martes, 15 de noviembre de 2011

Los politicos en Líbano debaten sobre el voto ante la Liga Árabe

El voto de Líbano contra la decisión de la Liga Árabe de suspender la participación de Siria en las reuniones de la Liga parece haber arrojado el Consejo de Ministros en un nuevo caos, con algunos ministros se quejan de no haber sido notificados de la controversial postura tomada por el canciller Adnan Mansour. Ghazi Aridi, Ministro de Obras Públicas, pidió que se señale quién decidió votar por la abstención y sobre qué bases; Aridi dijo que él y sus dos compañeros partidarios, Wael Abu Faour -Ministro de Asuntos Sociales- y Terro Alaaeddine -Ministro de la Población Desplazada- no fueron informados de la postura libanesa.

Mansour criticó la decisión de la Liga de aislar a Siria. "No está permitido aislar a Siria, que es un estado mayor y fundador de la carta de la Liga. Por lo tanto, no estaban permitidas las decisiones que se emitieron contra Siria, dijo Mansour. El canciller libanés ha sido blanco de duros ataques de la Coalición 14 de Marzo, algunos de sus miembros le han pedido su renuncia, respondiendo a sus críticos, Mansour dijo que la decisión libanesa ante la Liga Árabe refleja la opinión del gobierno libanés y el supremo interés nacional libanés.

Ibrahim Kanaan, parlamentario del bloque Cambio y Reforma, rechazó los intentos de la Coalición 14 de Marzo para promover una moción de censura en al Ministro Mansour y calificó al intento como una maniobra política producto de la lucha interna. Kanaan, dijo que la oposición y el Movimiento Futuro de Hariri, en particular, no están pensando seriamente en los efectos de sus acciones para Líbano; Kanaan señaló que los próximos tres días demostrarán si la posición adoptada por Líbano en la Liga Árabe estaba en el interés del país o no.


Mikati subrayó que cualquier postura adoptada por Líbano tiene como objetivo preservar su estabilidad y reiteró que Líbano será interactivo con su entorno árabe. Durante la reunión de embajadores del Consejo de Cooperación del Golfo, en Beirut, Mikati reiteró que la votación de Líbano contra la resolución de suspensión de membrecía de Siria en la Liga Árabe, estuvo en línea con las consideraciones históricas y geográficas; Mikati sostuvo que la política exterior libanesa es contraria el aislamiento.

Tom Fletcher, Embajador inglés en Líbano, le manifestó al Primer Ministro Mikati la decepción de su gobierno por el voto de Líbano contra la reciente decisión de la Liga Árabe de suspender a Siria. Fletcher dijo que Gran Bretaña dio la bienvenida a la "acción fuerte" de la Liga Árabe y esperaba que conduzca a una mayor libertad, estabilidad y respeto de los DDHH, como lo exige el pueblo sirio.

El príncipe Turki Al-Faisal, ex jefe de los servicios de Inteligencia sauditas, dijo que Al-Assad dejó clara su posición al no cumplir con los compromisos asumidos en virtud de una iniciativa de la Liga Árabe para detener el derramamiento de sangre e iniciar el diálogo político y esa negativa del presidente sirio Bashar al-Assad para detener la violencia ha hecho que su salida del poder sea inevitable.

Turki Al-Faisal es sobrino del Rey de Arabia Saudita, ex embajador en Washington y Londres y sigue siendo una voz influyente público de la familia real saudita, a pesar de que ha tenido ningún papel oficial del gobierno desde que se retiró en 2006; el príncipe considera que la Liga Árabe había dado a Al-Assad una última oportunidad para cumplir con su propuesta de resolver la situación y ahora espera que adopte nuevas medidas.

Los grupos políticos libaneses cercanos a la gobernante Coalición 8 de Marzo han logrado un pequeño triunfo al imponerse dentro del gabinete de gobierno votando de manera contraria a la decisión de la Liga Árabe y señalando al resto de los partidos políticos libaneses quién está a cargo del gobierno. Pero en un contexto más amplio, el voto libanés no cambió la suerte de Siria ni modificó el pensamiento del resto de los países árabes, sino que sirvió para confirmar que Líbano se enfrascará en una lucha interna en el mediano plazo si el régimen sirio es depuesto.

Los países occidentales y árabes sunitas del Golfo ven con buenos ojos la posibilidad que Bashar Al-Assad dimita o sea derrocado, algo que de suceder impactará directamente sobre la distribución de poder dentro del escenario libanés: los sectores chiitas liderados por Hezbollah verán acotada su cuota de poder y la resistencia islámica perderá a uno de sus principales aliados, por carácter transitivo, los aliados cristianos de Hezbollah también verán recortada su injerencia política; la incógnita que resta por develar es si los sunitas de Hariri retomarán el poder o si Mikati podrá sostenerse con una visión moderada y apoyando al Tribunal Especial para Líbano.

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