martes, 22 de marzo de 2011

Líbano necesita de un gabinete

Najib Mikati señaló que los acontecimientos que se mueven rápidamente en la región deben servir como un incentivo para acelerar la formación de un nuevo gabinete. Mikati realizó una serie de contactos el lunes con los enviados de los tres principales partidos que se unirán el gobierno - el Movimiento Patriótico Libre (MPL) dirigido por el diputado Michel Aoun, Hezbollah y Amal, liderado por el presidente del Parlamento Nabih Berri.

Como parte de sus reuniones y los contactos sin previo aviso, Mikati se reunió con el ex ministro Naji Bustani, cercano al presidente Michel Sleiman, y que ha sido propuesto como candidato para la cartera clave del Ministerio del Interior. Dentro de la intensificación de contactos, Mikati se reunió con Aoun y el líder del Partido Socialista Progresista (PSP), Walid Jumblatt, en un encuentro poco común para facilitar la formación del gobierno.

En la reunión también se debatió la ampliación de la cooperación entre el MPL y el PSP, sobre todo en las montañas, que podrían sentar las bases para la cooperación política y, probablemente, las futuras elecciones. Jumblatt se reunió con Berri domingo como parte de los esfuerzos para romper el estancamiento del gabinete de dos meses, luego del colapso del gobierno del Primer Ministro Hariri.

El problema principal que afronta Mikati es que Aoun posee el segundo mayor bloque parlamentario después de bloque del Futuro de Hariri e insiste en una mayor parte de la participación para los cristianos en el gobierno y la mayor disputa gira en torno al presidente Sleiman por la cartera del Ministerio del Interior.

Esta semana parece ser crucial para el proceso de formación del Gabinete
, como se ha demostrado por los últimos dos días, ya que ambas coaliciones de oposición comienzan a prepararse para la siguiente etapa. La mayoría se encuentra en un apuro para formar el Gabinete para evitar que se debilite aún más, mientras que la falta de consenso sirve para confirma la teoría de que el objetivo de derrocar al ex gabinete fue concebido como un golpe de estado para eliminar el Primer Ministro encargado, Saad Hariri, de la ecuación política y no como una alternativa política superadora.

La oposición de Hariri se está preparando para lanzar un movimiento democrático pacífico en contra de las armas de Hezbollah y por el curso en el Tribunal Especial para Líbano, que está investigando el asesinato en 2005 del ex primer ministro Rafik Hariri.

Si bien Mikati y el presidente Michel Sleiman insisten en aferrarse a la derecha de la formación, según lo dispuesto por el inciso cuarto del artículo 53 de la Constitución, que estipula que el decreto de la formación del Gabinete se firma el acuerdo entre el presidente y el primer ministro, la fragmentación de los cristianos está abriendo otro frente de oposición al de Hariri y podría marcar una línea peligrosa para la estabilidad libanesa. El Presidente Sleiman está tratando de crear su propio nicho, lo que le permitiría asumir un papel más importante dentro de los cristianos en lugar de diferir de las posiciones del ex presidente Amine Gemayel, o las Fuerzas Libanesas de Samir Geagea o Michel Aoun líder del Movimiento Patriótico Libre.

A la falta de consenso interno entre las diferentes fuerzas políticas libanesas se le suma la creciente preocupación por la inestabilidad en Siria. Aunque por el momento son manifestaciones mínimas y localizadas, la posibilidad de que el régimen sirio caiga y su espacio sea ocupado por Irán vía Hezbollah llevando a los chiitas al poder parece ser solo una preocupación del sunita Mikati. Los sectores cristianos con Aoun a la cabeza siguen luchando por un espacio de poder que no les es propio sino a través del apoyo de los chiitas y que les será reclamado si éstos logran una mayor influencia dentro de Líbano.

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