En el acto de conmemoración del sexto aniversario del asesinato del ex Primer Ministro Libanés, Rafik Hariri, su hijo Saad dio formal inicio a su rol de opositor al mando de la Coalición 14 de Marzo. En un duro discurso que tuvo a Hezbollah como su principal destinatario, Hariri delineó la posición de su Coalición al señalar que la oposición basa en tres principios: primero un compromiso con la Constitución; en segundo lugar un compromiso con el Tribunal Especial para el Líbano y tercero el compromiso a proteger la vida pública y privada en el Líbano del predominio de las armas.
La manifestación convocó a unos 8.000 seguidores, incluidos los ministros del gabinete de Hariri, los legisladores del Bloque del Futuro de Hariri y la Coalición 14 de Marzo, así como a Amin Gemayel, líder del Partido Kataeb (Falange) y al jefe de las Fuerzas Libanesas, Samir Geagea.
Hariri reiteró el apoyo al Tribunal y rechazó las acusaciones de que el mismo se creó para servir a los intereses de EE.UU. e Israel, señaló que solo se busca justicia de la misma forma que se lo hizo desde 2005.
También Hariri hizo un llamado para el 14 de marzo de 2011 a manifestarse y a decir que no. "No hay que cambiar nuestro estilo de vida, no a la corrupción, no hay que temer, no a la opresión, y no a la delincuencia”, señaló en una parte de su alocución. El 14 de marzo se conmemora el 6º aniversario de la Revolución del Cedro, cuando más de un millón de libaneses se reunieron en Beirut para protestar por el asesinato de Rafik Hariri que llevo al retiro de las tropas sirias de Líbano.
Si bien el discurso de Hariri estuvo dentro de lo previsto, el tono empleado y las palabras duras por momentos llevan a pensar que el líder del Bloque del Futuro se está preparando para el nuevo escenario político libanés donde el duelo con Hezbollah parece inevitable al menos en el tema del Tribunal. Por otro lado, Hariri deberá renovar sus credenciales como líder sunita, en especial si Mikati –actual Primer Ministro- logra formar un gabinete y gobierna Líbano de manera razonablemente bien; de hecho muchos sectores sunnitas no ven a Mikati con malos ojos sino que aprecian el esfuerzo por contener las demandas de Hezbollah y sus aliados conciliando un gabinete de coalición.
En el pasado Hariri ha mantenido una conducta conciliadora, pero frente al nuevo escenario libanés y a la pérdida de la influencia de EE.UU. en la región –luego de los sucesos en Egipto- Saad Hariri tendrá que prepararse para una confrontación retórica con la Coalición 8 de Marzo, en particular sobre las armas de Hezbollah y el Tribunal Especial, y re-evaluar el estado de su Coalición.
La manifestación convocó a unos 8.000 seguidores, incluidos los ministros del gabinete de Hariri, los legisladores del Bloque del Futuro de Hariri y la Coalición 14 de Marzo, así como a Amin Gemayel, líder del Partido Kataeb (Falange) y al jefe de las Fuerzas Libanesas, Samir Geagea.
Hariri reiteró el apoyo al Tribunal y rechazó las acusaciones de que el mismo se creó para servir a los intereses de EE.UU. e Israel, señaló que solo se busca justicia de la misma forma que se lo hizo desde 2005.
También Hariri hizo un llamado para el 14 de marzo de 2011 a manifestarse y a decir que no. "No hay que cambiar nuestro estilo de vida, no a la corrupción, no hay que temer, no a la opresión, y no a la delincuencia”, señaló en una parte de su alocución. El 14 de marzo se conmemora el 6º aniversario de la Revolución del Cedro, cuando más de un millón de libaneses se reunieron en Beirut para protestar por el asesinato de Rafik Hariri que llevo al retiro de las tropas sirias de Líbano.
Si bien el discurso de Hariri estuvo dentro de lo previsto, el tono empleado y las palabras duras por momentos llevan a pensar que el líder del Bloque del Futuro se está preparando para el nuevo escenario político libanés donde el duelo con Hezbollah parece inevitable al menos en el tema del Tribunal. Por otro lado, Hariri deberá renovar sus credenciales como líder sunita, en especial si Mikati –actual Primer Ministro- logra formar un gabinete y gobierna Líbano de manera razonablemente bien; de hecho muchos sectores sunnitas no ven a Mikati con malos ojos sino que aprecian el esfuerzo por contener las demandas de Hezbollah y sus aliados conciliando un gabinete de coalición.
En el pasado Hariri ha mantenido una conducta conciliadora, pero frente al nuevo escenario libanés y a la pérdida de la influencia de EE.UU. en la región –luego de los sucesos en Egipto- Saad Hariri tendrá que prepararse para una confrontación retórica con la Coalición 8 de Marzo, en particular sobre las armas de Hezbollah y el Tribunal Especial, y re-evaluar el estado de su Coalición.
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