Fuerzas de seguridad libanesas interceptaron tres contenedores de armas destinadas a las fuerzas rebeldes sirias a bordo de un barco procedente de Libia, el sábado; el cargamento contenía ametralladoras pesadas, proyectiles de artillería, cohetes, lanzadores de cohetes y varios de ellos identificados como procedentes de Libia. Los 11 miembros de la tripulación fueron detenidos en espera de investigación por un juez militar.
Un segundo funcionario dijo que la nave con bandera de Sierra Leona, el “Lutfallah II”, había obtenido previamente un permiso para entrar en el puerto de Trípoli antes de ser interceptados en la noche del jueves y el buque fue remolcado a Selaata, un pequeño puerto a unos 50 kilómetros al norte de Beirut. Informes de prensa dijeron que el barco había hecho escala en el puerto egipcio de Alejandría en el camino de Libia.
Un funcionario de seguridad dijo que el Lutfallah II se dirigía con pertrechos para el Ejército Libre Sirio (ELS) pero se desconoce si esto es verdad o solo son suposiciones de los funcionarios libaneses.
Hoy el Fiscal Militar, Saqr Saqr, ordenó que la tripulación de 11 miembros permanezcan detenidos para ser interrogado, el comunicado del Fiscal agregó que los 11 detenidos miembros de la tripulación eran de diferentes nacionalidades árabes y extranjeros. Al-Manar TV, la red de Hezbollah, informó el domingo que la tripulación se componía de ocho sirios, egipcios y dos indios.
El presidente Michel Sleiman, elogió al ejército por apoderarse de la nave, diciendo que la medida forma parte de la preservación de la paz civil y de una traducción a la acción de la decisión del Estado libanés para impedir que el país se convierta en un espacio de conflicto para los demás o un conducto para la liquidación de cuentas. El líder del Movimiento Amal, Nabih Berri, felicitó al ejército libanés por interceptar e incautar el barco y dio “las gracias al ejército por llevar a cabo sus funciones y hacemos hincapié en que estamos a su lado".
El propietario de la nave es el sirio Mohammad Khafaja y su agente marítimo en Líbano es Ahmad Bernard. Milos Struger, Director de Asuntos Políticos y Civiles de la Fuerza Interina de la ONU en Líbano, dijo que la Fuerza se había ocupado de la nave en consonancia con su mandato establecido en la Resolución 1701 y señaló que son inexactos los informes de los medios de comunicación sobre el papel de la fuerza marítima de la UNIFIL.
Las autoridades sirias han quejado con frecuencia de las armas que se introducen de contrabando desde Líbano al país. El sábado, los rebeldes en botes inflables mataron a varios funcionarios de seguridad en un ataque contra una unidad militar siria en la costa del Mediterráneo, informó la prensa estatal siria; la violencia se cree que ahora se está trasladando al mar ya que además la agencia de noticias SANA dijo que las fuerzas de seguridad repelieron un "un intento de infiltración" por un "grupo terrorista" en la provincia de Latakia.
A principios de esta semana, el Secretario General de ONU, Ban Ki-moon, instó nuevamente al gobierno de Damasco para cumplir con sus compromisos, pero el diario oficialista Tishrin lo acusó de "alentar" el terrorismo en el país ya que "Ban evita hablar de los abusos cometidos por grupos armados, y centra su culpa en Siria, como de costumbre. Él anima a estos grupos para seguir cometiendo más crímenes y actos terroristas”.
Dos cosas son ciertas al respecto. La primera es que los rebeldes dicen que el precio de los rifles y municiones de contrabando desde Líbano e Irak se ha incrementado notablemente: un fusil AK-47 puede costar hasta u$s 2.000 y las balas más de u$s 4 cada una; en EE.UU. la misma arma ronda los u$s 400 y las balas 30 centavos la unidad. Estos costos, sumado al bloqueo de las fronteras por parte del ejército sirio ha forzado a los rebeldes a utilizar cada vez más las tácticas de bombas de fabricación casera, en un intento por equilibrar la asimetría frente a las fuerzas sirias.
La segunda es que la última serie de ataques de hoy, ha puesto en el foco en los temores que dominan a los funcionarios occidentales sobre la posibilidad que el levantamiento contra Al-Assad se vuelva un campo de entrenamiento para los grupos extremistas islámicos. Sin lugar a dudas, una evolución de este tipo podría complicar mucho a las Fuerzas de ONU en su rol de verificación del cese al fuego. Atentados similares en Damasco y Alepo, han sido reivindicados en el pasado por un grupo yihadista que se hace llamar Al-Jabhat Nusra; Líbano tiene dos componentes vitales en este proceso: elementos radicales sunitas y el personal con capacidad para instruir a otros en la elaboración de explosivos caseros.
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