martes, 2 de septiembre de 2014

Más armas pero no un presidente


La Coalición 14 de Marzo ofreció hoy llegar a un acuerdo con sus rivales de la Coalición 8 de Marzo para un candidato de consenso para la presidencia, en el último intento de romper el estancamiento que ha dejado a Líbano sin presidente durante más de 3 meses. Sin embargo, la iniciativa fue rápidamente rechazada por el bloque del parlamentario Michel Aoun a la que calificó de "una iniciativa vieja y sin sentido", mientras que el presidente del Parlamento, Nabih Berri, dijo que no ofrece nada nuevo. Aunque el ex PM Fouad Siniora confirmó su apoyo al líder de las Fuerzas Libanesas, Samir Geagea como su candidato presidencial, la Coalición 14 de Marzo, dijo que estaba preparada para mantener conversaciones con Hezbollah y las otras partes para alcanzar un acuerdo sobre un candidato de consenso.

Los legisladores libaneses no lograron elegir a un nuevo presidente por enésima vez, lo que provocó que Nabih Berri posponga la sesión de votación para el 23 de septiembre. Sólo 57 diputados del Parlamento -de 128 miembros- se presentaron para la sesión del mediodía, lo que refleja la falta de consenso sobre un candidato presidencial. 

Francia y Arabia Saudita están cerca de firmar un contrato por u$s 3.000 millones en armas para Líbano, después de conversaciones entre el presidente Francois Hollande y el príncipe heredero saudí, Salman bin Abdul Aziz. El acuerdo "se está ultimando", según un asesor del presidente francés quien la semana pasada rechazó cualquier colaboración con el presidente sirio, Bashar Al-Assad, a quien acusó de ser un "aliado de-facto" del Estado Islámico de Iraq y Al-Sham (ISIS). 

El apoyo de Arabia Saudita al negocio de las armas la pone del mismo lado que el chiita Hezbollah en la batalla contra los yihadistas sunitas del ISIS. Hezbollah, que ha luchado en el bando del presidente Al-Assad, era resistido por muchos Estados regionales y Arabia Saudita había apoyado a diversos grupos rebeldes en Siria, pero ahora los temores sobre el crecimiento del ISIS han llevado al Reino a apoyar los esfuerzos en la lucha contra su ascenso.

El parlamentario Marwan Hmadeh elogió iniciativa saudí para equipar al Ejército libanés "que constituye una parte importante de la visita del Príncipe Heredero, Viceprimer Ministro, Ministro de Defensa del Reino de Arabia Saudí, el príncipe Salman bin Abdul Aziz Al Saud, a París". Según Hmadeh, “la importancia de la visita es que incluye una iniciativa pionera y un fenómeno único en la historia de Líbano, donde el Ejército libanés se apoya con un proyecto tan extraordinario que podría aumentar su capacidad para hacer frente a las amenazas terroristas".

La 1ra prioridad que tienen las FFAA libanesas es una Fuerza Aérea adecuada. Por el momento, Líbano tiene una flota de 4 Hawker Hunters, 2 Caravan Cessna y 3 aviones de entrenamiento Bulldog; sólo uno de los Cessna es utilizable en combate, después de haber sido equipado para disparar misiles Hellfire. Rusia propuso suministrar MiG-29 a Líbano hace unos 3 años, pero tales aviones serían inútiles, ya que el Líbano es tan pequeño que en cuestión de segundos se estaría sobre Siria, Israel o el mar, o bien sería derribado. Arsal mostró que el Ejército no tiene capacidad para reunir más Inteligencia y realizar ataques más dirigidos, por lo que helicópteros y aviones de vigilancia son una mejor opción. Algo similar sucede con los tanques, en su mayoría T-55 de la ocupación siria, que no pueden respaldar con fuego directo a las unidades de infantería en el terreno cuando éstas avanzan.

Es interesante destacar que el gobierno libanés recibe ayuda militar de países occidentales y sauditas para luchar contra el ISIS y el Jabhat Al-Nusra que amenazan la seguridad de Líbano. Pero no reciben ayuda, presionando a sus aliados locales por ejemplo, para llegar a un candidato de consenso que le permita al país tener un presidente después de tres meses. Michel Aoun, ha propuesto una enmienda al mecanismo de elección presidencial en la que el presidente sería elegido por el voto popular y no por el Parlamento, modificando los Acuerdos de Taif que son la base del sistema político libanés en medio de una crisis regional.

Resulta evidente que los intereses regionales e internacionales no guardan relación con la realidad de Líbano. Pero tampoco tienen los políticos libaneses, una necesaria cuota de realidad para poner de lado sus ambiciones personales y asegurarse un Estado capaz de dirigir al Ejército en sus operaciones contra los yihadistas. Sin un presidente, las armas para el Ejército no tienen mayor sentido.




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