miércoles, 30 de julio de 2014

Hamas pide ayuda a Hezbollah


El grupo sunita palestino Hamas ha pedido al grupo chiita libanés Hezbollah que abra un frente libanés contra Israel, mientras que el conflicto de Gaza continúa haciendo estragos entre los palestinos. Mousa Abu Marzouk, subjefe del buró político de Hamas, dijo que "Esperamos que el frente libanés se abra y juntos vamos a luchar contra esta formación [Israel] (…) No hay discusión que la resistencia libanesa podría significar mucho".

El líder de Hezbollah, Sayyed Hassan Nasrallah, ha prometido que su partido estará al lado de la resistencia en Gaza ya que "Hezbollah y la resistencia libanesa se ​​destacan por el combate y la resistencia del pueblo palestino en el corazón, la fuerza de voluntad, la esperanza y el destino".

Las declaraciones públicas de Irán y Hezbollah, respecto de Gaza, se han centrado casi exclusivamente en apoyo al pueblo palestino y a la resistencia en general y no específicamente a Hamas. Las especulaciones sobre una posible ruptura pasa por alto el hecho que las primeras declaraciones de Al-Assad sobre la embestida israelí fue precedida por los dichos de Nasrallah, y del líder supremo de Irán, Ali Khamenei, del presidente Hassan Rouhani. Todos ellos, sin embargo, se tomaron su tiempo antes de condenar la agresión de Israel. 

Por otra parte, la situación de Hezbollah dentro del escenario regional no es simple, y su participación en el conflicto sirio a favor del gobierno alawita siro ha despertado malestar entre los sunitas. El Sheikh Mohammed Gamil nizah, también conocido como Abu Houzaifa, es uno de un creciente grupo de clérigos salafistas revolucionarios en Líbano que propician una revuelta contra la dominación chiita. En su opinión, si los sunitas han tenido el coraje de levantarse contra la soberanía chiita-alawita de Bashar Al-Assad en Siria y de Nuri Al-Maliki en Irak, ¿Por qué no iban a seguir su ejemplo y bajar a Hezbollah? Houzaifa sostiene que "Hezbollah está secuestrando a Líbano. Sólo leales a los líderes iraníes”.

El Secretario General del FPLP-CG, Ahmad Jibril, dijo a Al-Manar TV el 17 de julio que Hamas había recibido "mucha ayuda tanto en el sentido técnico como en la transferencia de armas y equipo desde Teherán y de sus aliados en Damasco y el Líbano (…) Después de 2008, cientos de nuestros jóvenes abandonaron la Franja de Gaza para ir a Siria, Líbano e Irán, para entrenarse y aprender cómo mejorar estas armas (…)Alá sea alabado, estas armas efectivamente se han mejorado." Jibril precisó que las armas fueron introducidas de contrabando desde Siria a la bloqueada Franja de Gaza, desde los aeropuertos de Damasco a Jartum, desde Jartum a Port Sudan, y de allí a la península del Sinaí. Desde el Sinaí, fueron trasladados a través de túneles hacia la Franja de Gaza, y explicó que "Los hermanos de Hezbollah establecieron células de beduinos y así sucesivamente en el desierto de Sinaí. Usted puede transferir las armas a ellos, y se las dan en Gaza."

Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron el 16 de julio que "Desde el comienzo de la Operación Margen Protector, más de 1.260 cohetes fueron lanzados desde la Franja de Gaza hacia Israel (…) Aproximadamente 985 cohetes cayeron en territorio israelí y 225 cohetes fueron interceptados por el sistema de defensa antimisiles Cúpula de Hierro, con una tasa general de éxito del 86%." Anteriormente, en la operación "Pilar de Defensa” en 2012, su tasa más alta fue del 84%, con lo cual las declaraciones de Jibril parecen más una intención de favorecer una futura ayuda de Hezbollah, que una realidad concreta.

Hezbollah ha bajado el tono de su retórica en los últimos tiempos y prefiere empujar a la vanguardia del presidente del Parlamento, Nabih Berri, que ha adquirido una mayor importancia en la búsqueda de un nuevo presidente. En el discurso de Sayyed Hassan Nasrallah, la semana pasada en el día de Jerusalén, habló sobre Gaza, en una dirección clara de la política interna. Tampoco parece que Hezbollah tenga apuro para elegir un nuevo presidente, dadas las incertidumbres en Siria e Irak; los combates en Qalamoun muestran por donde pasa el interés del partido chiita ya que las relaciones sectarias libanesas parecen manejables por ahora, reforzadas por la indignación sunita-chiita de las operaciones israelíes contra Gaza. 

Cuando Nasrallah, como principal representante de Hezbollah, habla de Palestina lo hace desde una posición que le permite retomar su rol de figura árabe unificadora que lidera la resistencia contra el enemigo sionista, y no como el líder sectario que favorece a un déspota alawita que masacra la oposición sunita en Siria. Líbano puede sacar rédito del alejamiento de Irán -y de Arabia Saudita- de los conflictos con Israel para reducir las tensiones regionales; la pregunta es por cuánto durará esta retracción iraní, ya que sus ambiciones regionales volverán a confrontar con la oposición sunita luego que cese el fuego en Gaza.




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