miércoles, 26 de marzo de 2014

El próximo presidente de Líbano



A partir del martes, el centro de atención en Líbano se desplazará a la elección presidencial, en medio de expectativas de que el período de dos meses para el proceso expire sin ningún acuerdo sobre un candidato para suceder al presidente Michel Sleiman. Parece que hay un entendimiento de que este gobierno está trabajando en dos puntos clave: en primer lugar, se esfuerza por mantener la elección presidencial en el plazo constitucional -25 de mayo- y de acuerdo con los principios de la democracia, con todos los miembros del Parlamento que asisten a las sesiones correspondientes; y en segundo lugar, está advirtiendo contra el vacío presidencial en vista de la importancia de llenar este asiento cristiano del poder con el fin de estabilizar el equilibrio político y sectario en el país. 

El presidente de EE.UU., Barack Obama, instó a Líbano a realizar elecciones según lo previsto en mayo, a pesar de las tensiones agravadas por el conflicto en Siria. En una llamada telefónica al Primer Ministro, Tammam Salam, Obama instó a que las próximas elecciones presidenciales se celebrarán a tiempo y de acuerdo con la constitución libanesa y reconoció las dificultades que enfrenta Líbano como consecuencia del conflicto en Siria y subrayó la importancia de que todas las partes cumplan la política de Líbano de disociación."

El presidente francés, François Hollande, también pidió a las autoridades libanesas la celebración de elecciones presidenciales en mayo, como estaba previsto, con independencia de la ola de violencia en el país. Hollande tenía previsto viajar a Arabia Saudita el domingo para reunirse con el rey Abdullah y discutir la necesidad de preservar la estabilidad en el Líbano, así como el conflicto sirio y el programa nuclear de Irán; el presidente francés también hizo un llamamiento a todas las partes a respetar el mandato del Tribunal Internacional que juzga el caso del asesinato del ex PM libanés Rafiq Hariri.

Sleiman se mantiene firme en su postura de dejar la presidencia, pero dice que va a seguir trabajando en la política de transmitir su experiencia al nuevo jefe de Estado. El presidente libanés manifestó que "Voy a seguir trabajando en la política, pero no voy a participar en las elecciones parlamentarias (…) Voy a jugar un papel en el ámbito nacional mediante el uso de mi experiencia y relaciones para ayudar al nuevo presidente (…) Le puedo ayudar en muchos temas (…) La extensión de mi mandato [como presidente] está fuera de la cuestión”. Además Sleiman reconoció que la extensión no es posible en las actuales circunstancias internas y externas pero no dio más detalles y dijo que no ha oído hablar de una propuesta apoyada por Irán que pide la prórroga de su mandato, a cambio de la extensión del mandato del presidente sirio, Bashar Al-Assad.

La afirmación de Sleiman sobre la imposibilidad de extender su mandato se debe a dos motivos. En la próxima sesión de Diálogo Nacional -que se celebrará el 31 de Marzo- Hezbollah anunció que lo boicoteará y no asistirá a conversaciones de todos los partidos, ya que prefiere participar en una sesión dirigida por un nuevo presidente que no sea Sleiman; y el otro motivo es el malestar generado por Seiman luego de su discurso en la Universidad Espíritu Santo de Kaslik (USEK) luego que describió a la fórmula “pueblo-ejército-resistencia” como "de madera". Estos comentarios enfurecieron o a Hezbollah, acusándolo de no ser capaz de distinguir entre "lo que es de oro y lo que es de madera."

El Patriarca Maronita, Beshara Al-Rahi, anunció que no va a nombrar a un candidato a la presidencia y llamó a la elección de un presidente que sea capaz de "curar las divisiones entre los libaneses”. El Patriarca dijo que "Hacemos un llamado a los estados árabes y occidentales para disociar a Líbano de la suerte de la guerra en Siria y nuestra dignidad nos obliga a no preguntar a Occidente para elegir a nuestro presidente", además le pidió a Nabih Berri que convoque una sesión parlamentaria para elegir al nuevo presidente tan pronto como sea posible y no esperar a un vacío presidencial.

El ex PM Saad Hariri, exiliado en Francia desde 2011, anunció que regresará al país para las elecciones legislativas noviembre y espera convertirse en Primer Ministro de nuevo. Las elecciones legislativas se han aplazado hasta noviembre por las condiciones internas y la falta de acuerdo sobre la ley electoral que regulase la votación.

