lunes, 12 de septiembre de 2011

Ministro de Defensa de Líbano se reunió con el presidente de Siria



El presidente sirio, Bashar Al-Assad, se reunió con el ministro libanés de Defensa, Fayez Ghosn, donde se trataron temas de coordinación entre los ejércitos sirios y libanés; Al-Assad expresó su aprecio por los esfuerzos bilaterales para vigilar las fronteras entre ambos países que ayudaron a desbaratar el contrabando de armas que tenían como objetivo la estabilidad y la seguridad de los dos países.

Informes de los medios de comunicación surgidos en los últimos meses, hablaban de contrabando de armas desde el Líbano a Siria, lo que implica que elementos en Líbano han estado apoyando el levantamiento sirio desde la frontera; el 13 de abril, Jamal Jarrah parlamentario del Movimiento Futuro, fue acusado por Siria de financiar y suministrar armas para los manifestantes; Jarrah ha negado la acusación.

El patriarca maronita Beshara Rai devolvió las críticas a su controvertida defensa de las armas de Siria y Hezbollah, que atrajo duras respuestas de la opositora 14 de Marzo los partidos, pero que fueron bien recibidos por parte de Hezbollah y sus aliados de la Coalición 8 de Marzo. Rai también fue criticado por decir que se le debe dar la oportunidad a Al-Assad de llevar a cabo las reformas políticas y por alertar que el aumento de la Hermandad Musulmana en Siria es una amenaza para los cristianos.

Michael Williams, Coordinador Especial de la ONU para el Líbano, dijo que espera que el gobierno del Primer Ministro Mikati cumpla con sus obligaciones hacia el Tribunal Especial para el Líbano (TEL) y advirtió que varios países europeos retirarán sus tropas de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano en el caso de futuros ataques e informó a Líbano a prepararse para la inminente "tormenta" que los disturbios en Siria podrían provocar al tiempo que añadió que el presidente sirio no era capaz de una reforma significativa.

Al referirse sobre los acontecimientos en Siria, Williams dijo que hay resultados que pueden o no puede suceder: "¿Qué pasa si los sunitas se vuelven contra los alawitas o en contra de los cristianos? ¿Que podría tener consecuencias en el Líbano?". Williams también señaló que la economía y el flujo de refugiados sirios serán otros retos importantes para Líbano ya que la infraestructura se verá afectada por una oleada de refugiados sirios.

El hecho que la familia Al-Assad haya estado en el poder por más de 40 años en el poder llevó a los países vecinos a ver a Siria como propiedad de Al-Assad; pero luego de las manifestaciones sociales esta percepción está cambiando e inclusive algunos Estados aliados como Irán, están empezando a pensar en Siria después de Al-Assad, pero la excepción a ello es Líbano.

Las posiciones políticas dentro del país se mantienen en absoluta reserva, ya que muchos temen que si el régimen sirio no cae se podría frenar el efecto dominó y sería una pesadilla -si Al-Assad logra mantener el poder- para los sectores pro-occidentales, los presidentes árabes y el Rey saudita. La preocupación de los líderes de la gobernante Coalición 08 de Marzo radica en que la caída del régimen sirio diluirá la meta de controlar Líbano y sus instituciones políticas; Hezbollah y sus aliados perderían al único aliado árabe, pero sin lugar a dudas la mayor afectada sería la resistencia islámica ya que perdería sus rutas de aprovisionamiento de Irán.

Obviamente que Hezbollah no es sirio-dependiente y difícilmente desaparezca de Líbano si Al-Assad es depuesto; su arsenal contribuye de manera notoria para mantener el status quo dentro del país y su mayor dependencia es hacia Irán, pero sin duda se complicará su cadena logística y la posibilidad de expandirse.

De igual manera, la caída de Al-Assad no significaría automáticamente una victoria de la Coalición 14 de Marzo. La mayoría de sus líderes ven al levantamiento en Siria como un evento de un país lejano y algunos lo consideran como un asunto de sunitas, ello explicaría la posición cautelosa de los líderes cristianos que señalan a la permanencia de Al-Assad como necesaria para mantener la seguridad y preservación de las minorías cristianas y otras en Siria y Líbano. Un reflejo de ello es la posición ambivalente de Walid Jumblatt -líder de los drusos en Líbano- que oscila entre el miedo de Hezbollah y el deseo de ver caer a Al-Assad.

Por ello, cuando se le consultó a Signora si la crisis en Siria se "internacionalizó" o "arabizó" después que el Secretario de la Liga Árabe se reunió con el presidente sirio el sábado a Damasco, el ex premier señaló que el Secretario general habló sobre cuestiones básicas y apeló a que el presidente Al-Assad permitiese las reformas. Signora evitó referirse a la pérdida de legitimidad del régimen sirio o a su eventual caída y en cambio mantuvo una cierta distancia al referirse a la necesidad de “respetar el principio de alternancia en el poder” como si el país vecino fuese un Estado democrático sin injerencias en Líbano.

Todos comparten la incertidumbre que supondrán los cambios para Líbano si el régimen sirio cae, debido a la influencia que Damasco tiene sobre Beirut. Muchos de los asuntos de la agenda libanesa están ligados a la suerte del régimen sirio como el Tribunal Especial, la influencia de Hezbollah, la defensa frente a Israel o la expansión chiita solo por citar algunos puntos.

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