miércoles, 25 de junio de 2014

Hezbollah y el Ejército de Líbano ¿Quién ayuda a quién?


Funcionarios de seguridad libaneses han informado de una explosión en un hotel en el centro de Beirut durante una redada de seguridad fallida. El presunto sospechoso se inmoló en su cuarto el miércoles en el Duroy Hotel y el Ministerio del Interior del Líbano dijo que el atacante suicida, de nacionalidad saudí, fue muerto en la explosión y un segundo fue detenido por personal de seguridad.

El atacante suicida mató e hirió a por lo menos cuatro agentes de seguridad en el hotel, que está cerca de la embajada de Arabia Saudita, en lo que es la tercera explosión en el Líbano en menos de una semana.

El humo negro se veía desde el complejo hotelero situado en el distrito de Rachet en Beirut cerca del Mar Mediterráneo, y de acuerdo con Associated Press, un funcionario en de Seguridad General las fuerzas de seguridad estaban asaltando el hotel cuando el sospechoso en el 4to piso detonó explosivos en su habitación del hotel.

El Ministro del Interior, Nouhad Machnouk, dijo que "Este fue un ataque preventivo por Seguridad General porque se suponía que los terroristas suicidas iban a llevar a cabo un ataque en otro lugar". Temprano en el día, el Ejército libanés dijo que arrestó a un grupo terrorista de 5 miembros, que planeaba asesinar al jefe de Seguridad General del Norte de Líbano, Tte. Cnel. Khattar Nassereddine.

Los sospechosos acusaron a Nassereddine de la preparación de informes de Inteligencia del Ejército libanés sobre las actividades de los jóvenes musulmanes en Trípoli; además Nassereddine también estuvo detrás de la polémica detención del islamista Shadi Mawlawi en 2012. Los sospechosos incluyen a Wiam Mustafa, un profesor de 28 años de edad de la Universidad francesa libanesa (ULF) en la provincia norteña de Koura; Bilal Al-Mustafa, estudiante de 18 años de edad; y Abdul-Rahman Al-Sayyed, estudiante de ingeniería civil de 23 años. Otra célula detenida estaba compuesta por Wassim Ahmad Al-Qass, Wissam Ahmad Al-Qass, Danny Ahmad Al-Qass, Amjad Al-Khatib Nouhad y Nabil Kamel Baida, oriundo de Qalamoun y era buscado por las autoridades libanesas con varias órdenes de detención.

Inteligencia del Ejército arrestó hoy a Abdul Rahim Al-Asir, primo del clérigo salafista fugitivo Sheikh Ahmed Al-Asir, en Abra -suburbio de Sidón- que era buscado por su apoyo a los rebeldes sunitas anti Al-Assad. Abdul Rahim al-Asir fue aprehendido en la farmacia donde trabajaba.

Las FFAA libanesas se enfrenta a un acto de equilibrio de enormes proporciones ya que deben tomar medidas enérgicas contra el terrorismo sunita mientras se mantiene la percepción de neutralidad que surgió tras el asesinato del ex PM Rafik Hariri en 2005. Esta neutralidad ha sido cuestionada por el prolongado conflicto en Siria y las reacciones del Ejército sobre la participación de Hezbollah y los combatientes yihadistas. Dada la influencia de Hezbollah, el Ejército libanés no ha podido hacer mucho acerca de su participación en la guerra de Siria, por temor a una reacción interna si arrestan a los militantes de Hezbollah que se dirigían a Siria. Sin embargo, el Ejército es capaz de enfrentarse a contra los yihadistas sunitas, ya que no tienen el apoyo de ninguna fuerza política libanesa importante. 

Se puede argumentar que los yihadistas sunitas suponen una amenaza para la seguridad interna mientras que los combatientes chiitas contribuyen a la misma y están contenidos por una estructura política que forma parte del gobierno. El punto es que muchos sectores no perciben esta diferencia y ven una pérdida del liderazgo político de la comunidad sunita junto a la utilización del Ejército libanés como una herramienta más de los grupos chiitas para su propio beneficio; la aplicación de una doble moral por parte del Ejército libanés, que permitía el paso de combatientes de Hezbollah a Siria pero combatía a los rebeldes sirios en Líbano ha puesto en tela de juicio la histórica imparcialidad del Ejército.

Los éxitos recientes de la cooperación del Ejército libanés con Hezbollah han permitido la detención de fugitivos y el desbaratamiento de redes yihadistas o complots para bombardear Líbano. Estas operaciones tienen un fuerte componente de Inteligencia de Hezbollah, y hacen que la percepción de inequidad de los sunitas se acreciente. En el fondo, la ausencia de un Estado fuerte demanda de un diálogo con todos los sectores pero la debilidad de las instituciones libanesas –sus FFAA por caso- lleva al Estado a apoyarse en estamentos como Hezbollah para asegurarse su propia supervivencia.



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