martes, 1 de octubre de 2013

Beirut, entre Riad y Teherán



El jeque Naim Qassem, parlamentario de Hezbollah, dijo el lunes que su partido fue tratado injustamente en el conflicto que tuvo lugar en Baalbek durante el fin de semana y que dejó 4 muertos, entre ellos dos miembros del partido. "Hezbollah fue el partido afectado en este incidente, ya que fue asaltado en su puesto de control (…) Hezbollah ha trabajado continuamente para evitar la violencia sectaria, y siempre lo hace sin que le importe el costo, ya que requiere sacrificio y paciencia." Los enfrentamientos armados estallaron la mañana del sábado entre los combatientes de Hezbollah y los miembros de la familia Shiyyah, después de una disputa en el mercado de Al-Qalaa, una de las principales zonas comerciales de la ciudad.

Pero en Beirut, todos los ojos se centran en la postura de Riad sobre el acuerdo de armas químicas de Siria -alcanzado entre Washington y Moscú-, con el fin de medir la forma en que la siguiente fase afectará a Líbano. A pesar que la actitud de Riad no tiene un impacto directo sobre la solución aprobada en Ginebra, el país árabe sigue siendo capaz de influir en la arena siria indirectamente al interferir en varios lugares.

En primer lugar, a pesar de las ventajas y las justificaciones dadas sobre la solución, es obvio que fue una gran decepción para los Estados del Golfo que ha apostado por un ataque de EE.UU. para derrocar al régimen de Al-Assad y llevar a sus oponentes al poder en Damasco. Arabia Saudita ha perdido puntos en esta ronda y este resultado es evidente en las actitudes negativas hacia la solución expresada por las fuerzas de la oposición siria y los aliados sauditas en Beirut. En segundo lugar, Arabia Saudita va a sufrir pérdidas en el nivel regional ya que el entorno de apertura que ha comenzado entre Washington y Teherán obligadamente tendrá repercusiones negativas sobre el papel regional saudita; aunque existe una contradicción entre Arabia e Irán en casi todos los planos -político , confesional y geoestratégico en el Golfo y en el Medio Oriente- Riad trató de contener este entorno, invitando al nuevo presidente iraní, Hassan Rouhani, para realizar los rituales de Umrah en La Meca el próximo mes y celebrar reuniones con funcionarios sauditas.

Sheikh Subhi Al-Tufayli, quien dirigió Hezbollah desde 1989 hasta 1991, dijo que la decisión de intervenir en Siria había sido de la República Islámica de Irán: "Yo era Secretario General del partido y sé que la decisión es iraní, y la alternativa habría sido una confrontación con los iraníes". Tufayli, que rompió con Irán y el grupo, sostuvo que "Los libaneses de Hezbollah, y Sayyed Hassan Nasrallah más que nadie, no están convencidos de esta guerra” y que la intervención del grupo en Siria fue un error de cálculo fatal ya que "Hasta hace poco, se había pensado que la resistencia armada (contra Israel) era una prioridad y un objetivo precioso (...) Los que buscan fortalecer la resistencia no debe arrastrar a la guerra entre sunitas y chiitas (…) Ese conflicto consume a todo el mundo."

Siria presenta riesgos más amplios. Según Nasrallah, Hezbollah inicialmente trató de mantener un equilibrio entre su papel en Líbano y sus ambiciones como una vanguardia islámica de Irán en la región; la intervención en Siria ha terminado esta ambigüedad, colocando a Hezbollah en la primera línea del conflicto regional entre las potencias árabes sunitas y los chiitas de Irán. El caos amenaza con desatar los demonios sectarios desde Beirut a Bagdad. Y las represalias contra Hezbollah ya han comenzado con los incidentes en los suburbios del sur de Beirut controlados por la milicia chiita.

El presidente libanés, Michel Sleiman, se reunió en Nueva York su par iraní, Hasan Rouhani, donde discutieron las relaciones bilaterales y la situación en la región; Rouhani afirmó el apoyo de Irán a la estabilidad del Líbano y elogió los esfuerzos de Sleiman para consolidar la estabilidad en el país. Además el presidente iraní condenó los atentados en los suburbios del sur de Beirut y dijo que estaba en contra del extremismo y alentó la moderación. Rouhani dijo que estaba interesado en tener buenas relaciones con los países hermanos y renovó la postura de su país por una solución pacífica en Siria.

La visita del presidente Michel Sleiman a Arabia Saudita se ha aplazado en un desarrollo aparentemente vinculado a una reunión saudita-iraní de alto nivel el próximo mes y a su impacto positivo en la crisis libanesa, según fuentes de la Coalición 08 de Marzo. Sleiman tenía previsto visitar Riad para mantener conversaciones con el Rey Abdullah bin Abdel Aziz y otros altos funcionarios sobre la crisis política en Líbano, así como los retos de seguridad que enfrenta el país como consecuencia de las repercusiones de la guerra de 30 meses en Siria; un escueto comunicado emitido por la oficina de Sleiman dijo que la visita se aplazó hasta una fecha que se anunciará más adelante.

La visita del presidente Rouhani a Arabia Saudita, el mes próximo para realizar el hajj (peregrinación), sumada la iniciativa ruso-americana de las armas químicas sirias, ha cambiado la ecuación regional. Los Estados del Golfo están muy incómodos con la inesperada apertura entre Washington y Teherán, ya que cualquier acercamiento implicará concesiones a su rival regional; el descongelamiento se suma a la "desconfianza" entre los Estados del Golfo cuando su aliado EE.UU. no cumplió con su amenaza de emprender una acción militar punitiva contra el gobierno sirio durante un ataque químico en los suburbios de Damasco el 21 de agosto. Ahora Irán tiene la determinación de participar activamente en la conferencia de paz de Ginebra para Siria, algo impensado semanas atrás.

Desde el Golfo ven con preocupación este retroceso de sus intereses y objetivos de seguridad en el contexto regional, por lo que Líbano podría transformarse en la “última frontera” que Riad estaría dispuesto a perder a manos de Teherán.


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