El presidente Michel Sleiman consideró el bombardeo aéreo sirio del territorio libanés como una violación inaceptable de la soberanía libanesa, mientras que Damasco niega cualquier ataque de esa índole contra su vecino. Un oficial de alto rango del Ministerio de Relaciones Exteriores de Siria señaló a la agencia estatal SANA que "Los medios libaneses, árabes e internacionales circularon noticias acerca de jets de combate sirios lanzando bombas dentro de territorio libanés. El Ministerio de Relaciones Exteriores afirma que no hay absolutamente nada de cierto en esto."
Francia condenó el ataque aéreo sirio contra Líbano, al señalar que las fuerzas del presidente Bashar Al-Assad habían violado gravemente la soberanía de su vecino; el portavoz de la cancillería francesa, Philippe Lalliot, indicó en un comunicado que "El ataque aéreo llevado a cabo por las fuerzas armadas del régimen sirio en territorio libanés, en el área Arsal, constituye una nueva violación grave y de la soberanía del Líbano". Francia, que tiene tropas en Líbano como parte de una fuerza de paz de la ONU, está presionando a sus socios de la UE para levantar un embargo de armas a Siria.
Aviones israelíes lanzaron cinco bengalas a lo largo de la costa de Tiro para iluminar el cielo nocturno con fines de reconocimiento, previamente ayer el ejército libanés informó que otros cuatro aviones israelíes violaron el espacio aéreo de Líbano y sobrevolaron varias áreas. Dos de los aviones entraron al país a las 0600 hs y abandonaron el área tres horas más tarde; inmediatamente después de la salida de esos dos aviones, otros dos entraron en el espacio aéreo libanés y realizaron maniobras similares, dejando el área a las 12 pm.
El comandante del Ejército libanés, Gral. Jean Kahwagi, advirtió sobre alimentar las tensiones sectarias y describió a la situación de seguridad reciente en el país como las 24 horas más peligrosas en ocho años; varios líderes políticos advirtieron ayer que los ataques a los cuatro jeques sunitas podrían desencadenar un conflicto sectario en el país e instaron a las fuerzas de seguridad a llevar a los agresores ante la justicia. Kahwagi, expresó su sorpresa sobre el pedido de algunos sectores políticos llamando a los militares a asumir sus responsabilidades, agotando las capacidades del Ejército.
Aunque Líbano es el punto más débil de la cadena de países vecinos de Siria -Turquía, Irak y Jordania- y el ejército sirio podría atacar objetivos en Líbano con aviones y artillería, no puede ocupar territorio libanés ya que supondría una grave violación de las leyes internacionales; además pondría en aprietos a Hezbollah que se vería forzado a elegir entre Damasco o Beirut. La posición de Kahwagi, más una campaña mediática apoyada en la limitación de las operaciones militares libanesas obligaría a las potencias regionales e internacionales a actuar para encontrar una solución a la crisis en Siria o, al menos, para evitar un contagio de Líbano.
Según políticos libaneses que han visitado Washington, Líbano ya no es una prioridad de EE.UU. y Washington está tratando de llegar a un acuerdo con Moscú sobre Siria, la verdadera preocupación de los norteamericanos es Irán y cómo desarrollar las relaciones bilaterales luego de la Primavera Árabe; cada país árabe tiene ahora su propia dinámica interna, desde Túnez hasta Yemen, Egipto y Siria, dentro de esta lógica –según escucharon los libaneses en Washington- el modelo libanés ya no es necesario para influir en sus vecinos por lo que es de baja prioridad para EE.UU. Cuando los funcionarios en Washington hablan de Hezbollah, no ocultan su visión negativa hacia la resistencia chiita y -por supuesto- no quieren ver al actual gobierno de Hezbollah pero ahora esperan que la UE lo incluya en la lista de grupos terroristas y ello corte sus fondos; esto pero tomará tiempo, ya que lo último que necesitan los europeos en Líbano -que hoy se encuentran al límite por la situación en Siria- es cortar sus canales de comunicación con Hezbollah.
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