El Líbano está envuelto en una profunda dualidad, por un lado la fragilidad de su escenario político debido a las tensiones sobre el Tribunal Especial contrasta con la estabilidad de su economía, que mantiene un incipiente crecimiento sostenido.
El clima político se caldeado en los últimos meses debido a la disputa entre Hezbollah y sus aliados contra la Colación 14 de Marzo - liderada por el Primer Ministro Saad Hariri –debido a la investigación del Tribunal Especial sobre el asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri en 2005. El Tribunal Especial está próximo a anunciar las primeras acusaciones, que implicarían a miembros de Hezbollah.
Esta situación a llevado a Hezbollah a pedir que la investigación se suspenda argumentando que el Tribunal responde a intereses israelíes y norteamericanos; lo más grave - sin embargo - fue su advertencia de que cualquier intento de implicar a sus miembros dará lugar a una crisis, con enfrentamientos entre las facciones.
Por otro lado, la economía del Líbano ha realizado profundos cambios en los últimos años y, si bien existe la preocupación derivada de la inestabilidad política y de cuanto ésta podría debilitar la confianza de los inversores en los mercados de capitales, los principales indicadores económicos del Líbano muestran una firme mejora como el aumento del PBI de u$s 21 mil millones en 2004 a u$s 32 mil millones en 2009; la inflación sigue bajo control, la balanza comercial está equilibrada, y la tasa de desempleo está en niveles tolerables.
Si bien la Bolsa de Valores de Beirut bajó un 1,6%, llegó a u$s 12.400 millones en los primeros 11 meses, de los cuales el 71% se concentraba en las acciones bancarias y el 24,8% de las existencias de bienes raíces. A pesar de esto, el mercado se muestra más activo en 2010, con un incremento del 62,2%. Según los analistas de Bolsa, la combinación de los valores más bajos y una mayor actividad comercial probablemente refleja una atmósfera de nerviosismo.
La administración Hariri presentó un ambicioso presupuesto para 2011 - que tiene que ser aprobado por el Consejo de Ministros y el Parlamento – que no requiere de un aumento de los impuestos ni del impuesto al valor agregado y plantea un mayor gasto gubernamental en infraestructura que se espera impulsará el crecimiento económico en el Líbano. Para ello vana destinar u$s 1.100 millones a los presupuestos del Ministerio de Energía y Agua, de Obras Públicas y de Transportes.
El período previo a la declaración de la acusación del Tribunal Especial podría servir para medir la confianza en el mercado. Sin embargo, luego de crisis similares que van y vienen, la confianza económica en el Líbano es probable es que se mantengan en el largo plazo.
Tal vez la reflexión más lúcida sobre la situación - hasta el momento - es la realizada por Ahmad Fatfat, parlamentario de la Coalición 14 de Marzo, “Todo lo que estamos pidiendo es esperar hasta que el Tribunal Especial para el Líbano emita su acusación, para averiguar si está politizado”. Esta opción es, sin lugar a dudas, la más indicada junto a una reducción de las especulaciones, amenazas y violencia retórica que no lleva ningún beneficio para Líbano.
Tal vez la reflexión más lúcida sobre la situación - hasta el momento - es la realizada por Ahmad Fatfat, parlamentario de la Coalición 14 de Marzo, “Todo lo que estamos pidiendo es esperar hasta que el Tribunal Especial para el Líbano emita su acusación, para averiguar si está politizado”. Esta opción es, sin lugar a dudas, la más indicada junto a una reducción de las especulaciones, amenazas y violencia retórica que no lleva ningún beneficio para Líbano.
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