El presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri, encargó a una delegación de parlamentarios que presenten una nueva iniciativa política que proponga una hoja de ruta encaminada a poner fin al estancamiento político de cinco meses en Líbano. Diputados que visitaron a Berri señalaron que estaba consternado ya que algunos políticos rivales estaban criticando su iniciativa; el mes pasado, Berri propuso un cónclave de cinco días para un diálogo al que asistieron las Coaliciones 8 y 14 de Marzo, además del PM designado Tammam Salam para abordar temas polémicos como la declaración de política de un nuevo gabinete, una estrategia de Defensa Nacional, los medios para poner fin a la intervención de Líbano en Siria y una nueva ley electoral.
Varios legisladores declararon, después de la reunión en Ain el-Tineh, que "Berri está molesto con aquellos que intencionalmente mal interpretaron varias cláusulas de la propuesta, especialmente en lo que concierne a disociar a Líbano de la crisis siria y favoreciendo en cambio a los que consideran que se debe esperar a ver cómo se desarrollan las cosas en el país vecino." En declaraciones a varios periódicos locales, Berri dijo que "Nadie da caridad a Hezbollah. Por el contrario Hezbollah es caritativo con los demás. No habría un gobierno sin Hezbollah, sin el Movimiento Al-Mustaqbal, Walid Jumblatt o cualquier otro partido”; sus comentarios se produjeron en relación a informes que la Coalición 14 de Marzo y sobre todo el Movimiento Al-Mustaqbal habían acordado dejar su rechazo a la participación de Hezbollah a cambio de la formación de un gabinete de 24 miembros, entre ambas Coaliciones y los centristas.
El líder del Partido Falange, Amin Gemayel, instó al Primer Ministro designado a que "rápidamente forme un gabinete sin condiciones previas”, destacando también que Líbano debe " mantenerse alejado de cualquier eje regional." Gemayel instó a todas las facciones que deben adoptar la Declaración de Baabda como su declaración de política y que el nuevo consejo de ministros constituiría “una cubierta para todas las instituciones oficiales, para el ejército y las fuerzas de seguridad para ejecutar los asuntos del país."
El ex PM Fouad Siniora discutió sobre el proceso de formación del gabinete con el Patriarca maronita Beshara Rai. Siniora considera que el asunto ya está manos del presidente y el PM designado, quienes ahora deberán salir a buscar los medios para formar un gabinete. Salam ha estado luchando durante cinco meses para formar un gabinete que reemplace al gobierno, pero sus condiciones las y contra ofertas de los grupos rivales han estancado el proceso; por su parte el presidente Sleiman ha propuesto un gabinete dividido en partes iguales entre los partidos centristas y las Coaliciones 8 y 14 de Marzo. Siniora, junto con la Coalición del 14 de Marzo ha convocado un gabinete neutral para hacer frente a los problemas económicos y sociales de larga data, agravados por la ausencia de un gobierno que funcione. Y Hezbollah con sus aliados de la Coalición 8 de Marzo han argumentado en contra de ambas propuestas y piden un Consejo de Ministros representado en proporción a los escaños en el Parlamento.
La situación en Siria se refleja positivamente y negativamente en Líbano. La seguridad y el estancamiento político en Líbano se mantendrían constantes a lo largo de cualquier proceso de negociación prolongado para ponerle fin a la crisis siria; la parálisis libanesa persiste porque no se trata de conflictos locales, sino que tiene una vinculación directa con las luchas regionales e internacionales y que no se puede resolver a menos que haya un acercamiento entre las potencias regionales -Irán, Arabia Saudita y Turquía- que apoyan a las diferentes facciones en Siria y Líbano.
Pero incluso soluciones en el corto y largo plazo en Siria no cambian el hecho que la crisis siria ha sido utilizada por los políticos libaneses como una excusa para justificar la disfuncionalidad del sistema. Una solución a la guerra civil siria, diplomática o militar, solo eliminaría las excusas pero no las razones que dificultan la resolución de los problemas internos de Líbano; la sanción de una nueva ley electoral, la elección de un nuevo presidente o los nombramientos de los jefes de seguridad junto al tema de las armas de Hezbollah tienen una matriz religiosa que fragmenta a los políticos –y a la sociedad- que siguen los dictados de los patrocinadores regionales, como Irán o Arabia Saudita.
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