El líder del Partido Socialista Progresista, Walid Jumblatt, dijo que no esperaba un acuerdo sobre la Declaración ministerial antes de la ceremonia de conmemoración del 14 de marzo y dijo también que el plazo constitucional del 17 de marzo para la redacción de una declaración ministerial no es vinculante; sin embargo , cuando se le preguntó acerca de su opinión sobre el anuncio de Nabih Berri que consideraría el Gabinete dimitió si el plazo transcurre sin la redacción de una declaración ministerial, Jumblatt dijo que él no era un experto en la constitución. El Consejo de Ministros se reunirá en una sesión abierta durante la tarde, en un intento de romper el estancamiento sobre la Declaración ministerial después que la sesión de ayer no dio ningún resultado tangible.
El Primer Ministro, Salam Tamman, se prepara a dimitir hoy si el gabinete no lograr un avance en la Declaración de política durante la sesión de la tarde, prevista para las 6:00 pm. Salam ha expresado su deseo de renunciar al Consejo de Ministros, que se formó el 15 de febrero después de diez meses de disputas políticas, pero los ministros y el presidente Michel Sleiman le pidieron que sea paciente.
Sin embargo, las dos principales facciones están en desacuerdo sobre la forma de incorporar la resistencia en la declaración ministerial: la Coalición 8 de Marzo, liderada por Hezbollah, insiste que la Declaración de política debe estipular que Líbano y los libaneses tienen derecho a resistir la ocupación israelí y la defensa del país contra cualquier agresión israelí, legitimando el arsenal de Hezbollah; mientras que la Coalición 14 de Marzo argumenta que la resistencia contra Israel debería tener lugar bajo la autoridad del Estado y que Líbano, en lugar de los libaneses, se reserve el derecho de resistencia. Esta situación no es nueva y Salam es solo una víctima más de una larga historia de reveses.
La Coalición 14 de Marzo fue incapaz de contrarrestar su enemigo político, Hezbollah, fuertemente armado y apoyado por Irán a pesar de su victoria en las elecciones parlamentarias de 2005 y 2009. Tampoco nadie puede olvidar cómo fue asesinado sistemáticamente un número de líderes del 14 de Marzo -la última víctima fue el ex ministro de Finanzas, Mohammed Chatah, conocido por su moderación- y, por otra parte, la Coalición de Hariri cometió muchos errores graves, entre ellos su fracaso para llevar a figuras chiitas independientes al poder durante su gobierno. Este fracaso consagró el presidente del Parlamento, Nabih Berri, y la representación exclusiva de Hezbollah de la comunidad chiita, ambos conocidos por sus estrechos vínculos con el eje sirio-iraní .
El poder de la Coalición 14 de Marzo declinó cuando el ex PM Saad Hariri se autoexilió. La falta de una figura referente dentro de las filas sunitas que aportase un cambio, como lo intentó Hariri, se nota en con la pérdida de la iniciativa política al momento de formar los gabinetes de gobiernos. Pero la verdadera declinación comenzó cuando Saad Hariri aceptó las iniciativas sirio-sauditas, renunciando implícitamente a la limitación y posesión del armamento en poder de grupos fuera del Estado; ahora una declaración ministerial, en relación con la cuestión de las armas de Hezbollah está fuera de todo alcance y quién recibe las consecuencias de esas iniciativas es otro sunita, el PM Tammam Salam, quién ve tambalear su gobierno por esta casusa.
Fue largo y tortuoso el camino que ha recorrido la Coalición desde aquel 14 de marzo de 2005, cuando más de 1 millón de libaneses -un tercio de la población- impulsaron la Revolución de los Cedros. Nacida a la sombra de la muerte del ex PM Rafik Hariri, la Coalición solo ha sufrido reveses: el derrocamiento de Saad Hariri –con su posterior autoexilio- y la obligación de formar un gobierno de unidad nacional con Hezbollah y sus aliados, aceptando la imposición del concepto inconstitucional del un poder de veto en el interior del gabinete; Hezbollah demostraba así que podía bloquear el funcionamiento del gobierno y con su fuerza armada se colocaba como un Estado dentro del Estado.
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