El jefe de Hezbollah, Sayyed Hasan Nasrallah acusó hoy a algunos miembros cristianos de la Coalición 14 de Marzo de buscar un conflicto entre los musulmanes en el país y pidió a los libaneses a estar atentos a esta "muy sensible" período en la región; Nasrallah habló con motivo del Día de los Mártires anual del grupo, que él dijo que cumple 30 años desde el establecimiento de la resistencia islámica y añadió que "algunos partidos locales son cómplices con elementos extranjeros" de encender un enfrentamiento entre chiitas y sunitas. También se refirió a la violencia del domingo en Sidón, en el sur del Líbano, donde los enfrentamientos entre partidarios de Hezbollah y el salafista Sheikh Ahmad Al-Assir, que se cobró la vida de tres personas; Nasrallah dijo Sidón seguiría siendo la "capital de la convivencia entre musulmanes y cristianos, independientemente de su filiación".
Ayer, cuando los partidarios del clérigo sunita Al-Assir trataron de derribar banderas religiosas y políticas levantadas por los chiitas en Sidón -ciudad principalmente sunita- para conmemorar su día sagrado de Ashura esta semana, se desencadenó un tiroteo en el que murieron tres personas. Un día después de la batalla, en lo es el peor tiroteo desde la guerra civil de 1975-90, los comercios permanecieron cerrados mientras soldados fuertemente armados inspeccionaban los documentos de identidad y dentro de los coches en puestos de control levantado a toda prisa; hoy sunitas armados, algunos de ellos enmascarados, desfilaron con fusiles Kalashnikov y lanzagranadas mientras cientos de seguidores de Al-Assir, portando banderas islamistas, asistieron al entierro de dos de sus muertos en la entrada de Sidón.
En Tripoli, hombres armados abrieron fuego contra la casa del jeque Bilal Shaaban - jefe de un partido islamista políticamente alineado con el gobierno sirio y Hezbollah- exponiendo la fragilidad de la situación en Líbano; el conflicto sirio ha revivido viejas animosidades en la ciudad norteña entre la minoría alawita pro-siria y la mayoría sunita que apoya el levantamiento en Siria.
El diputado de Hezbollah, Mohammad Raad, dijo que el grupo se disponía a tomar medidas después que el pasado 6 de octubre logró volar un avión no tripulado de fabricación iraní sobre Israel y adelantó que "la resistencia islámica está preparando para la etapa post-Ayoub y no vamos a dejar pasar ninguna acción incorrecta"; por otra parte, Raad dijo que todas las medidas adoptadas por su parte se calcularon bien y que se harán de acuerdo con un plan preparado tanto para el momento y el lugar adecuados.
El anuncio de planes para operar sobre Israel, por parte de Hezbollah, coincidieron con dos impactos de proyectiles sirios en los Altos del Golán ocupados por Israel -en un patrón similar al sucedido con Turquía- motivando al Primer Ministro israelí, Benjamín Netanyahu, a reaccionar afirmando que Israel no permitirá a nadie la violación de las fronteras o que dispare contra sus ciudadanos. El PM israelí aseguró que está monitoreando la situación a lo largo de la frontera siria cerca y que actuarían en consecuencia.
Ambos proyectiles fueron respondidos con fuego de artillería desde Israel, siendo la primera vez que desde que las Fuerzas de Defensa Israelíes ocuparon el Golán en la Guerra del Yom Kippur de 1973, y el jefe del ejército israelí dijo que había presentado una denuncia ante las Fuerzas de ONU estacionadas entre líneas israelíes y sirias en los Altos del Golán. Hasta el momento, Tel Aviv ha enviado advertencias sobre que Israel responderá "severamente" a los disparos desde territorio sirio pero el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, ya ha señalado que más disparos podrían "provocar una respuesta más severa que se costará a Siria."
Israel también se enfrentó al fuego de proyectiles a lo largo de su frontera el domingo, cuando desde la mañana hasta el anochecer más de 50 cohetes disparados por militantes palestinos -desde Gaza- sacudieron el sur del país; la violencia en Siria trajo la vuelta de los militantes palestinos en Gaza a disparar contra Israel después de años de relativa calma a lo largo de las fronteras del país, colocando al PM Netanyahu entre dos frentes. Bajo la creciente presión y con los israelíes yendo a las urnas en enero, los líderes israelíes están hablando más amplia acción dura y amenazante; Netanyahu dijo a su gabinete en la mañana del domingo que "El mundo tiene que entender que Israel no se quedará de brazos cruzados frente a los intentos de atacarnos. Estamos dispuestos a intensificar la respuesta".
El Partido Kataeb advirtió contra el peligro relativo a instancias de seguridad que han estado ocurriendo en más de una región de Líbano, y más recientemente en Sidón donde las provocaciones han alcanzado un límite peligroso que recuerdan a la guerra civil libanesa. El partido señaló en ese comunicado que "Este deterioro de la seguridad es una dura prueba para el Estado y una prueba de su impotencia seguridad".
Líbano ha quedado atrapado entre fuegos cruzados: la contienda sectaria interna y la guerra civil siria. Los enconos entre sunitas y chiitas dentro de Líbano no han sido resueltos en años, motivando que Hezbollah sea visto como un enemigo manifiesto de los sunitas que ahora puede ser derribado por su aparente debilidad al tambalearse el régimen sirio y el gobierno iraní acosado por las presiones internacionales. La guerra civil siria es la excusa que se necesita para justificar la violencia dentro del país.
La aparición del sheik Al-Assir cerca de Taamir Ain al-Hilweh, donde se suscitaron los enfrentamientos, con un grupo de seguidores armados era una señal que los enfrentamientos estaban previstos y de las tensiones entre los seguidores salafistas y de Hezbollah en todo el país; a todo ello se debe agregar que el Estado libanés tienen a su Primer Ministro ocupando un cargo al cual ya ha renunciado y que solo permanece para no agravar más la situación. Mientras tanto, Siria comenzó a hostigar y provocar a Israel para que entre en su guerra civil en un claro intento por desestabilizar la región y justificar la participación de Hezbollah.
Si el escenario regional colapsa, tanto la guerra civil siria como las tensiones religiosas libanesas, serán los males menores frente a la escalada de la violencia y la intervención internacional será inevitable.
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