este fin y que "Desafortunadamente, Netanyahu se ha convertido en un portavoz de algunos Estados árabes”.

Nasrallah descartó una retirada de los combatientes de Siria, desechando así la condición planteada por la Coalición 14 de Marzo para establecer la formación del gabinete, y se comprometió a seguir apostando por el presidente sirio Bashar Al-Assad durante el tiempo que sea necesario. La Coalición de Hariri insiste en una retirada de Hezbollah de Siria y que el grupo respete la Declaración de Baabda que exige distanciarse de las repercusiones de las crisis regionales, en particular en Siria; ayer, Nasrallah acusó a Arabia Saudita –aliada de Hariri-, de obstruir la formación de un nuevo gabinete en espera del resultado de la guerra de Siria y las conversaciones entre Irán y las potencias mundiales.

El ex PM Saad Hariri lanzó un mordaz ataque contra Nasrallah, a quien acusó de sacrificar a Líbano por los intereses del presidente Al-Assad e Irán. Hariri, cuyos comentarios se produjeron poco después que Nasrallah pronunció su discurso en el que se comprometió a mantener a sus combatientes en Siria, también se mantuvo firme en la condición de su partido de no participar en cualquier gobierno futuro hasta no Hezbollah concluya su participación militar en Siria. Hariri sostuvo su negativa a darle cobertura política a Hezbollah por su presencia en Siria, al unirse al próximo gobierno y dijo que era vergonzoso que la conmemoración de Ashura se había convertido en una ocasión "para regodearse sobre apoyo a un régimen injusto contra el pueblo oprimido."

En tal sentido, fuentes libanesas dijeron que el Ejército sirio ha enviado infantería y unidades blindadas a la frontera cerca del valle de la Bekaa y que las unidades sirias se estaban preparando para operaciones contra los combatientes sunitas en Líbano. Una fuente del Ejército sirio precisó que “el gobierno ha decidido eliminar el terrorismo, que se deriva de los países vecinos”; pero otras fuentes apuntan que Damasco estaba alarmado por la búsqueda de los políticos libaneses pro-Al-Assad como Ali Eid, vinculado a los ataques contra las mezquitas en Tripoli. Eid ha sido el líder del Partido Democrático Árabe y está acusado de ocultar a un sospechoso de los atentados, es interesante destacar que la casa de Eid, en Akar, se encuentra a 25 metros de la frontera siria.

Además de provocar combates entre chiitas y sunitas en Líbano, el conflicto ha elevado las tensiones sectarias, ya que la violencia se ha extendido la frontera y ha llevado al país a un estancamiento político. El Primer Ministro, Najib Mikati, renunció en marzo pero su sucesor designado, Tammam Salam, no ha podido llegar a un consenso sobre la formación de un nuevo gobierno. Nasrallah dijo que cualquier intento, por parte de los opositores políticos sunitas, para vincular un acuerdo de un nuevo gabinete con las demandas de su retirada de Siria sería inútil; Hezbollah tenía dos ministros en el gobierno de Mikati y cuenta con una mayoría derivada de su Coalición 8 de Marzo.






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