jueves, 5 de diciembre de 2013

El asesinato de un líder de Hezbollah y la seguridad en Líbano



Hassan Lakkis, un líder de alto rango de Hezbollah, fue asesinado frente a su casa en Santa Teresa, Hadath, cuando regresaba del trabajo anoche según dijo Hezbollah en un comunicado. Un funcionario de seguridad de alto rango libanés informó que, al menos un pistolero no identificado armado con arma de 9 mm con silenciado, disparó e hirió Lakkis en la cabeza y el cuello en cinco ocasiones fuera a su casa en Hadath; Lakkis estaba estacionado en Cherokee en el Bloque A del complejo residencial de Santa Teresa en el momento del tiroteo, y en estado crítico fue trasladado de urgencia alrededor de la medianoche al hospital de Rasoul Aazam, donde murió de sus heridas alrededor de las 3 de la mañana.

Hassan Lakkis había jugado un papel clave en la promoción de la capacidad tecnológica del grupo en su lucha contra Israel y estuvo involucrado en el desarrollo científico, desempeñando un papel clave en el desarrollo del programa de vehículos aéreos no tripulados de Hezbollah. Una fuente cercana al partido libanés dijo Lakkis era un blanco principal para Israel y aseguró que la figura de Hezbollah estaba en el "top 50 más buscados por Israel" y el “modus operandi” indica que fue un trabajo de Israel.

Autoridades libanesas lanzaron las investigaciones sobre el asesinato de Lakkis a petición del fiscal Claude Karam del Ministerio Público de Monte Líbano, mientras que se recuperaron las grabaciones de las cámaras de vigilancia que operan cerca de la ubicación del incidente; adicionalmente, los datos de telecomunicaciones serían entregados a las investigaciones, y si es necesario, Inteligencia del Ejército proporcionará asistencia para la investigación.

Fuentes periodísticas israelíes señalan que, quien mató a Hassan Lakkis, lo hizo en represalia por la participación de Hezbolá en Siria y que los autores probablemente hubieran preferido matar al líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, pero el anillo de seguridad alrededor de él es mucho mayor. Los yihadistas sunitas que luchan en Siria contra el presidente Bashar Al-Assad, Irán y los chiitas iraquíes y de Hezbollah, prometieron hace mucho tiempo que iban a matar a la "rata de Damasco" y la "rata de Beirut”; aunque ambos grupos -sunitas e Israel- se beneficiarían del asesinato, la evidencia disponible en este momento le lleva a señalar más directamente a Israel.

Una amplia mayoría dentro del partido chiita señala que, por el peso de la evidencia, hasta el Israel sería el agresor, a pesar de los recientes ataques en los bastiones de Hezbollah que se han relacionado con los militantes sunitas que buscan castigar al partido por su participación junto al Ejército sirio en la guerra civil. Los grupos yihadistas sunitas son más propensos a utilizar coches bombas y sus operaciones son más indiscriminadas, pero en esta ocasión el asesinato fue una operación muy profesional; el éxito plantea preguntas sobre si las fayas es la seguridad de Hezbollah son una señal de un sobredimensionamiento de su decisión de combatir en Siria, dejando expuestos a sus funcionarios y bastiones libaneses.

El asesinato de Lakkis se produjo poco después de que Hassan Nasrallah, en declaraciones a un canal de televisión libanés, acusó a Arabia Saudita de estar detrás de los atentados suicidas del 19 de noviembre contra la Embajada iraní en Beirut. Nasrallah culpó indirectamente a una alianza entre Israel y Arabia Saudita para atacar a Hezbollah, que es representante de Teherán en el Líbano. Las acusaciones ponen de relieve los matices sectarios de la guerra civil siria y el impacto regional: Riad apoya a los rebeldes sunitas mientras que el chiita Irán y Hezbollah apoyan el presidente sirio, Bashar Al-Assad; bajo este razonamiento, un ataque de Arabia contra Hezbollah sería un golpe a Irán y sus ambiciones regionales, pero los sauditas no tienen una historia conocida de propiciar asesinatos de este tipo.

Una portavoz del Ministerio de Exteriores iraní culpó a Israel por el ataque, pero la responsabilidad fue reivindicada por un grupo vinculado a Al-Qaeda con sede en el Líbano, las brigadas de Abdullah Azzam. Hassan Nasrallah, dijo que creía que el grupo contaba con el apoyo de Arabia Saudita y que Abdullah Azzam "no es un nombre ficticio (…) Este grupo existe, tiene su liderazgo y estoy convencido que está vinculado a la Inteligencia saudí (…) Arabia Saudita es quien apoya a este tipo de grupos en varios lugares en el mundo." 

La pregunta sobre cómo la muerte de Lakkis afecta a la seguridad de Hezbollah y la idea de impenetrabilidad que rodeaba al grupo, ha disparado dudas sobre las necesidades y su estrategia así como una reasignación de los recursos de seguridad. Hezbollah tiene una estrategia militar, la "escuela de combate del Imad Mughniyeh", en referencia al ex comandante de Hezbollah que también fue asesinado en un asesinato selectivo. 

A principio de este año, Al-Assad estaba perdiendo y estaba contra las cuerdas, y la amenaza sobre a Irán y Hezbollah era significativa, por eso se transformó en prioritario sostener al presidente sirio y evitar su caída a manos de los sunitas era intolerable. Con tanto en juego, Irán y Hezbollah han intervenido directamente en la guerra civil de Siria envía no sólo armas y dinero sino con sus propias tropas; la entrada a la guerra civil en Siria ha provocado que los sunitas radicales ataquen el flanco trasero de Hezbollah en Líbano y castiguen al partido chiita donde más le duele, en Beirut. 

Estos ataques son aún más importantes porque los yihadistas sunitas le están diciendo a Nasrallah que hay un rival y que Hezbollah ya no es la potencia militar dominante en el país –aún sobre el Ejército libanés- sino que los grupos yihadistas, envalentonado por el dinero y las armas de los Estados del Golfo, le están dando batalla a Irán y sus representantes chiitas en todas el Medio Oriente, incluyendo a Líbano. No significa que Líbano sea el escenario de enfrentamientos entre ambos bandos, pero es indudable que está convirtiendo en un campo de batalla más dentro de la guerra regional que enfrenta a sunitas y chiitas.





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