miércoles, 27 de febrero de 2013

Los cristianos y la Ley Electoral en Líbano



El presidente del Parlamento, Nabil Berri, dijo que su fórmula de una propuesta electoral híbrida fue rechazada ambas Coaliciones rivales del país y por lo tanto ya no puede ser una opción para los comicios venideros; según Berri, si no hay opciones para una propuesta electoral consensuada, la única opción sería la de volver a la propuesta ortodoxa o aplicar el artículo 22 de la Constitución, que estipula que el Parlamento de Líbano es elegido sobre una base no confesional, mientras que el Senado se establece de manera que todas las comunidades religiosas estén representadas. El mes pasado, el ex PM Saad Hariri presentó una iniciativa de cuatro puntos que incluía el establecimiento de un Senado, y Berri señaló que la propuesta de Hariri -en relación con la modificación del artículo 22 de la Constitución- tendría que esperar al 19 de marzo cuando comienzan las sesiones del Parlamento.

Sayyed Hassan Nasrallah, propuso una nueva ley electoral que promociona como óptimo para el país, al tiempo que advertía contra choques sectarios, como resultado de la retórica política durante un discurso el miércoles. Según el líder de Hezbollah, la propuesta de Líbano como un distrito único -en virtud de la representación proporcional- es una ley justa que logra la igualdad, la asimilación nacional, la unidad nacional y previene la aparición de extremistas; sin embargo, Nasrallah describió a su propuesta como una alternativa al polémico proyecto ortodoxo y también desafió a la Coalición 14 de Marzo, diciendo que si la 14-M cree que tiene la mayoría y que va a ganar sin importar entonces deben aprobar el presente ley.

El Acuerdo de Taif se llevó gran parte de los derechos de los cristianos, entonces llamada "privilegios", al eliminar los poderes presidenciales y darles, en principio, el Consejo de Ministros que se suponía incluía a todas las sectas libanesas y se dividiría en partes iguales entre musulmanes y cristianos; los grandes ganadores fueron los sunitas y luego los chiitas, mientras que los líderes cristianos debieron exiliarse o fueron encarcelados –como Aoun y Geagea- generando una debilidad que era balanceada con acercamientos a los grupos musulmanes chiitas o sunitas.

El conflicto sirio aceleró el proceso que comenzó luego del Acuerdo de Taif. A nivel regional, esta nueva situación se refleja en la determinación de Irán y sus aliados para hacerle frente a un posible conflicto entre sunitas y chiitas mediante el fortalecimiento de la alianza entre las comunidades chiitas y cristianas y, por otro lado, aprovechando la confusión en la que Arabia Saudita -patrocinador de la comunidad sunita libanesa y del Acuerdo de Taif- se encuentra debido al debate entre su hostilidad hacia el régimen sirio y el temor de una posible desestabilización en el Líbano. En el plano interno, la nueva situación no habría sido posible sin la firma del acuerdo de 2006 entre Hezbollah y Movimiento Frente Patriótico, del cristiano Gral. Michel Aoun, que logró un nuevo equilibrio político; aunque todos los cristianos se uniesen no habrían sido capaz de recuperar su protagonismo, de hecho los partidos cristianos cercanos a la 14-M -Fuerzas Libanesas y el Partido Kataeb- no tienen previsto separarse del Movimiento del Futuro, pero sus relaciones con los sunitas de Hariri se vuelven más distante porque la nueva ley electoral así lo requiere.

Este proyecto de ley ortodoxo es el resultado de prebendas que algunos partidos otorgaron para ganar algunos escaños en el parlamento debido a la sensación de pérdida derivada de la gradual caída del régimen sirio; pero es inexacto cuando se dice que Hezbollah, Amal, Fuerzas Libanesas, el Partido Kataeb y el Movimiento de Michel Aoun apoyaron este proyecto de ley mientras que el Movimiento del Futuro y el Partido Socialista Progresista, se oponen a la misma. Ciertamente Hassan Nasrallah –lider de Hezbollah- dijo que prefería otra ley mientras que los cristianos opositores Samir Geagea y Amin Gemayel se vieron obligados a apoyarla. El poder de la ley ortodoxa radica en el apoyo a la fuerza resistencia -que ya comenzó su guerra en la zona de la frontera siria de Qusayr- y que de asegurarse la mayoría parlamentaria, no recibirá cuestionamientos en su guerra contra Israel ni en su lucha en las sombras a favor del régimen sirio.

La falta de acuerdo sobre una nueva ley electoral ha generado dudas sobre la posibilidad que las elecciones se celebren a tiempo, mientras que los rivales políticos se acusan mutuamente de intentar posponer las elecciones; Hezbollah necesita de las elecciones para garantizarse la estabilidad en el frente interno y proyectar su poderío para apuntalar al régimen sirio además de la contención del avance salafista en el país vecino.


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