martes, 17 de abril de 2012

Wikileaks y Hezbollah: la entrevista menos pensada


Julian Assange, el fundador de Wikileaks, marcó el lanzamiento de su carrera como conductor con el estreno de su programa "El Mundo de Mañana" y tuvo como invitado al líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah; Assange, cuyo programa se realiza por RT, una red de noticias y sitio Web respaldado por el Kremlin, se jactó de realizar la primera entrevista de Nasrallah para Occidente desde 2006.
El segmento de media hora salió al aire por un enlace de vídeo: Assange está bajo arresto domiciliario en Gran Bretaña y Nasrallah, habló desde un lugar secreto en Líbano ya que es blanco muy buscado por los israelíes. Las preguntas trataron acerca de Israel, Líbano, Siria, la teología y el cifrado. Nasrallah, quien rara vez da entrevistas, en gran parte se mantuvo pegado a posiciones bien establecidas, pero puso de manifiesto que Hezbollah había estado en contacto con los opositores del presidente sirio, Bashar Al-Assad, para negociar una salida a la crisis.

Nasrallah dijo que el régimen de Al-Assad "sirvió muy bien a la causa palestina" y por esta razón por Hezbollah apoyó la Primavera Árabe en Túnez, Yemen, Egipto y otros lugares, pero cuando llegó a Siria, instó a la oposición a participar en el diálogo con el presidente Al-Assad.

Nasrallah señaló que "Esta es la primera vez que lo digo, se estableció contacto con la oposición para fomentar y facilitar el proceso de diálogo con el régimen. Pero rechazaron el diálogo. Desde el principio hemos tenido un régimen que está dispuesto a someterse a las reformas y se preparó para el diálogo; del otro lado hay una oposición que no está preparada para el diálogo y no está dispuesta a aceptar las reformas. Todo lo que se quieren es derrocar al régimen. Este es un problema."

El Secretario General de Hezbollah dijo también que la oposición estaba recibiendo armas y la financiación de países extranjeros, incluidos los Estados árabes, y dijo que en un reciente video del jefe de Al-Qaeda, Ayman Al-Zawahiri, se indicaba que el grupo estaba operando en Siria. Al preguntarle por qué Hezbollah había apoyado una serie de levantamientos en el mundo árabe, pero no al sirio, Nasrallah dijo que pese a la política de Hezbollah de la no injerencia en los asuntos árabes en la medida de la evolución de varios países, significó que "ninguna de las partes no pueden simplemente adoptar una posición sobre ellos."

El líder de Hezbollah reiteró su posición que el diálogo y que las reformas son necesarios para resolver la crisis de 13 meses en Siria, advirtiendo que la alternativa a esto podría llevar a Líbano hacia una guerra civil, que es “exactamente lo que América e Israel quieren”. En cuanto a si Hezbollah jugaría un papel de mediador entre el gobierno sirio y la oposición, si se le pide, Nasrallah dijo que "Cuando decimos que apoyamos una solución política, sin duda, vamos a estar dispuestos a hacer ningún esfuerzo o contribución para lograr una solución política."

Aunque Nasrallah no se refirió a nada nuevo, más allá de los contactos con los opositores sirios –que no se precisaron los nombres de los referentes de la oposición-, el resto de la entrevista con Assange no aportó ninguna otra noticia relevante. Lo curioso es que dicha entrevista se haya producido, debido a la reticencia del líder chiita de aparecer en televisión.

El momento en que se difunde la entrevista no es casual, ya que el plan de paz de Annan se está imponiendo en el terreno y los líderes de los Estados del Golfo no desean que pase la oportunidad de derrocar al régimen de Al-Assad, cercano a Irán y aliado de Hezbollah. Los intentos de la resistencia islámica por despegarse de la imagen de represión de Siria, ahora se asocian con las reformas políticas impulsadas por Al-Assad pero “boicoteadas” por los rebeldes que son instruidos por los sauditas.

El resultado de la entrevista fue un triunfo para todos: Assange se aseguró un invitado de peso que nadie podría entrevistar fácilmente; Nasrallah pudo transmitir un mensaje directo sin preguntas incomodas que cuestionen la imagen de Hezbollah y el régimen sirio pudo mostrar a los rebeldes como los verdaderos “saboteadores” del plan de paz de Annan que también es apoyado por Rusia.



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