El libanés Abdel Ghani Jawhar, uno de los líderes más buscados del grupo terrorista sunita Fatah Al-Islam, murió en la ciudad siria de Qsair la noche del viernes; el jeque Osama Al-Shihabi, el clérigo fundador de Fatah Al-Islam, confirmó la muerte de Jawhar citando una cita del Corán: "Estamos a favor de Dios y a él volvemos" y agregó que “Nosotros, como muyahidines están acostumbrados a ser asesinado y, si Dios quiere para dar dignidad a los muertos les da el martirio. Este es el camino de la rectitud."
Según Abu Ali, Jawhar llegó dos semanas atrás con un grupo de 30 combatientes libaneses y aunque muchos eran miembros de Fatah Al-Islam, no viajaban en nombre del grupo sino que lo hacían como “guerreros santos muyahidines” que tratan de ayudar a sus correligionarios musulmanes atacados por el régimen sirio. Jawhar, un experto en explosivos y un comandante carismático, trató de entrenar a los combatientes compañeros de cómo fabricar bombas. En el poco tiempo que había estado en Qsair, dice Abu Ali, fue capaz de crear docenas de artefactos explosivos improvisados, contra los miembros de las fuerzas de seguridad sirias.
Este hecho es un verdadero problema para los rebeldes sirios que buscan asistencia internacional en su lucha contra el régimen del presidente sirio, Bashar Al-Assad. El Ejército Libre Sirio (ELS), así como otros grupos de la resistencia de Siria, han desestimado las acusaciones del gobierno sirio sobre la asistencia que elemento asociados a grupos fundamentalistas islámicos como Al Qaeda le estaban dando a los rebeldes sirios. Fatah Al-Islam ha negado su relación con Al Qaeda, pero existen vínculos entre el grupo y sus miembros, por lo que los temores de países occidentales sobre la posibilidad que el conflicto en Siria comience a radicalizarse es cada vez más real.
El paso de Jawhar por el control libanés ha sido confirmado por las autoridades de la Inteligencia libanesa que dicen que habían sido alertados de sus movimientos, pero no pudieron detenerlo; fuentes de seguridad libanesas indicaron que Jawhar había recibido el apodo de "mercurio" por su asombrosa habilidad para evadir el arresto, por lo menos 34 veces, según estimaciones de los funcionarios.
Jawhar se unió a la Hermandad Musulmana, pero dejó el grupo debido a disputas doctrinales ya que, según su visión, la Hermandad no era lo suficientemente estricta en su interpretación de la sharia, o ley islámica; luego se unió, y se fue, de los salafistas por las mismas razones y finalmente se convirtió en un miembro de Fatah Al-Islam en el año 2008. Allí fue ascendido a líder después de su predecesor fue asesinado en 2010 por las fuerzas de seguridad libanesas. De acuerdo con el funcionario de Inteligencia libanesa, llegó a inducir a los soldados libaneses a su causa y se sabe que sus esfuerzos armados se extendieron por Líbano, Siria e Irak, donde se cree que es responsable de varias de las devastadoras explosiones que mataron a tropas de la Coalición internacionales.
En 2007, Fatah Al-Islam se enfrentó en duros combates contra el ejército libanés en el campamento de Nahr Al-Bared –al norte de Líbano- por más de tres meses y que dejó un saldo de 400 muertos incluyendo a 168 soldados; en agosto de 2007, Departamento de Estado de EE.UU. designó a Fatah Al-Islam, como un grupo "terrorista".
Abdel Ghani Jawhar es responsable por los dos atentados con bombas en Trípoli, el 13 de agosto y el 29 de septiembre, luego por confesiones de los sospechosos se supo que Jawhar estaba adquiriendo material explosivo desde el campamento de refugiados de Ain al-Hilweh, a petición de Abed al-Rahman Awad y su asistente, Ousama Al-Chahabi. Jawhar utilizaba para preparar los explosivos un laboratorio, ya que tiene una licenciatura en química; también se informó que los miembros detenidos hacían eso “para agradar a Dios, porque el ejército y el Estado son kufar” (una herejía o blasfemia).
Ziad Aswad, parlamentario del bloque Cambio y Reforma, se preguntó "¿Cómo un hombre buscado por el Estado libanés llegar a la frontera con Siria? ¿Y quién lo mató?", agregó que el tema era" sospechoso ya que parecía que había algún intento por cerrar el archivo de Jawhar y dicen que lo mataron.
La duda de Aswad se debe a que Jawhar estaba sospechado de haber participado en los atentados del año pasado contra las tropas de la UNIFIL, en ese entonces el foco de las investigaciones en curso, así como el interés de las agencias de Inteligencia de las naciones que contribuyen con tropas, estaba centrado en los militantes yihadistas sunitas que viven en el interior de Ain al-Hilweh.
Según Abu Ali, la bomba que estaba fabricando Jawhar en un pueblo cerca de Homs fue la causa de su muerte al explotar prematuramente y aunque intentaron enviar su cuerpo de regreso a Líbano, no se pudieron hacerlo debido a lo destruido que estaba el mismo; por ello que se vieron obligados a enterrarlo en un jardín vecino ya que era imposible llegar al cementerio durante los intensos combates.
En una señal de las repercusiones del conflicto, los medios de comunicación tunecinos identificaron a seis tunecinos que murieron luchando junto a los rebeldes, contra el presidente Al-Assad en Siria; tres de los muertos provenían de Ben Guerdane –al sur en la frontera con Libia- y, según el diario independiente tunecino “Assabah”, los combatientes habían entrado a Siria desde la frontera con Turquía y murieron en las provincias de Homs e Idlib. Otro caso similar fue la muerte de al menos tres combatientes provenientes de la ciudad libia de Misurata, que a principios de este año cayeron junto a los rebeldes sirios.
El creciente número de denuncias de muertes en combate extranjeros sugieren que una indignación dentro del mundo árabe por la violencia del régimen sirio contra los manifestantes y la falta de una acción internacional que detenga dichas acciones. Preocupa que jóvenes árabes, especialmente de los países en cayeron las dictaduras el año pasado, comiencen a unirse en la lucha contra el régimen de Al-Assad y que ésta comience a verse del mismo modo la invasión de EE.UU. de Irak o la soviética de Afganistán.
Líbano comenzará a convertirse en una plataforma de lanzamiento para estos grupos fundamentalistas sunitas que exportarán su sentido de yihad a Siria para luchar contra el régimen de Al-Assad que reprime a sus pares sunitas; por otra parte el avance de los sauditas en Líbano, propiciado por los hechos en Siria, ha provocado un resurgimiento de los elementos extremistas sunitas. Esto no solamente despierta el nerviosismo del gobierno de Mikati sino también de Hezbollah, quien ahora tiene un nuevo adversario.
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