Informes desde el interior de dos instalaciones de armas químicas sirias ofrecen nueva evidencia que el régimen del presidente Bashar Al-Assad ha desarrollado vehículos especiales durante el año pasado para el movimiento y mezcla de las armas químicas; además se sospecha que los aliados libaneses del régimen, Hezbollah, pudo haber sido entrenado hace 11 meses en uso de esas armas. Fuentes sirias quieren alertar a EE.UU. de los peligros existentes en parte con la esperanza de alentar una mayor participación norteamericana con la oposición. Pero en un contexto histórico, el desertor iraquí conocido como "Curveball", hizo las acusaciones sobre las armas químicas iraquíes hace una década que reforzaron el caso de la intervención, solo resultaron ser mentiras.
Según el relato de un oficial desertor, dos altos oficiales sirios movieron en enero alrededor de 100 kg de materiales de armas químicas desde una base militar secreta cercana al pueblo de Nasiriya, a unos 50-60 km al noreste de Damasco. Los oficiales colocaron los productos químicos en un vehículo civil y fueron vistos conduciendo a través de un puente en la ruta hacia Líbano; dos días más tarde, dos hombres con acento libanés llegaron a la base de Nasiriya y se les dio capacitación sobre la forma de combinar y activar los productos químicos, así como las precauciones de seguridad adecuadas en el manejo de ellos.
La fuente siria también se describió la construcción de camiones especiales –unos 10 a 15- que pudieran transportar y mezclar las armas, en un taller de Dummar un suburbio de Damasco; este taller forma parte de una red de centros de investigación secreta conocida como "Bohouš", según la fuente desertora. La construcción de estos laboratorios móviles se inició en el verano de 2011, pocos meses después de los revolucionarios empezaron a amenazar régimen de Al-Assad.
La especulación sobre el posible uso de armas químicas en la guerra civil de Siria ha tomado un inesperado giro hacia Hezbollah con las declaraciones del embajador israelí, Michael Oren, en una reciente entrevista con Fox TV que no podía confirmar que Hezbollah ha adquirido armas químicas del régimen de Al-Assad pero añadió que sería un "cambio de juego". Este no es el primer caso de acusaciones y especulaciones sobre que Hezbollah podría haber recibido armas químicas, en 2003 algunos medios occidentales afirmaban que Hezbollah fue el receptor de las armas iraquíes de destrucción masiva antes de la invasión liderada por EE.UU. en marzo de 2003.
Pero los informes sobre el tema hasta la fecha siguen siendo poco convincentes y basados principalmente en la especulación. Por otra parte, Sayyed Hasan Nasrallah, Secretario General de Hezbollah, dijo en agosto de 2012 que su partido nunca trataría de adquirir o usar armas químicas por "razones de legitimidad y humanitaria". Por otra parte, la disuasión con armas de destrucción masiva sólo es efectiva si el enemigo tiene conocimiento o fuertes sospechas que están en posesión del adversario y que les emplearán si se le presiona al límite.
Israel ha mantenido una estrecha vigilancia en su frontera norte, en respuesta al periódico "derrame" de los enfrentamientos entre las tropas de Assad y las fuerzas rebeldes. Un experto en Inteligencia militar israelí dijo que las medidas se están tomando para reducir al mínimo la amenaza de las armas químicas sirias.
Las fuerzas especiales israelíes están operando en Siria como observadores para vigilar los arsenales de armas químicas y biológicas; la operación transfronteriza es parte de una guerra secreta a las armas no convencionales de Damasco para sabotear su desarrollo. Durante años Israel ha sabido la ubicación exacta de las armas químicos y municiones biológicas de Siria, como resultado de la utilización de satélites espías, aviones de reconocimiento y aeronaves no tripuladas del estado judío y en la última semana hubo claros indicios que las municiones han sido trasladadas a otro lugar.
Si el gas nervioso se carga en bombas aéreas y si las bombas se cargan en aviones y son lanzados, ¿Qué pasa si son interceptados y explotan en el aire, ya sea por el sistema defensa anti-misiles Cúpula de Hierro o por los misiles Patriot? El Tte. Cnel. Mordejai Kedar, un veterano con 25 años en la Inteligencia militar israelí, sostiene que si el gas está en una bomba aérea, la Fuerza Aérea israelí sabe muy bien cómo hacer frente a tales cosas e incluso aunque lleve una carga útil de sarín; la amenaza química es una de las razones por la que Turquía invocó la ayuda de la OTAN y se desplegaron las baterías de Patriots en la frontera con Siria ya que si un proyectil con que lleva una carga útil de sarín explota en el aire es mucho menos peligroso ya que debe estallar dentro de un cierto rango con una concentración determinada para ser eficaz.
Antes de la intervención en Iraq, los gobiernos de George W. Bush y Tony Blair comenzaron en 2003 a hablar del programa de armas de destrucción masiva que Bagdad tenía en secreto y la posibilidad que esas armas fuesen utilizadas en la región o cedidas a terroristas internacionales. Luego de la intervención, esas armas de destrucción masiva no aparecieron, pero EE.UU. y Gran Bretaña derrocaron al régimen de Saddam Hussein luego de años de una ocupación que produjo más daño y devastación que beneficios para la sociedad iraquí.
Las teorías de las amenazas relacionadas a las armas químicas sirias coinciden con los despliegues de baterías con misiles Patriot de la OTAN en la frontera de Turquía con Siria, bajo el pretexto de proteger a los pueblos turcos de posibles ataques con misiles Scud sirios; ciertamente la última cosa que el gobierno sirio haría es atacar a Turquía ya que necesita de esos proyectiles para golpear a los rebeldes en su propio suelo más que provocar a sus vecinos, aunque Israel podría ser la excepción. La hipótesis de las armas químicas cubriría el despliegue de los misiles Patriot en momentos que aumentan los informes sobre los avances rebeldes y la liberación del norte de Siria; estos cambios en el terreno permitirían el establecimiento de una "zona de exclusión" o "corredor humanitario" en torno a Aleppo y las zonas adyacentes al norte vecinas a Turquía.
James Clapper, director de Inteligencia Nacional de EE.UU. y ex director de la Agencia Nacional Geoespacial de Inteligencia, en 2003 citó imágenes de satélite que sugerían que los materiales iraquíes habían sido trasladados fuera de Iraq en los meses previos a la guerra de 2003; esos informes coinciden con reportes de camioneros kurdos -que utilizaban regularmente la ruta Bagdad-Damasco- sobre una inusual acumulación de tráfico en los días anteriores a la intervención de EE.UU. de convoyes de camiones sin marcas a los que otros conductores tenían prohibido acercarse o adelantarse, había estado fluyendo a través de la frontera con Siria.
De igual manera, ahora comienzan a circular ahora los rumores sobre traspasos de armas químicas de un país "susceptible de intervenirse" a hacia un vecino; el argumento puede resultar cierto, pero que se haya utilizado anteriormente para encubrir una operación unilateral hace dudar de las veracidad del traspaso de armas químicas sirias a Hezbollah en Líbano.
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