martes, 2 de julio de 2013

Sunitas critican al Ejército de Líbano


El presidente del parlamento libanés, Nabih Berri, pospuso hoy una sesión del Parlamento hasta mediados de julio, ya que la disputa sobre la constitucionalidad de la convocatoria de una sesión legislativa con un gobierno dimitido continuaba; la decisión de posponer la sesión legislativa, que había sido debido convocada para discutir algunos proyectos de los 45 proyectos de ley, se produjo después que los funcionarios y partidos políticos de ambos lados boicotearon la sesión. Las nuevas fechas para las sesiones legislativas son del 16 julio al 18 julio.

Sólo Hezbollah, diputados del Bloque Lucha Nacional y Amal asistieron a la sesión, el resto la boicoteó, incluyendo a los parlamentarios de Michel Aoun; el ex general cristiano no quería asistir porque se opone a la ampliación del cargo de jefe del Ejército, Gral. Jean Kahwaji, que es el único tema urgente en la agenda, mientras que todos los otros bloques boicotearon la sesión, ya que sólo querían discutir la ampliación de plazo de Kahwaji. Aoun propuso ayer nombrar a su yerno, el Gral. Chamel Rukoz que actualmente es el jefe del Regimiento de Comandos libaneses (Maghaweer), como nuevo jefe del Ejército.

Berri rechazó las acusaciones que vinculan a la suspensión de las sesiones del parlamento a los problemas entre los sunitas y chiitas en el país. Berri hizo hincapié en que representa a la comunidad chiita libanesa, en sistema de gobierno confesional nacional, y que todas sus decisiones se ajustan a los intereses nacionales ya que el "El parlamento es propiedad de los libaneses y no exclusivos de los chiitas". Los críticos han pedido al gobierno que mantenga las elecciones -previstas inicialmente para junio- para que la gente pueda elegir a un nuevo cuerpo legislativo, sin embargo Berri defendió la extensión dada la renuncia del primer ministro Najib Mikati a finales de marzo, diciendo que el Parlamento tenía que seguir la legislación para restaurar la confianza del pueblo en el parlamento.

El diputado de Hezbollah, Mohammad Raad, señaló que es probable que Líbano entre un vacío de seguridad una vez que el mandato del Jefe del Ejército, Gral. Jean Kahwagi, termine y continúen los boicots en el Parlamento para extender su mandato; Raad advirtió que a menos que los políticos se esforzaron por preservar el ejército libanés, pero remarcó que un gobierno que renunció no puede nombrar a un comandante del ejército.

El Subsecretario de Estado, William Burns, denunció la participación de Hezbollah en la guerra civil siria y acusó al grupo chiita de poner los intereses de Irán y Siria por encima de los del pueblo libanés; además Burns criticó la decisión del gobierno libanés de aplazar las elecciones parlamentarias, argumentando que socava la fe del pueblo en su gobierno y sacude la confianza de la comunidad internacional en las instituciones del país.

Burns le aseguró al presidente libanés, Michel Sleiman, que Washington acelerará la asistencia al Ejército libanés, que “juega un papel clave en el mantenimiento de la paz y la estabilidad interna”. Se conoció que Burns transmitió a Sleiman un mensaje de apoyo del presidente Barack Obama y del Secretario de Estado, John Kerry, por sus esfuerzos para preservar la estabilidad y la política de disociación de Beirut hacia el conflicto en Siria.

Clérigos sunitas denunciaron ayer la detención y el presunto maltrato de detenidos sunitas después de la batalla a muerte entre las tropas y los partidarios del Sheikh Ahmed al-Asir en el sur de Líbano; el director Beirut de Human Right Watch, Nadim Houry, dijo que debe haber una investigación independiente de las denuncias sobre los abusos que presuntamente está cometiendo el ejército contra las personas sospechosas de estar vinculadas a los enfrentamientos.

El Sheikh Salem Rafei señaló que "El régimen iraní tiene como objetivo hacernos caer en un enfrentamiento con el Ejército y algunos de los soldados, a petición de Irán, luchan contra los jóvenes sunitas"; después de una reunión entre Rafei y jeques salafistas en Dar de Trípoli al-Fatwa -en el norte de la país- acusó al Ejército de "tomar medidas enérgicas contra los manifestantes pacíficos en Trípoli para dar la impresión que ciudad es insegura."

La situación de conflicto en Siria ha generado una mayor tensión sectaria en Líbano, especialmente luego de la participación de Hezbollah junto a las fuerzas de Bashar Al-Assad, y ahora la fragmentación ya no es retórica sino que es armada. El Ejército libanés era el árbitro que contenía a las sectas, pero la dependencia del poder de fuego y capacidad de Hezbollah lo ha puesto en tela de juicio por los sunitas y comienza a cuestionarse su legitimidad.


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