De acuerdo con un informe diplomático, EE.UU. redactó una hoja de ruta para las elecciones presidenciales libanesas sobre la base de la división de los candidatos presidenciales en cuatro círculos: el primer círculo incluye candidatos tradicionales, los más destacados son Jean Obeid (aprobado por el presidente del Parlamento, Nabih Berri, el líder socialista Walid Jumblatt y el ex PM Fouad Siniora), Boutros Harb, Robert Ghanem y Fares Boueiz. Tal vez el denominador común entre estos políticos es que ellos están apostando por las circunstancias internacionales y regionales para llevarlos a la casa presidencial, como ocurrió con Sleiman, Lahoud, Hrawi y René Moawad durante la Segunda República después de la guerra civil.

El segundo círculo incluye candidatos partidistas como Michel Aoun (Movimiento Patriótico Libre), Amin Gemayel (Kataeb), Suleiman Franyieh (Marada) y Samir Geagea (Fuerzas Libanesas). Cada uno de ellos sólo puede llegar a ser presidente en virtud de una decisión internacional y regional, y si - por ejemplo, pero no limitado a- el Movimiento Futuro y Movimiento Patriótico se encuentran en un lado. El tercer círculo incluye candidatos tecnócratas jóvenes, los más prominente son Ziad Baroud, Demianos Kattar, Nehmer Efraín, Roger Dib y Joseph Torbey. Estos candidatos están sujetos a las mismas condiciones que se aplican a los candidatos del primer círculo; sin embargo, el papel que puede desempeñar el Patriarcado maronita y el Vaticano en la promoción de un candidato de esta categoría no se debe subestimar y vale la pena mencionar que el Patriarca Bechara Rai y el Nuncio Apostólico Gabriel Katchea están entusiasmados con estos candidatos.

Finalmente, un cuarto círculo incluye dos candidatos: el Comandante del Ejército, Gral. Jean Kahwaji, y el gobernador del Banco Central, Riad Salameh. Kahwaji tuvo éxito en el mantenimiento de un mínimo de estabilidad en el país y se convirtió en la punta de lanza contra de todas las formas de terrorismo en territorio libanés; mientras que Salameh ha tenido éxito en la conducción de la autoridad monetaria por más de 20 años y aseguró una estabilidad monetaria que ha logrado sortear dificultades financieras y económicas a pesar de varios escollos económicos y guerras en los últimos años.

La fórmula "sin ganadores y sin perdedores”, consagrada por el difunto Primer Ministro Saeb Salam y adoptada por su hijo Tammam, sostienen que la formación de un gobierno se apoya en una buena voluntad presidencial que también se aplicará a la elección presidencial sobre la base de una ecuación por la cual éste no debe ser rehén de los dos lados de la división política, sunitas o chiitas. Si el presidente del país pertenecía a una de las partes, entonces la mitad de los libaneses estarán automáticamente en su contra y tener un "presidente fuerte" significa que debe ser apoyado por todos. Un consenso produciría no sólo un presidente fuerte, sino el más fuerte, tras el cual todas las fuerzas nacionales se unirían para sacar al país de las transiciones regionales e internacionales y los riesgos internos.

La guerra civil continua en Siria y la creciente convicción que no iba a terminar pronto sólo añaden convicción de que no habrá vacío y se construyen políticas ad hoc acerca de la continuidad del régimen sirio. La correlación entre Siria y Líbano hace que éste último sea dependiente de la estabilidad de los acontecimientos militares en Siria; pero con Damasco transitoriamente fuera de la fórmula tradicional, una nueva ecuación regional no se cristaliza en medio de la ausencia de resultados decisivos dentro del conflicto sirio y en la región en general. Es por esta razón que la clase política libanesa se ​​ha convencido que la ruptura de la ecuación regional llevó a posponer las elecciones legislativas y dejaron entrever una dificultad para elegir a un presidente

Existen dos planos de confrontación en la política libanesa, el doméstico y el regional, y ambos trabajan de manera directamente relacionada. Los sunitas –apoyados por el mundo árabe- eligieron a Hariri como su Primer Ministro mientras que los chiitas –apoyados por Irán y Siria- pusieron a Berri como presidente del parlamento; la pregunta es si lo cristianos podrán elegir a un presidente sin la mediación de sunitas y chiitas junto a sus patrocinadores internacionales.



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